La actual pandemia de coronavirus acelera el desarrollo de la moneda digital del banco central (CBDC), según la macro estratega del Deutsche Bank, Marion Laboure.

En un tuit del 3 de abril, Deutsche Bank cita la afirmación de Laboure de que el riesgo de que el efectivo propague el coronavirus motivará a las autoridades a considerar alternativas digitales.

CBDC: una respuesta necesaria al coronavirus

Como informó Cointelegraph a mediados de febrero, China inició una cuarentena de sus billetes usados en un intento por detener la propagación del coronavirus. La investigación publicada en 2008 mostró que el virus de la influenza pudo sobrevivir en billetes por hasta 17 días.

Laboure afirma que los gobiernos ven cada vez más el manejo del efectivo como un posible factor de riesgo de infección. Es probable que esto se convierta en una razón adicional para impulsar las monedas digitales. Otro tuit de Deutsche Bank la cita diciendo:

“Un patógeno de una vez en un siglo exige soluciones de una vez en un siglo. Un lugar obvio para comenzar es acelerar el inevitable cambio hacia [el efectivo digital]”.

Diferentes prácticas de efectivo en diferentes lugares

Un artículo publicado por el medio de noticias Project Syndicate el 19 de marzo, donde Laboure y su compañero de la Universidad de Harvard, Juergen Braunstein fueron coautores, y el candidato a doctorado y compañero Sachin Silva también con la misma sugerencia, dice:

“Si bien las autoridades chinas han estado destruyendo los billetes que potencialmente han entrado en contacto con el coronavirus, los países occidentales permanecen lamentablemente atrasados no solo en su respuesta a la pandemia, sino también en la adopción de pagos digitales. Un aspecto positivo de la crisis del COVID-19 es que esto puede cambiar pronto”.

Laboure no respondió a la consulta de prensa de Cointelegraph, al cierre de esta edición.

Curiosamente, los comentarios de Laboure contrastan con la investigación publicada por Deutsche Bank a fines de enero. Según el informe, el efectivo permanecerá en circulación durante un largo período de tiempo a pesar de la disminución como método de pago y no será reemplazado por monedas digitales en el corto plazo.

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