El Ministro de Hacienda del Reino Unido ha anunciado esta semana la creación de un grupo de trabajo sobre las CBDC, que reúne al Banco de Inglaterra y al Tesoro de Su Majestad para coordinar la exploración de una posible moneda digital del banco central.

En función de la información recibida de diversos sectores de la industria, el mundo académico y la sociedad civil, el grupo de trabajo asesorará al Banco de Inglaterra sobre la futura implementación (o no) de lo que sería una versión digital de la libra.

Antony Welfare, director ejecutivo de empresas en NEM, es miembro del Whitechapel Think Tank y del Finance Payments Working Group, que han proporcionado una investigación preliminar al Banco de Inglaterra para la formación de su grupo de trabajo sobre las CBDC. Welfare contribuyó a un informe titulado The Impact of Digital Currency on the Future of Payments (El impacto de la moneda digital en el futuro de los pagos), encargado por el Banco de Inglaterra y publicado en diciembre de 2020.

El grupo de trabajo considerará la implementación de una CBDC desde todos los ángulos disponibles, pero en declaraciones a Cointelegraph, Welfare dijo que una de las mayores ventajas que ofrece una libra digital podría ser la inclusión financiera, citando la ubicuidad de los dispositivos móviles y su uso habitual entre la población:

"Una CBDC puede ayudar significativamente a la inclusión financiera. La abrumadora mayoría de los ciudadanos tiene hoy acceso a dispositivos móviles, los beneficios potenciales del acceso a la moneda digital estatal que están literalmente en la palma de la mano son increíbles".

Welfare señaló la utilidad que un sistema digital habría proporcionado en medio del cierre por COVID-19, especialmente para ayudar al gobierno a emitir pagos por desempleo a los ciudadanos que fueron despedidos.

"En términos de una crisis, por ejemplo si el gobierno desea enviar pagos de estímulo, la moneda podría ser emitida inmediatamente a millones de ciudadanos, como se ha probado recientemente en China con el yuan digital", añadió Welfare.

El informe de 74 páginas publicado por Whitechapel Think Tank y el Finance Payments Working Group destaca seis importantes consideraciones políticas relevantes para la implementación de una CBDC en el Reino Unido. Entre estas consideraciones se encuentran cuestiones ampliamente abordadas como la regulación, la cooperación internacional, el fomento de la innovación y la necesidad de nuevas normas universales de seguridad y privacidad a las que obligará la llegada de la nueva tecnología.

Pero, como señala Welfare, seguirá existiendo la posibilidad de que se produzcan malentendidos entre los responsables de la administración, la banca y otros sectores. En su opinión, el proceso educativo debe formar parte de la hoja de ruta de cualquier posible implementación de una CBDC.

"A medida que se aceleren las hojas de ruta hacia la implantación de una CBDC, habrá muchos malentendidos sobre los fundamentos de una CBDC por parte de muchas partes interesadas, incluso hoy en día, muchos gobiernos y bancos no entienden completamente los beneficios de una CBDC, así que educar a estas partes interesadas debería ser una parte fundamental de la hoja de ruta de la CBDC de cada estado", dijo Welfare.

La transparencia que permite el uso de la tecnología blockchain suele percibirse como una ventaja deseable, pero, según Welfare, este podría ser uno de los puntos de fricción que impiden que las entidades preocupadas por la privacidad se animen a participar en el proyecto de una CBDC.

"El mayor reto puede recaer en las cuestiones de privacidad. La blockchain es intrínsecamente segura y ofrece una excelente protección de los datos, pero puede diseñarse y controlarse de forma que no permita la privacidad que desean los ciudadanos o las empresas", afirma Welfare.

El acelerado avance de China hacia el lanzamiento de su propia CBDC —el yuan digital— también podría ser un factor decisivo a la hora de que el Reino Unido lance una libra digital, dice Welfare, que advirtió que una "brecha de CBDC" podría socavar la libra esterlina tal y como existe ahora.

"A largo plazo, uno de los mayores impulsos para la adopción de una libra digital podría estar en el ámbito del comercio internacional", afirma Welfare, y añade: "Los países con CBDC podrían exigir el pago en su propia CBDC nativa, es decir, el yuan digital, el dólar digital, etc., lo que supondría una cuestión de negociación políticamente delicada y podría socavar el valor de la libra esterlina".

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