Empecemos por las buenas noticias. España, señoras y señores, es un oasis de crecimiento en la desértica eurozona. Mientras que sus vecinos europeos se arrastran con un crecimiento anémico, los españoles cabalgan a lomos de un PIB que creció un 3,2% en 2024, ¡cuatro veces más que la media europea! Y la cabalgata continúa en 2025, con un primer trimestre que apunta a un ritmo similar al del año pasado.
Pero no nos confiemos. BBVA Research nos advierte que el crecimiento se moderará en los próximos años, hasta un 2,8% en 2025 y un 1,8% en 2026. Aun así, son cifras respetables, que nos permiten mantener la esperanza de un futuro próspero.
¿Cuál es el secreto de nuestro éxito? Pues, se tienen varias armas en el arsenal. El precio del petróleo, que ha bajado, nos da un respiro a las empresas de transporte, clave para las exportaciones. Y la inversión en energías renovables, que permiten mantener los precios de la electricidad a raya, es otro factor clave.
Pero no todo es bueno. El tío Sam, con sus decisiones políticas, puede aguarnos la fiesta. Un aumento de los aranceles a las importaciones europeas sería un golpe duro, aunque BBVA Research nos tranquiliza diciendo que el impacto directo sobre España sería limitado. Aun así, la incertidumbre global y local, que es muy elevada, puede afectar negativamente las decisiones de inversión y consumo de hogares y empresas.
En otras palabras, la economía española goza de buena salud, pero no se debe bajar la guardia. La prudencia, la competitividad y la atención a los cambios en el entorno global serán nuestras mejores aliadas para navegar en este mar de incertidumbre. Y recuerden, este informe es la visión de BBVA Research, así que siempre es bueno contrastar con otras fuentes.
OCDE: Un voto de confianza para España
La OCDE, esa organización que vela por el desarrollo económico global, da un voto de confianza. Han revisado al alza sus previsiones de crecimiento para España, y lo sitúa como uno de los pocos países del G20 que se salvan de las rectificaciones a la baja. ¿Qué ven ellos que otros no ven?
Pues, ven lo que es evidente: el turismo está en auge. España es un destino irresistible, con su clima, su gastronomía y su gente. Y los fondos europeos, esos que llegaron para paliar los estragos de la pandemia, están haciendo su trabajo, impulsando la inversión y la actividad económica. Álvaro Pereira, el economista jefe de la OCDE, lo dice claro: "España es un país muy competitivo en términos de turismo". Y añade, con una sonrisa, que es un país "muy agradable, con gente muy simpática y con comida fantástica". ¡Quién le va a llevar la contraria!
Pero no solo de turismo y fondos europeos vive la economía española. La inmigración también está jugando un papel importante. La OCDE destaca la facilidad de adaptación de los trabajadores inmigrantes, que hablan nuestro idioma y comparten nuestra cultura. Su contribución al mercado laboral es "claramente uno de los factores por los que España está aumentando el crecimiento en los últimos años".
Y mientras que la guerra comercial desatada por Donald Trump está afectando negativamente a las previsiones de crecimiento de muchos países del G20, de momento, España se ha librado de la quema. Los aranceles que afectan son limitados, centrados en el acero y el aluminio.
El contraste con la eurozona es llamativo. Mientras que la OCDE ha rebajado sus previsiones para el conjunto de la región, con un crecimiento del PIB limitado al 1% en 2025 y al 1,2% en 2026, España se destaca como un oasis de crecimiento.
La OCDE nos pinta un futuro prometedor. Pero no hay que confiarse. La incertidumbre global sigue ahí, y se debe mantener la prudencia y la atención a los cambios en el entorno económico. La competitividad, la diversificación y la innovación serán las mejores armas para navegar en este mar de incertidumbre.
Más allá del turismo: Diversificación y resiliencia
Si bien el turismo es el motor actual, no se puede depender exclusivamente de él. La diversificación económica es crucial para construir una base sólida y resistente a los vaivenes del mercado global. Se debe apostar por sectores innovadores, como la tecnología, la investigación y el desarrollo, para generar empleo de calidad y aumentar nuestra competitividad a largo plazo.
Fondos Europeos: Una oportunidad para la transformación
Los fondos europeos son una oportunidad única para modernizar la economía y adaptarla a los retos del futuro. Se deben utilizar de forma inteligente, invirtiendo en proyectos sostenibles, digitales y socialmente responsables. La transición verde, la digitalización de las empresas y la formación de los trabajadores son áreas prioritarias.
La inmigración no es solo un factor económico, sino también un valor añadido a la sociedad española. Los trabajadores inmigrantes aportan talento, diversidad y dinamismo al mercado laboral. Se debe fomentar su integración y garantizar sus derechos, para construir una sociedad más justa e inclusiva.
Aunque el impacto de la guerra comercial es limitado por ahora, se debe estar preparados para posibles escenarios adversos. La anticipación y la adaptación son claves para minimizar los riesgos y aprovechar las oportunidades que puedan surgir. Se debe fortalecer las relaciones comerciales con otros países y diversificar las exportaciones.
El contexto de la eurozona es desafiante, con un crecimiento débil y una alta incertidumbre. Debemos trabajar con nuestros socios europeos para impulsar reformas estructurales que favorezcan el crecimiento y la estabilidad. La coordinación de políticas económicas y la solidaridad son fundamentales para superar los retos comunes.
España, nave espacial en órbita, sufre "inercia local": resistencia al cambio ante factores externos. Aversión al riesgo y estructuras arraigadas frenan la adaptación. La burocracia, un Kraken, sofoca la innovación. Sin inversión en I+D, el despegue se posterga. Consecuencia: viaje lento, riesgo de rezago global. La inercia, un lastre, impide alcanzar nuevas galaxias de prosperidad.
Entonces, el futuro de España depende de nuestra capacidad para aprovechar nuestras fortalezas y superar nuestros desafíos. El talento humano, la innovación, la sostenibilidad y la cooperación son los pilares de un futuro próspero. Hay que trabajar juntos, sector público y privado, para construir una España más fuerte, justa y sostenible.
Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.