El Banco Central de Bolivia (BCB) reunió las condiciones iniciales necesarias para la creación de una Moneda Digital del Banco Central (CBDC) en Bolivia en la publicación del “Primer informe del boliviano digital” este último octubre de 2025.
Según destacaron desde la entidad gubernamental en su sitio oficial, el informe es el resultado de un proceso de evaluación inicial para contemplar la viabilidad de implementar una moneda digital en Bolivia.
“El BCB (...) inició un proceso de investigación y diagnóstico sobre la pertinencia de un boliviano digital en el país, constituyéndose en el primer esfuerzo institucional orientado a evaluar la viabilidad, los beneficios y los riesgos de una eventual emisión de este instrumento digital, concebido como un complemento a la infraestructura de pagos existente”, comunicó Roger Edwin Rojas Ulo, Presidente del Banco Central de Bolivia, en el informe.
Con el objetivo de fortalecer la soberanía monetaria, el sistema de pagos y facilitar el acceso a servicios financieros en todo el país, la evaluación marca el inicio de un proceso de investigación orientado hacia la digitalización de la economía en Bolivia en torno a preceptos de eficiencia y oportunidad que, según aclararon, requerirá tiempo, planificación cuidadosa y “un enfoque gradual basado en una adecuada definición de objetivos, diseño, definición de casos de uso, pruebas piloto y consultas amplias”.
Parte de un proceso de integración digital general
Según el BCB, la implementación de una moneda digital nacional se encuentra enmarcada dentro de un proceso de integración digital general y gradual.
En ese sentido, desde la entidad gubernamental destacaron el reciente estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) “Más allá del dinero en efectivo: la revolución de los pagos digitales en América Latina y el Caribe”, donde se revelaron los avances logrados por Bolivia en materia de interconexión e interoperabilidad, así como la estandarización del código QR, en su sistema de pagos, como ejemplo de la digitalización financiera efectiva.
“Desde 2022, cuando el Banco Central de Bolivia en coordinación con la industria bancaria implementó un sistema interoperable de pagos digitales, el número trimestral de transacciones interbancarias de bajo valor aumentó más de seis veces”, aseguraron desde el BID.
Y agregaron que, en el caso de las transacciones trimestrales de bajo valor por cada 1.000 adultos, antes y después de la implementación, estas se multiplicaron por cinco en sólo nueve trimestres.
La futura implementación de una moneda digital de banca central sólo puede surgir en un contexto de creciente digitalización financiera y bajo ningún punto ser considerada como una solución inmediata, según propusieron desde el BCB, “sino como un proyecto a largo plazo que, diseñado de manera adecuada, puede beneficiar a la economía y a la sociedad”.
Objetivos y marco conceptual
Los pagos digitales están creciendo en todo el mundo; no sólo son más rápidos y convenientes, sino que también mejoran la trazabilidad de las operaciones y facilitan la inclusión financiera, especialmente en países donde las barreras geográficas y en regiones donde la infraestructura tradicional limita el acceso a servicios financieros.
Según datos del Banco Mundial, en América Latina y el Caribe, la proporción de adultos que realizaron o recibieron pagos digitales creció de 44% en 2014 a 66% en 2021.
Uno de los principales desafíos que enfrentan los bancos centrales alrededor del mundo es proteger la soberanía monetaria frente al creciente uso de activos virtuales de emisión privada, como las stablecoins o monedas estables, que buscan posicionarse como medios de pago alternativos.
De acuerdo al informe del BCB, de la misma forma que el efectivo, “el boliviano digital propuesto sería un pasivo emitido por el Banco Central de forma electrónica, con las mismas características de la moneda de curso legal, respaldada por la autoridad monetaria”.
Según desarrollaron, hay dos modelos operativos básicos ya ampliamente evaluados en el mundo que definen quién distribuirá la CBDC (Central Banking Digital Currency, por sus siglas en inglés) y quiénes serán los actores encargados de gestionar sus operaciones:
El modelo directo: el banco central administra toda la infraestructura y relación con el usuario final.
El modelo intermediado: los proveedores de servicios financieros autorizados actuarían como distribuidores del boliviano digital.
El modelo intermediado es el más recomendado, según la entidad gubernamental boliviana, ya que permite que el banco central concentre sus esfuerzos en la supervisión y seguridad, mientras que los intermediarios gestionan la atención a los usuarios.
Dentro de estas alternativas, también existe otra disyuntiva clave a la hora de encarar la implementación de esta tecnología; desarrollar un enfoque minorista o mayorista.
Mientras que la CBDC mayorista tiene como público instituciones financieras autorizadas, bancos comerciales y entidades del mercado financiero, la CBDC minorista tiene como alcance la ciudadanía general, pequeñas y medianas empresas, comercios, trabajadores informales y sectores no bancarizados.
Mayor o menor centralización
Desde una perspectiva tecnológica, según difundieron desde el BCB, existen dos enfoques principales para la implementación de una CBDC: el modelo basado en cuentas y el modelo basado en tokens digitales.
El modelo basado en cuentas replica la lógica de las cuentas bancarias tradicionales, donde los saldos se mantienen en registros centralizados asignados a cada usuario. El segundo, por su parte, “utiliza representaciones digitales del dinero emitidas como tokens, que pueden transferirse entre usuarios sin necesidad de intermediación constante”.
Según el BCB,
El modelo de tokens digitales representa un equilibrio estratégico entre innovación tecnológica, inclusión financiera y control regulatorio, por lo que al replicar las propiedades del efectivo en un entorno digital seguro y trazable, se fortalece la eficiencia de los pagos y se amplía el acceso a servicios financieros digitales en todo el territorio nacional
Diferencias fundamentales entre la implementación de una CBDC basada en tokens o cuentas bancarias. Fuente: BCB
Inclinación por una CBDC mayorista
La conclusión del informe es que, teniendo en cuentas las características del desarrollo actual y previsiones del sistema de pagos en Bolivia, la alternativa más provechosa para una posible implementación en el caso boliviano sería la CBDC mayorista.
Según remarcaron, a diferencia de los modelos orientados al público general, el enfoque mayorista “busca modernizar el ecosistema financiero desde su base estructural, optimizando las relaciones entre entidades reguladas, el Tesoro General de la Nación (TGN) y el propio Banco Central”.
Esta lógica está en línea con las recomendaciones técnicas del Fondo Monetario Internacional, que destacan el rol de las CBDC mayoristas como una alternativa de eficiencia, velocidad y resiliencia de pagos, en contextos de creciente complejidad sistémica.
El informe señaló una serie de características clave que debería asegurar una correcta implementación de lo que sería un futuro boliviano digital con un enfoque mayorista emitido por el BCB:
Principio de accesibilidad pública: Garantiza que entidades financieras (bancos, cooperativas, cámaras de compensación, Tesoro) operen en condiciones técnicas y normativas homogéneas, seguras y eficientes, a través de interfaces estandarizadas, autenticación estricta (certificados digitales, Public Key Infraestructure) e interoperabilidad auditable con bajo riesgo operativo.
Interoperabilidad: De ella depende la integración con sistemas de liquidación bruta en tiempo real (LBTR) e infraestructuras de valores. Una CBDC mayorista debe funcionar como una capa de liquidación universal, capaz de interactuar con sistemas existentes, las CCL y la EDV, sin generar duplicaciones ni fricciones entre plataformas.
Trazabilidad: Ofrece seguimiento en tiempo real del ciclo completo de operaciones (origen a liquidación) mediante DLT o bases distribuidas. Mejora supervisión del Banco Central, detecta cuellos de botella y fortalece control macroprudencial, superando registros tradicionales separados.
Seguridad: Principio esencial con estándares ISO/IEC 27001, MFA, gestión de incidentes, BCP y pruebas de estrés. Esta arquitectura deberá garantizar la continuidad operativa a toda hora, todos los días con latencias mínimas y tolerancia a ataques de denegación de servicio o accesos no autorizados.
Privacidad: Si bien toda operación en el sistema de pagos de alto valor es trazable para el BCB, se debe preservar el principio de compartimentación, mediante canales cifrados, validaciones por niveles jerárquicos y mecanismos de privacy by design.
Flexibilidad tecnológica: El entorno mayorista debe permitir la incorporación gradual de nuevos participantes, la expansión a funciones como DvP o PvP, y la posible interoperabilidad futura con esquemas internacionales de liquidación en moneda extranjera o stablecoins reguladas.
El éxito de una CBDC mayorista en Bolivia, según el informe del BCB, dependerá de tres condiciones esenciales: visión estratégica a largo plazo, disciplina técnica en su implementación, y legitimidad construida mediante consulta y transparencia.
“Estas condiciones deben orientar las siguientes fases del proyecto, incluyendo la elaboración de un plan operativo, la identificación de casos de uso prioritarios, y la preparación de infraestructura y talento humano que garantice la sostenibilidad del modelo”, concluyeron desde el informe.
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