La región latinoamericana ha estado pasando por una serie de protestas en el último trimestre del año 2019, impulsado por el descontento general sobre las políticas sociales que aquejan a economías que hasta ahora se consideraban sólidas cómo es el caso reciente de Chile y Colombia.

Los países anteriores se suman a una ya tristemente empobrecida Venezuela, con Argentina abriéndose paso en el medio de una Bolivia, Ecuador y Perú tocadas por eventos similares. ¿Pero qué tiene de común el descontento social en estos países con las criptomonedas?. La respuesta es simple: adopción de Bitcoin en auge a medida que aumentan las protestas.

Si bien la educación sobre las criptomonedas en general así como su uso no está aún a niveles de Europa o Asia, el subcontinente latino ha sido testigo con el verdadero caso de uso real que puede suponer el uso de criptomonedas para el resguardo de inflación y la igualdad en el acceso de servicios financieros descentralizados, hasta ahora relegados para un sector de la población.

A medida que aumenta la presión social en estos países, la adopción de Bitcoin se ha visto aumentada al  mismo tiempo que su precio, quizás por la demanda en naciones aún vírgenes para la implementación de la criptomoneda y la poca oferta que se puede encontrar. Por ejemplo, un Bitcoin es actualmente un poco más caro en Chile que a nivel mundial según los medios locales, y hace unos meses informamos por esta vía como Argentina era la nación sudamericana más cara para adquirir la criptomoneda.

De acuerdo a los mercados ordinarios en Chile, el dólar es de unos 800 pesos chilenos (CLP); pero un análisis de la tasa del dólar en los intercambios y mercados de criptomonedas como Bitcoin concluyen que un dólar equivale a 830 CLP.

Esto podría indicarnos que la demanda de Bitcoin aumenta a medida que las protestas se desatan en Chile más allá de que la tasa de CLP ha caído. La economía del país andino es un poco más grande que la de países europeos como Portugal, con un PIB de alrededor de USD 300 mil millones, con su economía convulsionada por el aumento de protestas sociales que ha aumentado la inflación y desigualdad que venía suscitando en la primera mitad del año en curso.

El caso Chileno resalta por el salto de su inflación que ha sufrido desde el 2017 y el aumento de impuestos y la tasa impositiva en la nación en más de diez puntos porcentuales, que ha generado el estallido social reciente que ha demandado un mayor uso de Bitcoin para el resguardo de tiempos difíciles, emulando los ejemplos exitosos recientes de sus vecinos Venezuela y Argentina.

Lo anterior ha desencadenado más de tres semanas en las calles de los chilenos y ahora vemos que casos similares se están generando en Colombia, donde la situación es mucho peor tanto en la forma en que se responde como en la economía.

Atentados por grupos guerrilleros que aprovechan la situación para generar caos, ha motivado la respuesta del ejército en las calles para pacificar la situación, similar a tiempos pasados tristemente superados, a medida que una nueva economía se mueve en el negocio alrededor de Bitcoin, sólo en Localbitcoins, con un valor de USD 2 millones intercambiados semanalmente.

Si bien parte de ese incremento puede ser destinado a la vecina Venezuela por su posición geográfica y paso principal utilizado por los ciudadanos de ese país para el comercio de Bitcoin fuera de las fronteras,  con el fin de hacerse con divisas americanas para el resguardo de la inflación y medio de puente natural para hacer llegar las remesas de los millones de desplazados venezolanos alrededor del mundo; lo cierto es que la economía colombiana se está contrayendo de 1% a 0.5% cada trimestre tomando en cuenta la inflación oficial reportada por la nación neogranadina.

Chile y Colombia son sólo dos ejemplos de naciones 'económicamente estables' en la última década que han visto con las protestas recientes, el surgir de una nueva oportunidad única de empoderamiento y resguardo de finanzas personales para sus ciudadanos con las criptomonedas, una nueva oportunidad de mercado quizás para muchas plataformas blockchain enfocadas en el sector de finanzas, auditorías y transparencia de procesos electorales que permitan la tranquilidad urgentemente necesitada para una región convulsionada.

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