El precio del Bitcoin varía cada día. Indudablemente, el Bitcoin ofrece muchos beneficios, pero debemos reconocer la inestabilidad de su precio. Esto por supuesto no es necesariamente malo. De hecho, esta particularidad aumenta su atractivo entre inversionistas que quieren crecer rápidamente. No es casualidad que la popularidad del Bitcoin se la debemos principalmente a su dinámica y creciente cotización. En el largo plazo, ha demostrado ser un excelente instrumento de almacenamiento de valor debido a su espectacular rendimiento. La volatilidad simplemente viene como parte inseparable del paquete. Ahora bien, una vez que nos salimos del mundo de las inversiones y entramos al territorio del comercio de bienes y servicios, la cosa cambia. Por un lado, su naturaleza digital aporta muchas ventajas prácticas. Sin embargo, su volatilidad disminuye notablemente su efectividad como medio de intercambio comercial. Es decir, para un comerciante es muy arriesgado aceptar bitcoins y conservarlos. Él no se puede dar el lujo de perder su margen de ganancia, porque simplemente el Bitcoin decidió cambiar de precio de la noche a la mañana. Entonces, hablando del comercio minorista: ¿Sería más útil un “Dólar digital” o un “Bitcoin estable”? Bitcoin vs Dólar: Los dilemas de la adopción.
La estabilidad del precio en una moneda es vital para el buen funcionamiento de una economía. No todos los activos son dinero. El dinero es, sobre todas las cosas, un instrumento de intercambio y una unidad de cuenta. Todos deseamos que nuestros activos suban de valor, pero queremos una moneda fija (por lo menos en el corto plazo). La inflación y la deflación son dos males sumamente dañinos para una economía que aspire progresar. Cuando una moneda pierde su valor, perdemos poder adquisitivo. Por otro lado, cuando una moneda sube de valor, nadie quiere gastar, y los bienes se deprecian por la caída de la demanda. Estos dos desequilibrios son fatales para el desarrollo económico. Esto es economía 101.
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El Bitcoin ha demostrado ser un activo excelente para resguardar valor. Sin embargo, como moneda de curso corriente, su uso no está libre de inconvenientes. Nos guste o no, su volatilidad es su talón de Aquiles como medio de intercambio. El “oro digital” está subiendo de precio y nadie quiere gastarlo. Obviamente, el crecimiento estimula la acumulación ("holdling") y no el gasto. Sin embargo, ¿alguna vez en la historia ha existido un activo que sirve para todo al mismo tiempo? Entonces, ¿es Bitcoin la moneda del comercio? ¿Podemos tenerlo todo en uno?
Desde que el mundo es mundo han existido las innovaciones. Sin embargo, lo que existía antes no desaparece con tanta facilidad. En la mayoría de los casos, las cosas simplemente evolucionan y se adaptan a los nuevos tiempos. Lo creamos o no, todavía, después de miles de años de innovaciones, se sigue utilizando el lenguaje oral. El habla, la pintura, la escritura, los libros, la fotografía, el teléfono, la radio, el cine, la televisión y la Internet han aprendido a convivir en un universo mixto. Recurrimos a una tecnología para una cosa, y luego acudimos a una distinta para otra. Todo esto sin mayores traumas. Escuchamos la radio en el auto, investigamos en Internet, de vez en cuando vemos películas en el cine, y leemos un libro durante el fin de semana. Las herramientas funcionan mucho mejor con la ayuda de otras herramientas. Trabajan como parte de un sistema, no en aislamiento. Es más, las mejores herramientas son buenas en solo una función, y malas en las demás. El bisturí más preciso es inútil para muchas tareas.
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Ahora realicemos unas preguntas que son prácticamente un tabú dentro de la comunidad Bitcoin, unas preguntas que por el simple hecho de hacerlas uno se gana algunos enemigos: ¿Es el Bitcoin realmente dinero? ¿Es útil como moneda? ¿Es la adopción una buena idea?
Nadie en su sano juicio recomendaría al Dólar estadounidense como un instrumento para resguardar valor a largo plazo. Por el contrario, la mayoría de las personas invierten en bienes raíces, en compañías, en metales preciosos o en otros activos. El Dólar nunca ha sido buena inversión. Eso no es nuevo. Claro que existen algunos que prefieren ahorrar en dólares, pero generalmente los colocan en una cuenta de ahorro que genera intereses. Otros usan esos dólares para trabajar. Se podría decir que la famosa frase “Cash is trash” (El efectivo es basura) es aceptada por consenso.
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De hecho, una moneda débil es una moneda indisciplinada. Indudablemente que la irresponsabilidad de los bancos y los gobiernos causaron la crisis financiera del 2008. La inflación fue uno de sus síntomas más perjudiciales. Sin embargo, cuando escuchamos al dueño de una tienda y estudiamos su realidad cotidiana. Nos resulta claro y evidente que los bitcoins que reciba debe cambiarlos a una moneda estable lo antes posible. Sus ganancias son calculadas con una unidad de cuenta estable. Seguramente, necesita el dinero de las ventas para cancelar obligaciones y reponer su inventario. En este precioso contexto, los vaivenes diarios del Bitcoin implican un riesgo que probablemente no desee tomar. Él muy bien podría aceptar bitcoins en su negocio, pero debe venderlos de inmediato. En este caso, estaríamos ante una adopción de forma, pero no de fondo. Nos guste o no, es muy difícil para un activo ser una excelente inversión y al mismo tiempo ser un medio efectivo para el intercambio comercial.
El Dólar es un medio relativamente estable dentro de un sistema inestable y riesgoso. El Bitcoin es un medio inestable dentro de un sistema alternativo. Más allá de nuestras posiciones y opiniones, en el mundo real nos vemos obligados a vivir en una economía mixta. Es decir, hay que estar bien con Dios y con el diablo. Claro que podemos invertir en Bitcoin gran parte de nuestro capital, pero, también, podemos comprar una casa, un par de acciones en Wall Street, un anillo de oro, y un teléfono inteligente. Podemos tener una cuenta bancaria con unos cuantos dólares para comprar un café en el lugar donde todavía no aceptan bitcoins. En otras palabras, no es mala idea construir un portafolio diversificado y balanceado, y vivir una vida híbrida. Las panaceas solo existen en las utopías y en los sueños.
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De acuerdo con estas consideraciones, uno podría llegar a pensar que la adopción de un stablecoin como complemento al Bitcoin sería una gran idea. Bitcoin, el “oro digital”, y esa hipotética stablecoin, una especie de “dólar digital”, podrían coexistir. No hay razones para creer que un sistema así no sería viable. Sin embargo, las stablecoins actuales son en el fondo monedas fiduciarias, porque están vinculadas a reservas fiat. Esto también resulta problemático. Ahora bien, ¿será posible diseñar una stablecoin descentralizada como el Bitcoin? ¿Es posible la estabilidad del precio sin una mano interventora que manipule el proceso al estilo de un banco central? Aquí estamos pidiendo estabilidad en el caos, pero sin nadie que dirija. Indudablemente, algo muy difícil de lograr. Sí, el Dólar y el Bitcoin son muy diferentes. Sus usos son diferentes. Para concluir ahora con esta comparación y esta breve exposición sobre los dilemas de la adopción, lo único que me queda por decir es esto: Al Bitcoin lo que es del Bitcoin, y al Dólar lo que es del Dólar.