GreenBondMeter (GBM) comenzó ya el proceso de reconversión integral de un campo de 24,500 hectáreas en la selva paranaense, en Misiones, Argentina. Así lo informaron a Cointelegraph en Español, a través de un comunicado.

“Los servicios que aporta el capital natural están infravalorados o permanecen ocultos en muchos casos, a pesar del gran potencial que tienen de impactar en empresas y organizaciones. Esta invisibilidad, junto con un modelo de producción y consumo «business as usual» y la creciente población humana en un planeta finito suponen una gran presión sobre el medio ambiente”, dijo Claudia Moray, abogada y arquitecta, especialista en Derecho Ambiental y responsable del abordaje legal/ambiental para la prevención de contingencias dentro del Departamento Legal de GreenBondMeter (GBM),  la alianza global que da sustento a GBMcoin, una criptomoneda pensada para ayudar a la preservación de bosques o selvas amenazadas por la deforestación.

La propuesta de Green Bond Meter (GBM) consiste en la conservación y recuperación del patrimonio natural en Argentina y alrededor del mundo. Es una solución que invita a proteger 100 millones de hectáreas de biosfera (flora, fauna, tierra) durante 100 años mediante la creación de un ecosistema que combina las tecnologías Blockchain, GIS y AI.

“De esta manera, de las mejores tierras, se elegirá un millón de hectáreas, cuyos m2 serán asociados a 1 token = 1 GBM Coin, estableciendo un activo digital respaldado en el capital natural que preserva. Anualmente este token (GBM Coin) emitirá créditos de carbono entre las tierras propias y de terceros, en función de la adicionalidad generada por la preservación de biosfera y fijación de CO2”, explicaron en el comunicado.

GreenBondMeter (GBM) ya comenzó el proceso de reconversión integral de un campo de 24,500 hectáreas en la selva paranaense, en Misiones, que estaba sometido a un proceso de deforestación controlada, que ahora comenzó a revertirse para su conservación.  

“En esas tierras, los obreros contratistas que trabajaban en la extracción de madera, estarán incluidos en los planes y acciones de remediación a través de las tareas de reforestación, esperamos comenzar con las tareas al inicio del próximo año”, amplió Moray.

Y agregó: “Los procesos de recuperación de hectáreas de bosques que pasan de la tala a la reforestación promueven la generación de empleo formal, el fortalecimiento de una economía verde, la incorporación de nuevos actores al mercado, el crecimiento de las economías locales y una mayor autonomía económica para los grupos vulnerables”.

En cada parcela que toma GBM, debe cesar la deforestación. De acuerdo a datos suministrados por Forestal Belga, dueña originaria del campo respecto del cual GBM va tomando, gradualmente, la posesión, en el primer lote de 4,000 hectáreas que ahora se encuentra bajo control del proyecto se extraía, en un turno de 8 horas, 80 toneladas de Pino y 100 toneladas de Araucaria. A su vez, por cada turno de 10 horas se producían entre 10 y 11 mil p2 (pies cuadrados, metrado de madera) de machimbre.

“Quiere decir que en los seis meses que lleva el predio en posesión de GBM se han dejado de talar 9,600 toneladas de Pino y 12,000 de Araucaria”, remarcaron en el comunicado.

La reserva puede, a su vez, absorber unas 115,000 toneladas de carbono, lo que equivale a quitar 25,000 autos de circulación al año.

“Integrar el capital natural en la contabilidad ordinaria y los procesos de toma de decisión significa reconocer que funcionamos en un sistema de mercado que tiene en cuenta la realidad ambiental. Este enfoque es la única vía posible para afrontar la crisis climática y de biodiversidad que vivimos”, concluyó Moray.

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