La pandemia de COVID-19 o coronavirus ha provocado patrones inesperados y reveladores entre los traders de criptomonedas, según una nueva investigación.

En su artículo titulado "Cómo la crisis afecta a las criptomonedas: Coronavirus como un caso de prueba", publicado en el blog de la Facultad de Derecho de la Universidad de Oxford el 17 de abril, Hadar Y. Jabotinsky y Roee Sarel observaron que los criptomercados dieron un pronunciado giro en U en medio de la crisis.

Analizando el período del 1 de enero al 11 de marzo, los investigadores encontraron que, inicialmente, tanto los precios del mercado spot como el volumen de negociación general aumentaron a medida que aumentaba el número de casos identificados de COVID-19. Esta correlación positiva se revirtió y los inversores comenzaron a sacar su efectivo de las criptomonedas y los mercados comenzaron a declinar.

¿Qué explica este cambio de sentido y qué pueden aprender los reguladores?

Perspectivas empíricas y algunas explicaciones posibles

Los investigadores argumentan que la correlación inicialmente positiva entre la propagación del virus y un aumento en la capitalización de mercado y el volumen de las criptomonedas implica que, al principio, los traders vieron a las criptomonedas como una fuente confiable de liquidez y un activo efectivo de refugio seguro.

Sin embargo, después de que el número de casos globales llegó a 50,000, alrededor del 28 de febrero, esta tendencia comenzó a revertirse, y los inversores parecieron responder aún más fuertemente al número de muertes que a las nuevas infecciones.

En el momento en que el total de casos llegó a 50,000, señalan, el número de infecciones recientemente identificadas comenzó a disminuir. Potencialmente, esto indica que los traders interpretaron una aparente pausa en la propagación de la enfermedad como una señal positiva para los mercados financieros, lo que los llevó a retroceder hacia los activos tradicionales.

Este impulso negativo en el sector de las criptomonedas en particular no retrocedió, incluso cuando el número de casos nuevos comenzó a aumentar exponencialmente otra vez, a principios de marzo.

Conclusiones para los reguladores

El documento extrae varias conclusiones clave de estos hallazgos, señalando que los mercados de criptomonedas podrían, en una opinión, entenderse como una fuente de riesgo sistémico para el sistema financiero tradicional en tiempos de crisis, particularmente dado que el nuevo sector se ha interconectado cada vez más con instituciones financieras heredadas.

Si bien una salida masiva de los mercados tradicionales a las criptomonedas puede agravar la inestabilidad del sistema, los investigadores señalan que las lecciones que se deben aprender son que la regulación debe ser dirigida y, crucialmente, sensible al tiempo. Una intervención que llega demasiado pronto o demasiado tarde será contraproducente, ya que los criptomercados no parecen responder a la crisis de manera lineal:

"En la medida en que la captación inicial en el mercado de criptomonedas se produce debido a externalidades puras –de manera que los actores del mercado no internalicen el riesgo–, la regulación sería bienvenida. Por otro lado, cualquier regulación debe tener cuidado de no socavar los beneficios que hacen que el criptomercado sea potencialmente más confiable en un momento de crisis”.

En épocas de estrés macroeconómico, las criptomonedas pueden potencialmente ofrecer a los inversores una línea de vida viable en coyunturas clave, una que no debe ser sofocada por una intrusión mal juzgada:

"En particular, si los mercados tradicionales colapsan, las empresas pueden recaudar fondos emitiendo tokens de valor, lo que aliviaría las restricciones de liquidez y reduciría el riesgo de un pánico bancario".

Como se informó a principios de esta semana, una aplicación basada en criptomonedas, que ayuda a los usuarios a crear una microeconomía en tiempos de emergencia, ha informado de un gran aumento en las descargas mensuales durante la pandemia.

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