Uno de los grandes problemas, sobre todo en países de Latinoamérica, es la falta de capital y el acceso limitado al crédito. Los bancos tradicionales con frecuencia ofrecen más crédito a las personas que ya tienen dinero, lo que acentúa la desigualdad y limita las oportunidades de desarrollo económico. Esta situación contribuye al aumento de la pobreza y la informalidad laboral, perpetuando un ciclo de desigualdad. ¿Podrían las finanzas descentralizadas (DeFi) crean una mejor alternativa?
La realidad de una persona sin capital ni acceso a crédito en un país latinoamericano es, desafortunadamente, una lucha constante por la supervivencia y el progreso. Esta situación limita drásticamente las oportunidades y crea una serie de desafíos que dificultan mejorar la calidad de vida.
Es común que quienes poseen capital busquen oportunidades de inversión para incrementar su patrimonio, coincidiendo con las necesidades de aquellos que, teniendo ideas innovadoras o talentos empresariales, requieren financiamiento para llevarlas a cabo. La unión de ambos mundos podría generar un círculo virtuoso.
Primero, al combinar capital con ideas innovadoras, se pueden crear nuevos negocios y productos que impulsen el crecimiento económico.
Segundo, al facilitar el acceso al financiamiento para emprendedores, se podrían crear más oportunidades y reducir las brechas económicas.
Tercero y último, el capital puede servir como catalizador para la innovación, permitiendo desarrollar nuevas tecnologías y soluciones a problemas sociales. Pero la unión entre estas partes no es siempre fácil.
Claro que existen diversas barreras que obstaculizan esta unión. Entre ellas destacan la falta de confianza, derivada de la dificultad de los inversores para evaluar el riesgo y el potencial de retorno de nuevas empresas. Además, la asincronía entre los ciclos de inversión y los de desarrollo de ideas dificulta la alineación de intereses. Por último, el acceso limitado a información y herramientas por parte de los emprendedores impide una presentación eficaz de sus proyectos.
Tradicionalmente, los bancos han sido los intermediarios naturales entre prestamistas y prestatarios. Sin embargo, el avance tecnológico ha propiciado la búsqueda de mecanismos más eficientes y equitativos para conectar a ambas partes directamente. Esto se debe a que la presencia de intermediarios puede convertirse en un obstáculo y desequilibrar la relación entre las partes.
Potencial, riesgos y desafíos
La DeFi, o finanzas descentralizadas, ciertamente posee el potencial de transformar el panorama financiero, ofreciendo un acceso más amplio a servicios financieros y contribuyendo a la solución de problemas de inclusión financiera en Latinoamérica.
Pero, por supuesto, la regulación adecuada es crucial para proporcionar un entorno seguro para los usuarios y fomentar la confianza en estas tecnologías. Además, la educación financiera juega un papel vital en la adopción de DeFi, ya que permite a los usuarios tomar decisiones informadas y comprender los riesgos involucrados.
La infraestructura tecnológica es otro pilar fundamental; su robustez y accesibilidad son esenciales para el desarrollo y la adopción masiva de DeFi. La escalabilidad es igualmente importante, ya que asegura que las plataformas DeFi puedan manejar un volumen creciente de transacciones y usuarios.
Por último, es imprescindible reconocer y mitigar los riesgos inherentes, como la volatilidad del mercado, la pérdida de fondos y la seguridad cibernética.
En resumen, mientras que la DeFi ofrece oportunidades significativas para la inclusión financiera en Latinoamérica, es esencial abordar estos desafíos de manera proactiva para asegurar un crecimiento sostenible y beneficioso para todos los sectores de la sociedad.
La exclusión
Los bancos suelen exigir requisitos estrictos como un historial crediticio sólido y garantías, lo que dificulta el acceso al crédito para aquellos con ingresos bajos o activos limitados. El costo de evaluar y gestionar pequeños préstamos también desincentiva a las instituciones financieras a servir a estos segmentos de la población.
Por otro lado, los modelos de negocio tradicionales de los bancos, orientados a grandes clientes y transacciones de alto valor, y las regulaciones bancarias pueden limitar la oferta de crédito a ciertos grupos. Además, la desigualdad económica y social, así como la discriminación, crean barreras adicionales para el acceso a servicios financieros formales. En conjunto, estos factores contribuyen a perpetuar la exclusión financiera y limitan las oportunidades de desarrollo económico para muchos.
DeFi podría hacerlo mejor, sin embargo, toda innovación debe tener muy presente el problema específico que está resolviendo. Es fundamental que tenga una función social y que su objetivo principal sea satisfacer las necesidades y deseos humanos. Para que la DeFi tenga un futuro prometedor, debe ser más accesible, segura y eficiente que el sistema bancario tradicional. En otras palabras, debe generar un valor real para los usuarios.
¿Por qué las fintech han tenido más éxito que las DeFi en América Latina?
Ahora, la mayor penetración de las fintech en América Latina, comparada con las DeFi, se explica por varios factores. Su presencia más temprana en la región les ha permitido desarrollar modelos de negocio sólidos y adaptados a las necesidades locales, construyendo así relaciones de confianza con los usuarios.
Además, un marco regulatorio más claro y flexible ha facilitado sus operaciones, a diferencia de la incertidumbre que rodea a las DeFi. Al ofrecer productos y servicios financieros tradicionales como préstamos y pagos, las fintech han logrado que los usuarios se sientan más cómodos y seguros. Aprovechando la infraestructura bancaria existente, han simplificado su adopción y, a través de programas de educación financiera, han empoderado a los usuarios para tomar mejores decisiones.
Las DeFi pueden aprender mucho de las fintech para lograr una mayor adopción y aceptación. Al igual que las fintech, las DeFi deben centrarse en entender y satisfacer las necesidades de los usuarios, brindando productos y servicios fáciles de usar. La educación financiera es clave para que los usuarios comprendan estos nuevos productos y se sientan seguros al utilizarlos. Además, la construcción de confianza, la integración con sistemas financieros tradicionales y una colaboración activa con los reguladores son factores fundamentales para el éxito de las DeFi.
En fin, al adoptar estas lecciones, las DeFi pueden convertirse en una fuerza disruptiva en el sector financiero, ofreciendo soluciones innovadoras y accesibles a un público más amplio.
Conclusión
La DeFi, con su potencial para democratizar el acceso al crédito y fomentar la innovación, podría ser la llave para desbloquear el potencial económico de millones de latinoamericanos. Sin embargo, su éxito dependerá de una combinación de factores: una regulación clara y favorable, una fuerte inversión en educación financiera, el desarrollo de una infraestructura tecnológica robusta y la capacidad de construir confianza con los usuarios. Al abordar estos desafíos, la DeFi puede convertirse en una herramienta poderosa para reducir la desigualdad y promover el desarrollo económico sostenible en la región.
Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.

