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Gustavo GodoyGustavo Godoy

¿Aún maneja la FED los hilos de la volatilidad de Bitcoin?

Analicemos la persistente influencia de la FED en la volátil trayectoria de Bitcoin y su destino.

¿Aún maneja la FED los hilos de la volatilidad de Bitcoin?
Opinión

La Reserva Federal (FED) de Estados Unidos es, sin duda, la institución más influyente en los mercados financieros globales. Sus decisiones de política monetaria, principalmente el ajuste de las tasas de interés y las acciones relacionadas con su balance, tienen un efecto dominó que se propaga desde la deuda soberana hasta el mercado bursátil, afectando a la valoración de prácticamente todo activo denominado en dólares. Durante un tiempo considerable, esta influencia se extendió poderosamente al mercado de Bitcoin y otros activos digitales.

Bitcoin, a pesar de su naturaleza descentralizada y su narrativa de ser un "oro digital", fue clasificado por muchos inversores institucionales como un activo de riesgo, similar a las acciones de tecnología de alto crecimiento. Por lo tanto, en los periodos de ajuste monetario agresivo por parte de la FED, el precio de Bitcoin a menudo se correlacionó negativamente con el dólar y positivamente con el índice S&P 500 y, en particular, con el Nasdaq. El miedo a las subidas de tasas, o la expectativa de que se produzcan, resultó ser un motor de volatilidad tan o más potente que la acción misma.

Es fundamental entender que la FED no solo ejerce su poder a través de la acción directa, sino también mediante la comunicación y la expectativa. Los mercados financieros son máquinas de anticipación. Los inversores no esperan a que la FED suba las tasas; ajustan sus carteras en el momento en que el presidente de la institución o sus miembros sugieren que un cambio está en camino.

Esta anticipación crea un ciclo de volatilidad donde la publicación de datos económicos clave (como la inflación o el empleo) es interpretada inmediatamente a través del prisma de la política monetaria. Un dato de inflación más alto de lo esperado se traduce casi instantáneamente en la expectativa de que la FED actuará con más dureza, lo que provoca la venta de activos de riesgo, incluyendo Bitcoin. La simple posibilidad de un giro en la política (un "pivote" hacia una postura más flexible) puede impulsar al alza los precios de los activos digitales, incluso antes de que el cambio se materialice. En este sentido, la influencia de la FED no es un control directo, sino una fuerza gravitacional ejercida a través de la gestión de las percepciones y las probabilidades futuras.

Sin embargo, el mercado de Bitcoin ha madurado significativamente, y la pregunta de si la FED aún ostenta la influencia principal es objeto de un debate cada vez más intenso. La narrativa que ligaba intrínsecamente a Bitcoin con la política monetaria estadounidense ha comenzado a ceder terreno ante la emergencia de factores endógenos y estructurales propios del ecosistema de las criptomonedas.

Uno de estos factores es la adopción institucional y la creación de nuevos vehículos de inversión. La aprobación y lanzamiento de productos financieros regulados que permiten a los inversores tradicionales acceder a Bitcoin, como los fondos cotizados en bolsa (ETF), han inyectado una nueva demanda que opera con una lógica diferente a la especulación a corto plazo impulsada por la liquidez. Estos flujos de capital, que responden a decisiones de asignación de activos a largo plazo y no a los comunicados mensuales de la FED, sugieren una desconexión gradual de la dependencia exclusiva de la política monetaria.

Otro factor crucial es la naturaleza cíclica de Bitcoin. El evento de la reducción a la mitad (o halving), que ocurre aproximadamente cada cuatro años y reduce a la mitad la emisión de nuevos Bitcoins, es un motor de escasez que afecta directamente a la oferta. La anticipación de este evento y sus consecuencias en el modelo de inventario a flujo (stock-to-flow) son poderosos impulsores de precio que operan con independencia del ciclo económico estadounidense.

La realidad es que el mercado de Bitcoin opera en una dualidad. Por un lado, está inmerso en el ecosistema financiero global donde el dólar y la FED son la fuerza dominante. Los grandes fondos de cobertura y los bancos que invierten en Bitcoin deben gestionar sus riesgos globales, lo que significa que la liquidez y el apetito por el riesgo dictados por las tasas de interés de la FED seguirán siendo un factor importante. El coste de oportunidad de mantener Bitcoin frente a un bono estadounidense que ofrece un buen rendimiento no desaparece solo porque se apruebe un ETF.

El vínculo existe, pero ha evolucionado de una relación de causa-efecto a una de interdependencia moderada. La FED puede establecer el tono del mercado global, pero ya no puede determinar unilateralmente el destino de Bitcoin.

A pesar de que la tesis central apunta a que la influencia de la FED se está diluyendo a favor de los factores endógenos de Bitcoin, existe una perspectiva que sugiere lo contrario: la volatilidad inherente de Bitcoin es, en sí misma, una respuesta a la política de la FED.

Se podría argumentar que la misma existencia de Bitcoin como un activo global de gran capitalización y su extrema volatilidad son un síntoma directo de las distorsiones monetarias creadas por años de políticas expansivas, como las tasas de interés cercanas a cero y la impresión masiva de dinero. Si la FED hubiera mantenido una política monetaria estricta y predecible durante las últimas décadas, la necesidad de un activo como Bitcoin, que ofrece un suministro limitado y una política monetaria transparente, podría no haber resonado con tanta fuerza entre el público global.

Por lo tanto, más que un activo cuyo precio es gestionado por la FED, Bitcoin es, en un sentido profundo, una consecuencia de la forma en que la FED y otros bancos centrales han manejado el sistema monetario global. Su volatilidad no sería un simple efecto secundario, sino el precio que el mercado está dispuesto a pagar por un activo que se percibe como la antítesis de un sistema fiat propenso a la inflación. En este contexto, la FED no maneja los hilos de su volatilidad, sino que su política es la razón fundamental de su existencia y su ascenso como activo de riesgo.

Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.