Los activos digitales están cobrando cada vez más relevancia dentro de la economía tradicional y tangible del día a día. El inicio de la adquisición de bienes a cambio de bitcoin se documenta desde el día histórico para la comunidad en que fueron adquiridas dos pizzas por la cantidad de 10.000 #BTC. Gracias al desarrollo, aceptación de uso por parte de una mayoría menos especializada en el activo y las facilidades brindadas para la creación de billeteras, cada vez se está más cerca de aceptar como estándar la utilización de estos activos digitales. Sin embargo, muchos detractores de su adopción a gran escala señalan que la volatilidad puede afectar al comprador o vendedor del activo, haciendo que la cotización cambie repentinamente y se pierda el valor acordado entre partes. Esto no fue impedimento para que en Argentina se haya concretado una transacción de venta inmobiliaria en que la opción de pagar con bitcoin estuviese presente. 

¿Fue la volatilidad un impedimento para la transacción? ¿Puede este ejemplo dejarnos el camino a seguir para las adquisiciones inmobiliarias del futuro?   

Estabilidad en tiempos de volatilidad

Eventualmente se haría historia con la adquisición de propiedades inmobiliarias con criptoactivos en Latinoamérica, esto gracias a la popularización del conocimiento sobre alternativas capaces de brindar a los usuarios sortear de modo efectivo la volatilidad en activos como Bitcoin. Es entonces que, el resultado del día 23 de noviembre pasado alcanzado por la empresa inmobiliaria REMAX, presidida por Ariel Champanier, fue el de registrar la transacción de un departamento usado en que Bitcoin estuvo presente como una de las alternativas de intercambio acordado por una de las partes. 

Según comentó Champanier para el diario Ámbito de Argentina, tanto el comprador como el vendedor eran capaces de entenderse en el idioma de las criptomonedas, pudiendo alcanzar rápidamente un acuerdo cuando se hizo mención que la oferta inicial estuviese propuesta en ser cancelada con Bitcoin, pero el vendedor no quería tener exposición a tal suma de dinero y volatilidad.

 “La propiedad estaba publicada en 100 mil dólares (…), pero a pesar que la propuesta inicial estaba en Bitcoin, se hizo el cambio a una criptomoneda estable que cotiza a la par del dólar, USDT. Primero se hizo una transacción de prueba por un dólar  (1 USDT) a ver si llegaba correctamente, minutos después se transfirió la totalidad del dinero, esto fue mucho más sencillo que una venta tradicional porque la voluntad de intercambio venía del comprador y vendedor”, detalló Champanier.     

De igual modo, lo novedoso de la situación es que nunca el dinero tuvo que convertirse con la utilización de una plataforma de intercambios para acreditar al vendedor. 

En cambio, se pudo mantener dentro del ecosistema gracias al conocimiento que tenían los acordantes. 

Este tipo de experiencias, siempre va a depender de la voluntad del que vende, señaló Champanier en relación al modo de realizar acuerdos por parte de la inmobiliaria que preside. 

Esto nos permite vislumbrar un futuro en que todas estas operación sean cada vez más comunes pero, como se hizo mención, el éxito de la operación no estuvo en la empresa encargada de servir de puente entre las partes firmantes del acuerdo, sino en la motivación y ganas de participación de los usuarios porque dicho acuerdo fue finalizado con criptomonedas. 

La responsabilidad de ver un futuro con historias de este tipo, dependerá de qué tanto la divulgación pueda llegar por parte de aquellos que confían en las criptomonedas como mejor forma de pagos que las alternativas tradicionales. 

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