Las críticas a Bitcoin todavía circulan intensamente, ya sea en conversaciones de bar o debates en las redes sociales. La frase “¿Bitcoin? ¡De ninguna manera! Es muy volátil” refleja la actitud de quienes ven la moneda digital con temor. Sin embargo, Eduardo Meyer, director de operaciones de la compañía FMI Mining, propone un punto de vista más complejo:

La volatilidad de Bitcoin puede no ser el verdadero problema, sino más bien una consecuencia de su naturaleza revolucionaria.

Bitcoin, según Meyer, es el primer activo digital con potencial para convertirse en un “nuevo lastre financiero” para el futuro. “Estamos ante dinero nativo de Internet, con características superiores a las del oro”, explicó.

Esta comparación se basa en cualidades de Bitcoin que el oro no puede igualar en el mundo digital: es escaso, con una emisión limitada a 21 millones de unidades, divisible, portátil e imposible de falsificar. Tales propiedades hacen de Bitcoin un activo único, una verdadera moneda de la era digital, que puede transferirse instantáneamente y sin intermediarios a cualquier parte del planeta.

En opinión de Meyer, la volatilidad de Bitcoin tiende a intensificarse durante su proceso de monetización, lo que describe como un fenómeno en “curvas parabólicas”. Esta volatilidad es, de hecho, un reflejo del crecimiento y consolidación de un sistema financiero alternativo. “Lo que estamos presenciando es una revolución en tiempo real, transmitida en directo y accesible en la palma de la mano”, destacó.

Por otro lado, el experto señaló el comportamiento de las monedas tradicionales controladas por los gobiernos, donde la manipulación de los bancos centrales y el aumento de la inflación erosionan con el tiempo el valor de las economías nacionales. La abolición del patrón oro en el siglo XX permitió a los bancos centrales ampliar indefinidamente la base monetaria, lo que generó una pérdida constante en el valor de las monedas e impactó el poder adquisitivo de la población.

Meyer criticó a los bancos centrales:

Los bancos centrales se han convertido en auténticas máquinas de imprimir dinero, inundando las economías con billetes cada vez más devaluados

Este escenario, según él, encierra a las economías globales en la dependencia de la moneda estadounidense, obligando a los países pequeños a depender de las decisiones de la potencia estadounidense. Esto genera un “ciclo de subordinación” en el que estas naciones se vuelven vulnerables a las fluctuaciones políticas y económicas de Estados Unidos.

Para Meyer, Bitcoin surge como una alternativa inmune a la interferencia gubernamental, que ofrece una libertad financiera que las monedas fiduciarias no pueden brindar. “La propiedad de Bitcoin es completamente tuya: es tu dinero, tu control, sin bancos ni intermediarios”. Sin embargo, este control directo asusta a muchos ciudadanos, que "prefieren confiar sus ahorros a entidades estatales, por miedo a perderlo todo”, enfatizó.

Meyer cree que esta renuencia a aceptar Bitcoin refleja una mentalidad formada por años de confianza en gobiernos y bancos. Comentó que la ceguera deliberada hacia la otra cara de la moneda es desgarradora. La inestabilidad económica generada por la manipulación monetaria, según él, demuestra un sistema en colapso.

Mientras tanto, Bitcoin permanece al margen de este caos financiero global, criticado por su volatilidad pero, para Meyer, ofreciendo una alternativa de soberanía y seguridad en un mundo donde las monedas tradicionales muestran su fragilidad.

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