Venezuela se encuentra en una encrucijada crucial mientras el gobierno se embarca en la ambiciosa tarea de desdolarizar la economía del país. Sin embargo, esta batalla cuesta arriba está llena de complejidades y barreras formidables que requieren una consideración cuidadosa.

Uno de los desafíos más importantes es la disminución precipitada del valor del bolívar venezolano, la moneda oficial del país. Las consecuencias resultantes han llevado a que empresas e individuos busquen estabilidad en el dólar estadounidense, marginalizando así al bolívar y dando lugar a una dolarización generalizada.

Restaurar la confianza en el bolívar se convierte en un obstáculo primordial en la búsqueda de la desdolarización. Esto requiere la implementación de medidas resueltas para abordar la inflación desenfrenada y estimular el crecimiento económico. Sin embargo, la eficacia de estos esfuerzos sigue siendo incierta, lo que genera dudas sobre la capacidad del gobierno para reinstaurar la confianza en su moneda nacional.

Economistas advierten sobre los riesgos de implementar rápidamente la desdolarización, ya que podría acarrear consecuencias adversas como la disminución de la inversión y un aumento en las tasas de desempleo.

El reconocido experto financiero, Asdrúbal Oliveros, describe la desdolarización como una tarea "extremadamente difícil", dada la casi insignificante valoración del bolívar venezolano. 

En la misma línea, el destacado economista y profesor Omar Zambrano ya ha comentado en el pasado reciente sus impresiones en cuanto a la política económica y las perspectivas de crecimiento, así como respecto a la dolarización de facto versus la dolarización formal. 

El experto dejó claro que “la estabilización basada en el tipo de cambio nominal puede limitar el futuro del desarrollo productivo”.

Más reciente, en una reseña reflejada en el portal Criptonoticias, Zambrano señala que obligar a volver a usar una moneda que tiene un serio problema de credibilidad, “es un tema peligroso porque las monedas se construyen a base de confianza”.

Además de estos desafíos formidables, la historia tumultuosa de inestabilidad económica en Venezuela, la corrupción generalizada en el gobierno y la profunda desconfianza entre los ciudadanos complican aún más el arduo camino hacia la desdolarización.

Sin embargo, los defensores argumentan que la desdolarización sigue siendo imperativa para el resurgimiento económico de Venezuela. Sostienen que recuperar al bolívar como la moneda principal del país es crucial para una recuperación sostenible.

El resultado final del esfuerzo de desdolarización en Venezuela sigue siendo incierto y solo el tiempo dará respuestas definitivas. Sin embargo, algo queda claro: esta intrincada odisea exige una determinación inquebrantable por parte del gobierno y una evaluación meticulosa de los riesgos y las recompensas involucradas.

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