Nacido como un movimiento muy beneficioso para la plataforma de Ethereum, el consorcio Enterprise Ethereum Alliance (EEA) es una asociación entre firmas de las más importantes en distintas áreas, como J.P. Morgan, Accenture, British Petróleum, Credit Suisse, UBS, Banco Santander, Microsoft, ConsenSys y Cisco, creada para el desarrollo de metodologías, lineamientos y esquemas que permitan aprovechar la disrupción que representa la blockchain, aunando en las virtudes que ofrece el protocolo de Ethereum para garantizar los procesos en los negocios de una forma segura y eficiente; se trata de una alianza que no tiene fines de lucro y que es financiada por medio de donaciones provenientes de las entidades que la integran.Jeremy Millar, fundador de la EEA, expresó:

Ethereum ya es una de las tecnologías más usadas para desarrollar y desplegar sistemas de blockchain para entornos corporativos. Las empresas se inclinan por implementaciones de código abierto que suponen un estándar único, un ecosistema que avanza muy rápidamente y el acceso a talento.

¿Qué persiguen los integrantes de EEA?

Muchas ya utilizaban la plataforma Ethereum, por lo que esperan que esta alianza facilite una comunicación eficaz entre las redes de cada corporación... La idea es hacer todo lo posible por evitar protocolos aislados y un entendimiento que no sea colectivo; al fin y al cabo, esto se trata de evaluar distintos escenarios de uso de blockchain en el mundo empresarial. Los aliados esperan crear planteamientos de operatividad y escalabilidad de aplicaciones, explotando todo el potencial de Ethereum para lograrlo –la Fundación detrás de la plataforma está a la cabeza del consorcio–. No cabe duda que estamos ante uno de los proyectos con mayor alcance en el ámbito de blockchain.Carlos Kuchkovsky, New Digital Business CTO de BBVA, opina:

Creemos que la EEA es clave para crear estándares comunes que van a permitir incorporar las ventajas de blockchain a los procesos de negocio

El lanzamiento de EEAA se llevó a cabo el pasado 28 de febrero en la ciudad de New York, avalando que los integrantes del grupo serán sustituidos cada cierto tiempo para cumplir con una operatividad descentralizada, y que el objetivo del consorcio no es adentrarse en el ámbito de las blockchains privadas –no se quiere crear una criptomoneda– sino utilizar la plataforma ya existente para potenciar la gestión de pagos y las comunicaciones.

Como todo proyecto de alta envergadura, es lógico que en contraposición a las alabanzas que se generan en gran parte del público, también haya reacciones lo suficientemente encontradas como para ser tomadas en cuenta. Por ejemplo, en la conferencia EDCON que se realizó entre los días 12 y 19 de febrero en la ciudad de París, algunos mostraron ciertas preocupaciones por el hecho de que Microsoft pueda influir a largo plazo en el ecosistema. Los intereses que las empresas pudieran depositar en esto son un tema que da mucho de qué hablar, pero de momento sólo nos queda esperar y ser partícipes de un recorrido que luce muy prometedor.