Puntos clave:
La capitalización de mercado de las stablecoins se ha duplicado a 280.000 millones de dólares desde 2023, con previsiones de alcanzar los 2 billones de dólares para 2028; más de la mitad ya funciona en Ethereum.
Los activos del mundo real on-chain han crecido un 413% desde principios de 2023 hasta los 26.700 millones de dólares, con BlackRock, Franklin Templeton y otros liderando la iniciativa en Ethereum.
La Ley GENIUS y la Ley CLARITY podrían allanar el camino para la adopción institucional a gran escala y fortalecer el papel de Ethereum.
El precio de Ether (ETH) se ha disparado un 88% en solo dos meses, superando a la mayoría de las criptomonedas de gran capitalización. Algunos lo atribuyen a la tan esperada temporada de altcoins. Otros señalan que los ETF de ETH finalmente están encontrando a sus compradores, o a la ola de tesorerías corporativas que están comprando Ether. Sin embargo, toda esa euforia parece más una consecuencia que el verdadero motor. Lo que realmente impulsa el repunte es el aumento silencioso e implacable de la adopción institucional en el ecosistema cripto.
Al asegurar el dominio en dos sectores muy codiciados por las finanzas tradicionales, las stablecoins y los activos tokenizados del mundo real (RWA), Ethereum se está posicionando como la plataforma de contratos inteligentes preferida. Nuevas regulaciones de EEUU, en particular la Ley GENIUS y la Ley CLARITY, podrían amplificar esta tendencia y acelerar la integración de Ethereum en las finanzas institucionales.
Las stablecoins son el flujo sanguíneo de las finanzas
Desde el comienzo del ciclo 2023-2026, la capitalización de mercado de las stablecoins se ha duplicado a 280.000 millones de dólares, según DefiLlama. Los analistas de McKinsey estiman que esta cifra superará los 400.000 millones de dólares a finales de año y alcanzará los 2 billones de dólares para 2028. Aunque antes solo servían como pares de trading para otras criptomonedas, las stablecoins se han convertido en un competidor directo de los sistemas tradicionales de transferencia de dinero — más rápidas, más baratas, más inclusivas y cada vez más globales.
Ethereum domina en este ámbito. Dune Analytics muestra que el 56,1% de todas las stablecoins operan en Ethereum. La ecuación es sencilla: cuantas más stablecoins asuman los pagos transfronterizos, más ganancias obtendrá Ethereum en tarifas de transacción.
La regulación ahora le otorga a este crecimiento una base legal sólida. La Ley GENIUS, firmada en julio de 2025, establece el primer marco federal para las stablecoins. Exige un respaldo uno a uno con dólares o bonos del Tesoro a corto plazo, la divulgación pública de reservas y mantiene las stablecoins fuera de la regulación de valores. Esto hace que su emisión y uso sean más seguros y predecibles, y vincula su crecimiento a los bonos del Tesoro de EEUU y al propio dólar.
Los RWA son el siguiente paso para llevar los activos financieros on-chain
Los activos del mundo real tokenizados se han convertido en el estandarte de este ciclo. El sector está explotando a medida que los bancos y los gestores de activos descubren lo mucho más rápido que es mover activos tokenizados que lidiar con los mecanismos de TradFi. El sitio web de análisis RWA.xyz sitúa su crecimiento en un 413% desde principios de 2023, pasando de 5.200 millones de dólares a 26.700 millones de dólares hoy.
Grandes actores están impulsando este cambio. BUIDL de BlackRock, WTGXX de WisdomTree y BENJI de Franklin Templeton ahora comparten el mismo espacio que los activos de emisores nativos de criptomonedas, como XAUT de Tether, PAXG de Paxos y OUSG y USDY de Ondo. Esta convergencia muestra la rapidez con la que se disuelve la línea entre las criptomonedas y las finanzas tradicionales.
Ethereum vuelve a liderar el camino, albergando más de 7.600 millones de dólares en activos del mundo real tokenizados y capturando el 52% de todo el mercado de RWA.
Ethereum es la blockchain más “madura”
La ventaja de Ethereum radica no solo en su cuota de mercado, sino también en su credibilidad. Ha ganado la confianza institucional como la plataforma de contratos inteligentes más antigua con un 100% de tiempo de actividad y una amplia descentralización. Cointelegraph ha destacado previamente que TradFi considera cada vez más a Ethereum como la red más probada en batalla y creíblemente neutral. Irónicamente, estas mismas cualidades hacen que Ethereum sea mucho más atractiva para TradFi que las blockchains “privadas” que una vez fueron aclamadas como el futuro listo para las finanzas.
En un giro formidable de los acontecimientos, el cambio regulatorio de EEUU ahora convierte ese contraste en ley. La Ley CLARITY, aprobada por la Cámara de Representantes el 17 de julio y ahora esperando su turno en el Senado, introduce el concepto de una “blockchain madura” y traza la línea entre los activos regulados como commodities por la CFTC y aquellos bajo la supervisión de valores de la SEC. Las implicaciones son de gran alcance para las finanzas de criptomonedas y los RWA en particular: cualquier cadena que cumpla con la prueba de madurez podría albergar versiones tokenizadas de casi cualquier activo.
Para calificar, ninguna entidad individual puede controlar la red o poseer más del 20% de sus tokens; el código debe ser de código abierto, la gobernanza transparente y la participación amplia. Ethereum supera fácilmente esta barrera, lo que la convierte en la elección obvia para las instituciones que se preparan para llevar la inmensidad de los activos del mundo real on-chain.
A medida que la regulación construye el puente entre DeFi y TradFi, Ethereum no solo está bien posicionada; se está convirtiendo en los raíles de elección. Piensa en ETH no como un activo especulativo, sino como una pieza de infraestructura financiera central. Y ese tipo de cambio de realidad no solo transforma los ecosistemas, sino que también cambia las trayectorias de precios.
Este artículo no contiene consejos ni recomendaciones de inversión. Toda inversión y operación comercial conlleva riesgos, por lo que los lectores deben realizar su propia investigación antes de tomar una decisión.