Un grupo de acreedores de FTX, liderado por Sunil Kavuri, ha presentado una objeción al plan de reorganización de bancarrota del exchange de criptomonedas. Lo rechazan por varios motivos, incluyendo la afirmación de que no atiende a los mejores intereses de los acreedores.
Los acreedores argumentaron que ser reembolsados en efectivo desencadenaría un evento imponible, causando que incurran en costos indebidos. El reembolso de activos en especie se mencionó en la objeción como una posible solución.
Además, los acreedores se opusieron a la liberación de fondos a los deudores, FTX Estate, citando la ley del Capítulo 11, afirmando en última instancia que la herencia de bancarrota de FTX estaba intentando distribuir activos robados.
Estas objeciones siguen a meses de problemas entre FTX Estate, antiguos clientes y acreedores de FTX. En 2023, el Comité Oficial de Acreedores No Garantizados (UCC) de FTX dijo estar “extremadamente decepcionado” con el plan de reorganización de la herencia de bancarrota de FTX, afirmando que no se le contactó para aportar comentarios en el proceso de redacción inicial.
El UCC también argumentó que las disposiciones establecidas en el plan complicarían el ya abultado proceso de bancarrota, añadiendo tiempo y costo a los procedimientos de liquidación.
En enero de 2024, tanto los antiguos clientes como los acreedores de FTX exigieron que el exchange ahora desaparecido les reembolsara usando los precios de mercado actuales, en lugar de los precios bajos de 2022, cuando el exchange de FTX colapsó durante los momentos más bajos del mercado bajista de criptomonedas.
Este desacuerdo se ha convertido en un punto principal de contención en los procedimientos de bancarrota en curso, ya que la herencia de FTX y los acreedores continúan enfrentándose sobre la propuesta de reembolso en especie y el tema más amplio de los derechos de propiedad.
Las tensiones entre los acreedores de FTX y la herencia de bancarrota volvieron a intensificarse en febrero de 2024 cuando los acreedores de FTX lanzaron una demanda contra Sullivan & Cromwell, el bufete de abogados que supervisa la bancarrota de FTX. Alegan que la firma fue cómplice del fraude de FTX y era consciente de la grave situación en el exchange antes del colapso.
Una investigación independiente posteriormente encontró a Sullivan & Cromwell inocente de cualquier delito y mantuvo que el bufete de abogados no tenía conocimiento de la actividad fraudulenta en FTX antes de su colapso.
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