La idea de que “se requiere dinero para hacer dinero” es una creencia con base en la realidad, pero no es una regla universal. Es cierto que para invertir generalmente se necesita capital inicial, pero hay contextos donde la creatividad y el esfuerzo pueden compensar la falta de recursos financieros. Cierto. Sin embargo, es importante entender que para invertir se requiere capital. Y el retorno de ese capital puede variar. Porque cada opción de inversión tiene sus propias características, riesgos, oportunidades y métodos de valoración.

Los activos productivos son aquellos que potencialmente generan ingresos o valor con el tiempo, como las empresas, las propiedades inmobiliarias o las acciones de una compañía. Estos activos pueden proporcionar flujos de efectivo regulares o aumentar en valor, ofreciendo retornos a sus propietarios.

Por otro lado, los activos no productivos son aquellos que no producen ingresos directos ni aumentan de valor por sí mismos. Un ejemplo clásico es el oro; aunque puede ser una reserva de valor y proteger contra la inflación, no genera ingresos por su mera posesión.

Entender la diferencia entre estos tipos de activos es crucial para tomar decisiones de inversión informadas y alinearlas con los objetivos financieros personales. Bitcoin es un activo no productivo.

Históricamente, la tierra ha sido un activo valioso, otorgando poder y recursos a los terratenientes. Permitía acceso a recursos naturales y control sobre la producción de alimentos, lo que se traducía en seguridad alimentaria y poder político. Los trabajadores de la tierra eran fundamentales, su labor generaba la riqueza que los terratenientes compensaban con una renta. Con el tiempo, la relevancia de la tierra como activo principal ha disminuido debido a la industrialización y la urbanización. A pesar de esto, la propiedad de la tierra sigue siendo valiosa, especialmente en áreas con recursos naturales o potencial de desarrollo.

Luego, los gobiernos comenzaron a vender bonos y las personas con capital empezaron a recibir una renta relativamente segura simplemente por prestar su dinero al gobierno. La venta de bonos gubernamentales es clave para financiar proyectos estatales, atrayendo capital de inversores a cambio de una renta segura. 

Estos bonos son atractivos por su seguridad, ya que el riesgo de pérdida es bajo, y ofrecen rendimientos regulares y predecibles. Además, diversifican carteras de inversión, pues su comportamiento no suele correlacionarse con otros activos como las acciones. Los bonos también sirven de referencia para evaluar otras inversiones, comparando sus rendimientos con la tasa fija de los bonos. Con el tiempo, el mercado de bonos se ha expandido, ofreciendo una variedad de opciones con distintos plazos y niveles de riesgo.

La relación entre inversores y empresas es fundamental en la economía. Los inversores aportan capital a las empresas, que lo utilizan para crecer y generar valor, produciendo bienes y servicios demandados por los consumidores. A cambio, los inversores esperan ganancias, ya sea a través de dividendos o la apreciación de sus acciones. La capacidad de una empresa para generar riqueza determina su valor, evaluado por indicadores como ingresos y flujo de caja.

Los bonos del Tesoro (EEUU), considerados inversiones seguras con respaldo gubernamental, ofrecen rendimientos menores comparados con las acciones, que pueden dar mayores retornos, pero con más riesgo.

La elección de invertir en empresas o bonos depende de la tolerancia al riesgo y objetivos de cada inversor. Mientras algunos prefieren la seguridad de los bonos a corto plazo, otros buscan el potencial de las acciones a largo plazo. Es crucial que los inversores investiguen y entiendan los riesgos antes de invertir.

Invertir en activos no productivos, como coleccionables, arte o criptomonedas, es distinto de los activos productivos que generan ingresos directos. Los activos no productivos no producen un flujo constante de dinero; su valor se basa en la apreciación del mercado. Los activos no productivos, como el arte o las antigüedades, no generan ingresos por sí mismos. Su valor depende de la oferta y demanda; es decir, valen lo que alguien esté dispuesto a pagar. A diferencia de una granja o panadería, cuyos valores se basan en ingresos tangibles, los métodos para valorar estos activos son más subjetivos y pueden variar ampliamente.

Debido a su naturaleza, son inversiones de alto riesgo debido a su volatilidad y pueden tener baja liquidez. A veces, (no siempre) la inversión en estos activos se motiva por razones estéticas o sentimentales, más allá de las financieras.

Ejemplos de activos no productivos incluyen: Coleccionables como monedas y autos clásicos. Obras de arte como pinturas y esculturas. Criptomonedas como Bitcoin. Metales preciosos como el oro. Bienes raíces no desarrollados.

Antes de invertir, es crucial investigar el activo, entender los factores que afectan su valor y los riesgos. La diversificación es importante; no se debe invertir todo el capital en activos no productivos. Los objetivos de inversión personales deben guiar las decisiones; aquellos que buscan seguridad a corto plazo podrían evitar estos activos. Consultar con un asesor financiero puede ser beneficioso.

En fin, los activos no productivos pueden diversificar una cartera y ofrecer ganancias por apreciación de capital, pero es esencial comprender los riesgos y volatilidad antes de invertir. Investigar, diversificar y buscar asesoramiento financiero son pasos clave para una inversión informada.

Cuando el precio de una acción cae por debajo del valor de los activos subyacentes, se presenta una oportunidad para los inversores de comprar a bajo costo. Los fundamentos de una empresa, como sus activos y ganancias, ofrecen cierta protección contra caídas drásticas. 

En contraste, Bitcoin, que carece de activos tangibles, depende principalmente del interés de los usuarios. Su valor es más volátil y puede disminuir rápidamente si la confianza en la criptomoneda se erosiona.

Los inversores deben ser conscientes de los riesgos y realizar una investigación exhaustiva antes de invertir en activos volátiles como Bitcoin. La regulación y adopción de Bitcoin son factores adicionales que pueden influir en su precio y estabilidad a largo plazo. La prudencia y el conocimiento son esenciales al considerar inversiones en criptomonedas.

¿Dónde está el problema? En ninguna parte. Sin embargo, es importante estar conscientes de que los activos productivos y activos no productivos son animales de distinto corral.

Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.