Las DeFi desafían el status quo de las finanzas y ofrecen, según muchos, una alternativa más justa, inclusiva y democrática. Se trata de un conjunto de aplicaciones y protocolos que ofrecen servicios financieros sin intermediarios, aprovechando la tecnología blockchain y los contratos inteligentes. Las DeFi prometen una mayor inclusión, transparencia, eficiencia y autonomía para los usuarios, al tiempo que reducen los costes y los riesgos asociados a los sistemas tradicionales.

Por otro lado, los fondos cotizados en bolsa (ETF) son instrumentos de inversión que replican el comportamiento de un índice, una cesta de activos o un sector determinado. Los ETF permiten a los inversores acceder a una amplia diversidad de mercados con una sola operación, simplificando el proceso y reduciendo las comisiones. Los ETF también facilitan la exposición a activos que de otra forma serían difíciles o costosos de adquirir, como las materias primas, las divisas o las criptomonedas.

En los últimos años, se ha generado una gran expectativa en torno a la posible aprobación de un ETF de Bitcoin o de otras criptomonedas por parte de las autoridades reguladoras de Estados Unidos. Muchos ven en este hecho un catalizador para el crecimiento y la adopción masiva de las criptomonedas, al atraer a inversores institucionales y minoristas que buscan una forma segura, legal y conveniente de acceder a este mercado.

Pero, ¿qué relación hay entre las DeFi y los ETF? ¿Necesitan las DeFi la aprobación de los ETF para triunfar? ¿Qué beneficios y desafíos supondría para el ecosistema DeFi la existencia de un ETF de criptomonedas?

La respuesta corta es no, las DeFi no necesitan la aprobación de los ETF para triunfar. Las DeFi son una tecnología emergente que ofrece una serie de ventajas sobre los sistemas financieros tradicionales, como la descentralización, la transparencia y la eficiencia. Estas ventajas están atrayendo a un número creciente de usuarios, independientemente de la aprobación de los ETF.

Además, las DeFi cuentan con una comunidad activa y comprometida, que contribuye al desarrollo y la innovación de este sector. Existen cientos de proyectos DeFi que ofrecen soluciones para el intercambio, el préstamo, el ahorro, el seguro, la lotería, la predicción, y otras funciones financieras. Estos proyectos se basan en la colaboración, la experimentación y la competencia, generando un ecosistema dinámico y diverso.

Por tanto, las DeFi tienen un potencial enorme para transformar el mundo de las finanzas, sin depender de la aprobación de los ETF. Las DeFi son capaces de crear valor por sí mismas, sin necesidad de imitar o adaptarse a los modelos existentes. Las DeFi son una revolución en sí mismas, que no requiere de la validación de nadie para existir y prosperar.

Sin embargo, los ETF podrían ayudar a las DeFi a llegar a un público más amplio. La respuesta anterior, aunque cierta, no es completa. Si bien las DeFi no necesitan la aprobación de los ETF para triunfar, eso no significa que no se beneficiarían de ella. Los ETF podrían ayudar a las DeFi a llegar a un público más amplio, al facilitar el acceso y la comprensión de las criptomonedas y las DeFi para los inversores.

Hay que aceptar todas las soluciones como parte de la misma familia

No hay que caer en el falso dilema de dividir este ecosistema entre dos bandos enfrentados: las soluciones DeFi y las soluciones centralizadas. Ambas tienen sus ventajas y sus inconvenientes, y pueden coexistir y complementarse. Hay que ver todas las soluciones como parte de la misma familia, y no como rivales irreconciliables.

Por un lado, las soluciones DeFi ofrecen una mayor autonomía, transparencia y eficiencia a los usuarios, pero también implican una mayor responsabilidad, riesgo y complejidad. Los usuarios de las DeFi tienen que asumir el control total de sus fondos, lo que significa que no hay nadie que les proteja o les ayude en caso de error, pérdida o ataque. Los usuarios de las DeFi también tienen que estar al tanto de las constantes novedades, actualizaciones y cambios que se producen en este sector, lo que requiere de un aprendizaje continuo y una adaptación rápida.

Por otro lado, las soluciones centralizadas ofrecen una mayor seguridad, comodidad y simplicidad a los usuarios, pero también implican una mayor dependencia, opacidad y coste. Los usuarios de las soluciones centralizadas tienen que confiar en terceros para gestionar sus fondos, lo que significa que están expuestos a la posibilidad de que estos terceros fallen, se equivoquen o actúen de forma maliciosa. Los usuarios de las soluciones centralizadas también tienen que aceptar las condiciones, las limitaciones y las tarifas que les imponen estos terceros, lo que reduce su libertad y su rentabilidad.

El éxito de una puede beneficiar a la otra

En este sentido, el éxito de una solución puede beneficiar a la otra, y viceversa. Porque todas las soluciones juntas incrementan la infraestructura del ecosistema, al aportar más opciones, más innovación y más competencia. La industria toda se convierte en una opción más completa, más atractiva y más robusta.

Por ejemplo, la aprobación de un ETF de criptomonedas podría beneficiar a las DeFi, al aumentar la demanda, la liquidez y el valor de las criptomonedas que las respaldan. Pero también podría beneficiar a las soluciones centralizadas, al generar más confianza, más legitimidad y más regulación para el sector. Y viceversa, el éxito de las DeFi podría beneficiar a los ETF, al aumentar la oferta, la innovación y la calidad de las criptomonedas que los componen. Pero también podría beneficiar a las soluciones centralizadas, al generar más interés, más diversidad y más competencia para el sector.

Nuestra solución no es la única valiosa

En conclusión, las DeFi no necesitan la aprobación de un ETF para triunfar, pero sí se beneficiarían mucho de la aprobación por el impacto directo e indirecto de lo que podría representar. Es algo así como el éxito de mi amigo es mi éxito también.

Por eso, hay que dejar la mezquindad y la rivalidad entre las soluciones DeFi y las soluciones centralizadas. Nuestra solución no es la única valiosa. Hay mucho más valor en la diversidad de opciones. Y el éxito de una puede beneficiar a la otra.

Lo que realmente importa es que las criptomonedas y las DeFi sigan creciendo, innovando y democratizando el mundo de las finanzas. Y que los inversores tengan la libertad y la responsabilidad de elegir la solución que mejor se adapte a sus necesidades, preferencias y objetivos.

Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.