En los últimos días, ha estallado con fuerza la disputa entre la centralización y la descentralización. En caso de que se lo haya perdido, las actividades del fundador de Tron, Justin Sun, tras su toma de posesión del sitio de blogs Steemit han sido fundamentales para las controversias.

Recapitulemos brevemente. A principios de febrero, surgió que Sun estaba expandiendo su criptoimperio con la adquisición de Steemit, que funciona en la Blockchain de Steem. Steem fue desarrollado por Daniel Larimer, quien también introdujo el modelo de prueba participación delegada, o dPoS, a la esfera de la tecnología Blockchain. Larimer más tarde pasó a construir EOS, que también se ejecuta en dPoS.

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El choque se produjo debido a un conflicto entre Sun y los "testigos" de Steem, nodos elegidos por los poseedores de tokens para actuar como productores de bloques. La entidad Steemit Inc., que opera el sitio de blogs, posee una gran cantidad de tokens de la red STEEM, que nunca antes había utilizado para participar en la votación. Una vez que Sun se hizo cargo de la empresa, los testigos se movilizaron para implementar una bifurcación suave que hubiera congelado efectivamente los tokens de Steemit y asegurado que no pudieran ser utilizados para influir en la red en el futuro.

No juegues con ser un jugador

Evidentemente, Justin Sun aprovechó su importante peso en la comunidad cripto para persuadir a los exchanges, entre ellos Binance, Huobi y Poloniex, para que votaran en contra de la bifurcación suave que habría disminuido su poder de voto. No sólo eso, sino que el voto también desbancó al conjunto de testigos existentes a favor de un nuevo conjunto, reemplazando a 20 de los 21 testigos. Todos los recién llegados tenían cuentas que fueron creadas en los días inmediatamente anteriores a la votación.

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En el momento de escribir este artículo, el tema parece estar en curso, con la comunidad de Steem tratando de unir su peso electoral como un medio de reemplazar a los titeres de Sun con los testigos originales. No obstante, las acciones de Sun dieron lugar a gritos de juego sucio por parte de quienes creían que antes de esto, Steem (e incluso Steemit) era un sistema descentralizado y democrático.

Pero, para ser justos con Justin Sun, en realidad no hizo nada malo. Jugó con los testigos en su propio juego, usando las reglas del sistema. Lo que sucedió es simplemente un juego abierto del mismo escenario que muchos han especulado por mucho tiempo que está sucediendo detrás de telones en EOS.

Los desafíos con la resistencia a la colusión

Las cuestiones relativas a EOS son ilustrativas de los defectos inherentes al modelo de gobernabilidad de Prueba de Participación Delegada, defectos que se pusieron de relieve en un informe reciente de Binance Research. En el informe se evalúa la eficacia práctica del modelo de gobernanza de la EOS en relación con los tres objetivos que se supone que debe alcanzar la descentralización: la resistencia a la colusión, la tolerancia a los fallos y la resistencia a los ataques.

De estos tres, los fallos más fundamentales se refieren a la resistencia a la colusión. Cuantos más ingresos obtengan los productores de bloques por sus labores de producción, más influencia tendrán en la red en su conjunto. Al agrupar esa influencia en votos, pueden empezar a ejercer dominio sobre la red.

Si se combina esto con los tokens almacenados en los exchanges, donde los exchanges también ejercen una influencia similar en los votos, es evidente que el control de la red está en manos de un pequeño número de votantes muy poderosos.

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La congregación de poder en la industria de las criptomonedas

Muchos dirían que los intercambios no deberían usar su influencia de esta manera. De hecho, se está usando como argumento contra las recientes acciones de Justin Sun con respecto a Steem, lo que lleva a que tanto Binance como Huobi retiren sus votos.

Sin embargo, el caso pone de relieve el poder de voto que los poseedores de tokens están dando a los exchanges. Pero toda la comunidad cripto también está fomentando, inadvertidamente o no, la agregación de poder mediante el uso de grupos de stake.

Hacer stake de sus tokens a través de un pool es esencialmente lo mismo que ponerlas en un exchange, con fines de votación. Como dice el dicho, "no tus llaves, no tus criptomonedas". Una vez que los usuarios empiezan a poner sus tokens en los pools de stake, están entregando sus derechos de voto al propietario del pool. Esto significa que los exchanges y grupos de stake pueden controlar fácilmente quién está produciendo bloques en cualquier Blockchain que opere con dPoS.

Ahora, habiendo visto que se ejerce ese control sobre Steem, los poseedores de tokens pueden pensárselo dos veces antes de dejar sus activos en los exchanges o de ponerlas en los fondos de inversión. Después de todo, si las tokens están en una cartera privada, o apostadas a nombre propio, los derechos de voto permanecen intactos.

El DPoS es una complicación innecesaria

Ya hay una solución que funciona tan bien como el dPoS. Los méritos del PoS clásico han sido probados en el caso de Blockchains con algoritmo PoS de larga duración como Nxt. La complejidad añadida de las rondas de votación introducidas por el dPoS no aumenta la seguridad de manera significativa y puede aumentar los riesgos de colusión y centralización.

Los aciertos y errores de la saga de Steem y Justin Sun probablemente serán debatidos por algún tiempo. De cualquier manera, es poco probable que Sun renuncie a sus derechos de voto transmitidos por los tokens de Steemit, dado que la comunidad ya se ha movido en su contra.

Sin embargo, los verdaderos defensores de la descentralización deberían considerar la posibilidad de retirar sus tokens de dPoS de los exchanges centralizados y los fondos de inversión, asegurándose así de que son dueños de sus votos y que sus voces son escuchadas.

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Los puntos de vista, pensamientos y opiniones expresados aquí son exclusivamente del autor y no reflejan ni representan necesariamente los puntos de vista y opiniones de Cointelegraph.

Lior Yaffe es cofundador y director de Jelurida, y tiene más de 20 años de experiencia en el diseño, desarrollo y despliegue de aplicaciones empresariales para grandes organizaciones. Lior tiene su licenciatura en informática del Technion en Haifa, Israel. Antes de fundar Jelurida (la empresa que alimenta a Nxt, Ardor e Ignis), dirigió el desarrollo y la gestión de productos de un producto líder de integración de mainframe en Software AG.