La evolución tecnológica ha cambiado la forma en que las personas manejan sus bienes y activos, por lo que es urgente regular la herencia digital en Brasil. Actualmente el Código Civil no contempla reglas específicas para la transferibilidad de cuentas y activos digitales, lo que genera incertidumbre jurídica y disputas familiares. Mientras la reforma del Código Civil aún está en discusión, expertos señalan la necesidad de garantizar los derechos de los sucesores sobre activos digitales, como perfiles en redes sociales, dominios de sitios web, billeteras de criptomonedas y cuentas de almacenamiento en la nube.

La abogada Amanda Helito, especialista en Derecho de Familia y Sucesiones y socia de PHR Advogados, explica que la falta de disposiciones legales sobre la herencia digital puede generar dificultades para los herederos.

Hoy en día, muchas familias enfrentan desafíos al intentar acceder o administrar los activos digitales de un ser querido fallecido, ya que cada plataforma tiene sus propias reglas y no existe un entendimiento unificado en la legislación brasileña”, afirmó la especialista.

La discusión sobre la regulación de estos bienes busca evitar conflictos y garantizar la seguridad jurídica. "La doctrina brasileña busca distinguir los tipos de activos digitales para garantizar una adecuada transmisión a los herederos", afirmó Amanda Helito.

Otro punto relevante es la posibilidad de que el titular estipule previamente el destino de sus cuentas y activos digitales. "La manifestación expresa de la voluntad del fallecido reduce el riesgo de litigios y garantiza el respeto a su memoria", explica la abogada. En países como Estados Unidos y Francia, la legislación ya permite la transmisión de la herencia digital, sirviendo de referencia para la reforma brasileña.

Tipos de bienes digitales y su transmisión

Los activos digitales se dividen en dos categorías principales: los de carácter económico y los de carácter personalísimo.

Bienes digitales de naturaleza económica

Estos activos tienen valor financiero y pueden transmitirse, comercializarse o explotarse económicamente.

Esto incluye criptomonedas, NFT, dominios de sitios web, cuentas monetizadas en plataformas digitales, bibliotecas de música, videos y libros comprados en línea, así como derechos sobre contenido digital generador de ingresos, como canales de YouTube y perfiles de redes sociales monetizados”, explicó Helito.

La regulación de estos activos aún está en discusión en Brasil y su transmisión puede depender de las políticas de las plataformas.

La planificación digital de la sucesión se vuelve esencial para evitar problemas futuros”, advirtió la abogada.

Activos digitales de carácter personalísimo

Estos activos están vinculados a la identidad, la privacidad y la memoria de una persona y no tienen valor económico directo ni son automáticamente transferibles. Entre ellos se incluyen cuentas personales en redes sociales, correos electrónicos, mensajes privados, fotos almacenadas en la nube e historiales de navegación.

Amanda Helito aclara que, a diferencia de los bienes económicos, estos activos no pueden ser comercializados ni heredados libremente, pues están asociados a la personalidad del titular.

Aun sin una regulación específica, algunas plataformas ya permiten al titular determinar de antemano el destino de su cuenta tras su fallecimiento, ofreciendo opciones como la eliminación automática o la designación de un responsable para gestionar el perfil.

La sucesión de activos digitales personalísimos involucra aspectos legales, éticos y tecnológicos, requiriendo mayor claridad legislativa para asegurar el respeto a la memoria y privacidad de los fallecidos”, concluyó Helito.

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