Opinión de: Ido Ben Natan, cofundador y CEO de Blockaid

Los exchanges centralizados (CEX) han controlado durante años lo que la gente puede comerciar. Si un token no cotizaba en los principales exchanges, no existía para la mayoría de los usuarios. Ese sistema funcionaba cuando las criptomonedas eran pequeñas. ¿Pero hoy? Ya no funciona.

El auge de las memecoins basadas en Solana, la popularización de algunos proyectos y los avances en la creación de tokens basada en IA están impulsando la creación de millones de nuevos tokens cada mes. 

Los exchanges no han evolucionado para seguir el ritmo. Esto debe cambiar. El CEO de Coinbase, Brian Armstrong, se ha pronunciado recientemente sobre el tema, afirmando que los exchanges deben pasar de un modelo de lista de permitidos a un modelo de lista de bloqueados, en el que todo sea negociable a menos que se marque como estafa.

En muchos sentidos, este es el momento Kodak para los CEX. La incapacidad de Kodak para adaptarse a la fotografía digital la ha convertido en un ejemplo de estrategia fallida. Ahora, los exchanges se enfrentan a la misma amenaza. La antigua forma de hacer las cosas no sólo es lenta, sino obsoleta. La verdadera pregunta es: ¿qué viene ahora?

El viejo modelo frena a los exchanges

Los CEX se construyeron inicialmente para que las criptomonedas resultaran seguras y familiares. Se basaban en el modelo de los mercados de valores tradicionales y examinaban cuidadosamente cada token antes de que pudiera ingresar a la lista. Este sistema se diseñó para proteger a los usuarios y mantener contentos a los reguladores. Sin embargo, las criptomonedas no funcionan como el mercado de valores.

A diferencia de las acciones, que requieren meses de trámites y aprobaciones antes de salir a bolsa, cualquiera puede crear un token al instante. Los exchanges no se dan abasto. El reciente lanzamiento de la moneda TRUMP es un buen ejemplo. Se lanzó el 17 de enero e inmediatamente su valor se disparó, pero cuando empezó a cotizar en los principales CEX, ya había superado su máximo.

Para los exchanges, no se trata sólo de un problema de eficiencia, sino de una lucha por la supervivencia. Las reglas sobre las que se construyeron ya no se ajustan a la realidad de las criptomonedas. Para competir, deben reinventarse antes de que el mercado los deje atrás.

Los CEX no deberían luchar contra los DEX

En lugar de luchar por preservar los anticuados procesos de cotización, los exchanges deberían adoptar el acceso abierto de los DEX, conservando al mismo tiempo las mejores partes de la negociación centralizada. Los usuarios simplemente quieren negociar, independientemente de si un activo está oficialmente "listado". Los exchanges con más éxito eliminarán por completo la necesidad de listar. Listar tokens más rápido no es suficiente cuando el futuro es un modelo de acceso abierto.

Esta nueva generación de exchanges no se limitará a listar los tokens, sino que los indexará en tiempo real. Todos los tokens creados onchain se reconocerán automáticamente, y los exchanges obtendrán liquidez y precios directamente de los exchanges descentralizados (DEX). En lugar de esperar a aprobaciones manuales, los usuarios tendrán acceso a cualquier activo en el momento en que éste exista.

El acceso por sí solo no basta: el trading tiene que ser fluido. Los exchanges del futuro integrarán la ejecución onchain y monederos de autocustodia integrados, lo que permitirá a los usuarios comprar tokens con la misma facilidad con la que lo hacen hoy. Funciones como magic spend permitirán a los exchanges financiar cuentas de autocustodia bajo demanda, convirtiendo fiat en la moneda onchain requerida, dirigiendo las operaciones a través de la mejor liquidez disponible y asegurando los activos sin que los usuarios tengan que gestionar claves privadas o interactuar con múltiples plataformas.

Nada cambiará desde la perspectiva del usuario, pero todo será diferente. Un trader sólo tendrá que hacer clic en "comprar" y el exchange se encargará de todo en segundo plano. No sabrán si el token ha "estado en lista" en el sentido tradicional, no necesitan saberlo.

El mayor obstáculo es la seguridad

Pasar de una lista de permitidos a una lista de bloqueados es el primer paso hacia un modelo de acceso más abierto para los CEX. En lugar de decidir con qué tokens pueden comerciar los usuarios, los exchanges sólo bloquearían las estafas o los activos maliciosos. Aunque este cambio hace más eficiente el comercio, también plantea importantes retos de seguridad y cumplimiento. Las amenazas pondrán constantemente a prueba el sistema, por lo que es preciso implantar protecciones eficaces.

Los reguladores esperan que los CEX impongan el cumplimiento más estrictamente que los DEX. La eliminación de las listas manuales exigirá una supervisión en tiempo real para detener las transacciones que impliquen activos de alto riesgo o actividades ilícitas. La seguridad no puede ser reactiva, sino proactiva, casi instantánea y automatizada. El comercio de acceso abierto puede ser demasiado arriesgado para los usuarios y los exchanges sin esta base.

El futuro es abierto

El funcionamiento actual de los exchanges no está pensado para el futuro. Un proceso de aprobación manual de las listas de tokens no es escalable y, a medida que los DEX siguen ganando terreno, el antiguo modelo se está convirtiendo en una desventaja competitiva.

El siguiente paso lógico es pasar a un modelo de lista de bloqueo (blocklist), en el que todos los tokens sean negociables por defecto excepto los marcados como maliciosos o no conformes con la regulación. Para sobrevivir, los exchanges deben trabajar para sustituir las lentas revisiones manuales por la detección de amenazas en tiempo real, la supervisión de la seguridad onchain y la automatización del cumplimiento normativo.

Los exchanges que hagan bien esta transición -—los que integren la seguridad en el núcleo de un modelo de acceso abierto— liderarán la próxima era de las criptomonedas. ¿Los que no? Se quedarán intentando competir con los DEX mientras siguen utilizando un sistema que ya no se adapta al mercado.

Opinión de: Ido Ben Natan, cofundador y CEO de Blockaid

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