Las carteras digitales son dispositivos electrónicos, aplicaciones, software y/o servicios en línea que permiten el almacenamiento, la gestión y el intercambio de datos, archivos, activos e información personal diversa, generalmente relacionada con pagos y transacciones. Esencialmente, se trata de la versión digital de una cartera física.

Las carteras electrónicas almacenan información del usuario, como detalles de tarjetas de crédito o de la cuenta bancaria y el historial de transferencias financieras. Así, proporcionan un medio para hacer los pagos en línea más ágiles, eficientes y confiables, haciendo que sea más rápido y fácil para los usuarios hacer compras en internet instantáneamente, sin la necesidad de ingresar detalles de pago cada vez, o esperar horas para el procesamiento y la confirmación de las transacciones.

    "Esto se vuelve particularmente relevante cuando estos usuarios pasan gran parte de su tiempo en línea y realizan una gran cantidad de microtransacciones y microinteracciones digitales prácticamente incesantes, a todo momento, y, por lo tanto, necesitan contar con redes, ambientes y conexiones confiables para establecer relaciones sólidas en internet", afirma Felipe Barros, Jefe de educación e investigación de DUX, una startup de Web3.

    No sólo dinero, sino además otro tipo de información puede ser almacenada en e-wallets, como boletos, títulos, entradas, identidades, documentos y credenciales diversas, tarjetas de fidelidad y beneficios en programas de recompensas, derechos de acceso y todo lo que se pueda imaginar y que se pueda representar digitalmente, incluyéndose datos biométricos, obras de arte, coleccionables y registros históricos variados.

    Felipe recuerda que, entre sus principales características, están las medidas de seguridad reforzadas y frecuentemente basadas en criptografía, que buscan garantizar que estos datos sensibles estén protegidos y sean inviolables, además de funciones como la comunicación por campo de proximidad (NFC), los lectores de QR Code o la integración con diferentes servicios, medios y plataformas de pago, permitiendo transacciones continuas e integradas. Las carteras digitales pueden existir en diferentes formas, incluidas las basadas en software (apps o programas) o hardware (dispositivos especializados o chips seguros en teléfonos móviles). Algunas también permiten que los usuarios realicen transacciones directamente entre sí, de punto a punto, enviando, recibiendo e intercambiando activos.

    "En fin, tenemos carteras de cuero y de papel, digitales y analógicas, carteras en bancos y corredoras, carteras móviles y de escritorio, software y hardware, carteras web y carteras web3. El dinero fue de monedas y billetes a píxeles, bits y señales eléctricos cargados de información en la aplicación de su banco. Y este es sólo el comienzo de la historia de las carteras digitales", continúa el especialista.

    Él afirma que en muchas regiones, especialmente las económicamente desfavorecidas y geográficamente distantes, donde la infraestructura bancaria tradicional está menos presente, las carteras digitales desempeñan un papel crucial en la inclusión financiera, permitiendo que los usuarios tengan servicios similares a los bancos digitales sin tener una cuenta bancaria tradicional, accediendo al sistema financiero global.

    La conveniencia, rapidez y seguridad mejorada que ofrecen, las han hecho especialmente populares entre los consumidores más jóvenes y familiarizados con la tecnología, en áreas con alta penetración de smartphones e internet, como es el caso del Brasil contemporáneo.

    Las transacciones financieras digitales ahora son una realidad y, durante la pandemia de Covid-19, superaron en muchos países (incluido el territorio brasileño) las transacciones con dinero físico y tarjetas. Así es, en Brasil hoy, las carteras digitales mueven más volumen financiero que dinero físico, tarjetas de crédito, débito y cheques, todos los meses.

    "En muchos aspectos, estas herramientas aún son insuficientes para garantizar el control real de los usuarios sobre sus activos físicos y digitales, así como la interoperabilidad y la integración total entre estos diferentes sistemas, haciendo las validaciones de la información, identidades, transacciones e interacciones lentas e ineficientes", destaca Felipe.

    Estos son algunos de los puntos abordados por las llamadas carteras digitales Web3, que ofrecen nuevas opciones a sus usuarios, desempeñando un papel fundamental en el ecosistema de una internet descentralizada, ofreciendo funcionalidades mucho más allá de las carteras digitales tradicionales y posibilidades como la autocustodia, la desintermediación, el soporte a activos tokenizados y la construcción de soluciones de código abierto y sin permiso.

    En la Web3, las carteras digitales funcionan como identidades digitales descentralizadas y autosoberanas. Ella es su credencial para interactuar con sitios, plataformas y aplicaciones diversas, tal como un correo electrónico, que funciona como forma de Login (inicio de sesión) simplificado en cualquier página hoy. A través de ella, usted puede almacenar datos e información de cualquier tipo (incluso datos bancarios y de pago), enviar y recibir mensajes o transferir y almacenar activos digitales de toda especie, interactuando tanto con el sistema bancario centralizado tradicional, como con el sistema financiero global descentralizado con transparencia y privacidad. Así, es posible interactuar con una gran diversidad de tipos de activos, sitios, software, aplicaciones, plataformas y protocolos diferentes, a partir de una única herramienta.

    "La digitalización de la economía es real y las carteras digitales forman parte de este proceso irreversible. En medio del acelerado proceso de intensa digitalización del cotidiano, ellas están redefiniendo los medios de pago, nuestra relación con internet, con los activos y con la propiedad digital en sí", finaliza Felipe.

    Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.