La existencia de criptomonedas privadas descentralizadas como Bitcoin (BTC) tiene un impacto saludable en la política fiscal y regulatoria de los gobiernos, según un nuevo análisis.

El argumento fue presentado en un artículo publicado el 16 de agosto por Max Raskin (NYU School of Law), Fahad Saleh (McGill University) y David Yermack (NYU Stern), titulado "¿Cómo afectan las monedas digitales a la política del gobierno?

3 impactos positivos de que las criptos simplemente existentan

El análisis señala que, por lo que se refiere al sistema financiero mundial, la cuestión de la influencia de las criptomonedas no se limita a si la mayoría de la población opta o no por utilizarlas. 

Más bien, los autores sostienen que la existencia misma de las criptomonedas tiene un impacto contrafáctico en el sentido de que funcionan como un control tanto de la política fiscal como de la regulatoria. 

Aunque es posible que las criptomonedas no hayan reemplazado al dólar, tienen tres importantes áreas positivas de impacto en el sistema monetario existente, señalan los autores.

En primer lugar, los ciudadanos se benefician de la existencia de criptomonedas porque ofrecen diversificación; además, las monedas digitales privadas compiten por la inversión local y, por lo tanto, restringen la política monetaria, generando así una menor inflación.

En segundo lugar, los autores sostienen que las criptomonedas fomentan la inversión local y sirven como complemento -no como sustituto- de esa inversión. Al ofrecer una alternativa al mercado local, disciplinan la política monetaria -reduciendo de nuevo la inflación-, lo que se traduce en un mayor rendimiento de la inversión y, por lo tanto, en una mayor inversión en general.

En tercer lugar, el propio gobierno se beneficia al permitir el uso de criptomonedas dentro de la economía local, dado que extrae ingresos a través de los impuestos y, por lo tanto, se beneficia de los niveles más altos de inversión local.

Crisis monetarias

Examinando dos de las principales crisis de las monedas fiduciarias nacionales que han estallado desde la crisis financiera -la lira turca y el peso argentino-, los autores sostienen además que:

“Una moneda digital privada tiene implicaciones significativas para un mercado emergente corrupto. Definimos un mercado emergente corrupto como una economía con alta volatilidad y un gobierno que establece una política basada en intereses egoístas en lugar de considerar el bienestar de los ciudadanos.” 

Como Cointelegraph ha reportado anteriormente, se ha informado de que el 20% de la población turca tiene criptomonedas desde el verano de 2019.

La semana pasada, cuando el peso cayó un 30%, Bitcoin (BTC) cotizó en Argentina con una prima del 4%.

No solo las criptomonedas influyen en el sistema tradicional, sino también los factores macroeconómicos que influyen en el sector de las criptomonedas: recientemente, el jefe de la estrategia crediticia fundamental global del Deutsche Bank señaló que las políticas palidecedoras de los bancos centrales están teniendo un impacto positivo en monedas alternativas como Bitcoin, una opinión que ha sido compartida por muchos.

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