A pesar de cualquier retroceso a corto plazo, Bitcoin pasará este año consolidando aún más su reputación como oro digital. De hecho, al igual que lo hizo en marzo de 2023 durante una crisis bancaria apenas evitada, es probable que BTC se mantenga de formas en las que muchos activos tradicionales, quizás incluso el oro, no logran hacerlo.
Es cierto que la gran entrada institucional en Bitcoin no ha iluminado los mercados como algunos podrían haber esperado, y probablemente no lo haga por un tiempo. Gran parte de este evento ya estaba reflejado en los precios y hay pocos inversores que vean la renuente capitulación de la SEC como una especie de respaldo contundente a las criptomonedas.
No obstante, el ETF de BlackRock ya ha absorbido USD 2 mil millones en activos y otros lo siguen rápidamente, proporcionando un nivel de respaldo nunca antes visto para la criptomoneda más grande del mundo. El día está por llegar, de hecho, en el que todos recordemos los buenos viejos tiempos de la volatilidad de BTC.
Mientras tanto, es probable que veamos un retroceso ante las presiones económicas globales. Entre ellas se encuentra el resurgimiento de la inflación en EE.UU., que ha frustrado las esperanzas de una reducción de tasas antes del segundo trimestre y probablemente continuará exacerbándose debido a las crecientes tensiones en el Medio Oriente y una guerra en curso en Europa.
Además de esto, se avecina el final del Programa de Financiamiento a Plazo Bancario (BTFP, por sus siglas en inglés) el 11 de marzo. La gracia salvadora de los bancos estadounidenses durante la crisis casi ocurrida el año pasado, esto podría revelar algunas bases tambaleantes adicionales que podrían nuevamente asustar a los mercados provocando una importante venta.
Más significativo aún que todo esto, sin embargo, es la creciente pila de deuda soberana global. Actualmente, asciende a USD 91 billones, esta carga sobre las economías globales continúa ejerciendo presión sobre las monedas fiduciarias y los mercados de bonos en todo el mundo, con el FMI citando cada vez más preocupaciones sobre la sostenibilidad de la deuda pública.
Aunque Bitcoin pueda tambalearse inicialmente con los mercados globales frente a estas presiones, su valor conceptual a largo plazo, al ser un recurso finito, transparente, inmutable y descentralizado, continuará creciendo y respaldará los precios a medio y largo plazo. De hecho, este año podríamos ver verdaderamente a Bitcoin convertirse en una Estrella del Norte para la economía global, aunque quizás no de la manera exacta que esperaban los máximos defensores de Bitcoin.
En última instancia, es poco probable que veamos eventos económicos importantes tipo Cisne Negro este año. No solo enfrentamos una elección presidencial en EE.UU., sino varias en todo el mundo, con siete de las 10 naciones más pobladas del mundo (equivalente a aproximadamente la mitad de la población global) yendo a las urnas en los próximos 10 meses.
Como tal, aunque no hay espacio para maniobras económicas que ofrezcan recortes de tasas y gastos masivos, podemos contar con que los responsables políticos harán todo lo posible para evitar cualquier tipo de crisis, especialmente en el sector bancario. En EE.UU., veremos algunos nuevos paquetes para apoyar a los bancos, mientras que es probable que el mercado inmobiliario también reciba atención.
Por lo tanto, no veremos a Bitcoin, ni a ningún mercado, mantenerse a la baja durante mucho tiempo este año. Más bien, después de un retroceso inicial debido a preocupaciones económicas globales y cierto comercio reservado en torno a tasas de interés sostenidas, veremos, en mi opinión personal, que BTC se recupere y supere los USD 50,000 en el segundo trimestre antes de despegar hacia el próximo mercado alcista.
Los precios y el sentimiento han estado contenidos durante demasiado tiempo, y el apetito de riesgo ha regresado al mercado cripto, si no a los mercados globales en general. Y si todos esos políticos quieren ganar votos, tendrán que asegurarse de que así se mantenga.
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