Siempre que una compañía “hot” decide debutar en la bolsa comienza la euforia. Pocas cosas son tan emocionantes en el mercado de valores como un IPO. Una oferta inicial de venta pública, (Initial Public Offering, en inglés), es precisamente eso, un debut. O, para decirlo de otra manera, es la fiesta de presentación de la joven. Estas presentaciones públicas ya no son tan frecuentes como en una época pasada, pero eso podría estar cambiando. Muchos unicornios están cansados de ser un club privado y sienten ansias de lanzarse al mar público para poder nadar con el resto de los tiburones. Todos los chicos lo están haciendo, pero ¿tiene sentido para una criptoempresa unirse a esta nueva moda?

¿IPO o ICO? Claro que, como sucede con todo lo importante, no hay respuestas sencillas. Obviamente que no es asunto de sí o no. Lamentablemente, aquí tenemos un gran “depende”. Y, como ocurre con todo “depende” (que es la respuesta más grosera que se le puede dar a una pregunta directa), los “dependes” no nos dicen nada. Entonces, en realidad no es cuestión de sí, no o depende. Se trata de sacrificios y realidades. Es decir, debemos hacer un sacrificio por el bien mayor. Todo se trata de concesiones. Para ganar algo, debemos perder algo. La cruda realidad de la vida diciéndonos que no hay utopías. Todo consiste en cambiar unos problemas por otros.

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El último gran IPO fue el de Saudi Aramco, el titán petrolero. 11 de diciembre del 2019. Un verdadero hit. La acción abrió en $8,53 y al poco tiempo alcanzó los $9,78. De pronto, a los amigos criptonautas, un incremento así no les parecerá la gran cosa, pero debemos recordar que estamos hablando de la valoración más elevada de la historia (para entonces): $2.03 billones. Claro que la corona le duró poco a la firma saudita. Porque Apple ahora es la nueva reina del Carnaval. En fin, más allá de cuál es la compañía más valiosa de la cuadra ahora, el IPO de Saudi Aramco fue histórico. Resulta impresionante por su tamaño. Pero también por lo tardío. Y este es un punto relevante para nuestro análisis. Más adelante veremos las razones. 

Airbnb, el mercado comunitario para publicar y describir alojamiento de alquiler a corto plazo, ha decido lanzar un IPO. Después de la decepción de Uber y el fracaso de WeWork, la expectativa es enorme. El tiempo parece extraño. Porque Airbnb no genera ganancias (todavía). Y la crisis del coronavirus ha sido un golpe muy duro para el negocio. Pero se están manejando la narrativa de los viajes “íntimos” como el gran futuro cercano. O sea, la gente seguirá viajando, pero a lugares más cercanos, a zonas rurales, y a ciudades vecinas. Por otro lado, se dice eso de que ahora las cosas están tan mal que el único camino es hacia arriba. Pese a parecer una locura, esto no es del todo falso. De pronto, estamos ante una gran oportunidad.

La próxima en la lista parece ser Palantir Technologies, la consentida de Peter Thiel, miembro destacado de la Mafia PayPal. ¿Qué hace Palantir? En realidad, nadie sabe. Esa es la idea. Es una compañía de software que realiza análisis de Big Data. Se dedica principalmente al contraterrorismo y la lucha anti-fraude. Y sus principales clientes son agencias del Gobierno. Al parecer, el amigo Pete aprendió mucho de eso durante sus años en PayPal. PayPal en sus inicios tuvo muchísimos problemas con el fraude. Pero ese capítulo fue superado y eso aparentemente inspiró a Thiel. En consecuencia, ahora tenemos a Palantir. Y pronto veremos su IPO, 17 años después de su fundación.

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Ah, pero no podemos olvidar el IPO de Ant, la gigante Fintech del grupo Alibaba. La idea es recaudar 30 mil millones de dólares en una oferta dual. Lo que tenemos aquí es una valoración total de 225 mil millones dólares. Este unicornio/elefante se enlistará en Shanghái y en Hong Kong al mismo tiempo. Para nosotros los occidentales, el nombre Ant tal vez no signifique mucho. Pero, en China, Ant es omnipresente. Porque Ant es la fintech detrás de Alipay. Para los que no saben la historia, AliPay y su competidor WeChat Pay están en todos partes en China. El efectivo prácticamente ha desaparecido y ahora absolutamente todo se paga con alguna de estas dos plataformas digitales. Allá no hay programas de adopción.

Ahora bien, ¿por qué una compañía decide realizar un IPO? Bueno, por el dinero. Para obtener dinero del público. Después de cierto punto, el capital de riesgo ya no es suficiente. Una oferta pública es estar oficialmente en las grandes ligas. No es un paso fácil, pero en la mayoría de los casos es inevitable. Tarde o temprano, tendrá que pasar. Pero, ¿por qué tardan tanto en dar el paso? En el caso particular de las compañías tecnológicas, obtener capitales a veces no es un problema. Es decir, pueden crecer con la ayuda de inversores privados (Ángeles y capitalistas de riesgo). Entonces, el financiamiento no suele ser un obstáculo. Más difícil es obtener ganancias.

Un caso curioso. Elon Musk, por ejemplo, recauda dinero como nadie. De hecho, es uno de los hombres más ricos del mundo gracias a esa habilidad. Crea empresas con el dinero de los inversores. Todos creen en sus promesas y le dan dinero. Pero ¿ha generado ganancias mediante compañías productivas? Eso todavía está por verse. Bueno, el punto es que recaudar el dinero inicial para un negocio no es una misión imposible. Y por eso los IPOs ya no son tan frecuentes. De hecho, pasaron de moda por un tiempo. 

¿Cuál es el problema con los IPOs? El escrutinio público. Una vez que eres una compañía pública tienes que ser un libro abierto. En muchos sentidos, dejas de ser libre y tus manos están atadas. Además, es muy costoso. Tienes que contratar un ejército de empleados para poder cumplir con todos los requisitos. En otras palabras, un IPO tiene sus ventajas y sus desventajas. Muchos logran posponer el asunto por un tiempo, pero después de cierto tamaño es evitable. Sobre todo, en el momento que los primeros inversores quieren disfrutar el fruto de su inversión. Las acciones cotizadas en una bolsa siempre tienen más liquidez.  

Realizar un ICO es mucho más fácil. Goldman Sachs no se come parte del botín, por ejemplo. No hay tantas restricciones y exigencias. Además, el dinero puede fluir a manos llenas. Parece un tiro al suelo, pero hay un problema: La incertidumbre regulatoria. Muchos se ven en el espejo de Facebook con su proyecto Libra. Proyecto que fue acribillado en el paredón de los reguladores. Por otro lado, el mundo de los ICOs es un Salvaje Oeste. Y las estafas con el pan nuestro de cada día. No tienen la mejor reputación. 

Desde el punto de vista del pequeño inversor, el escrutinio es positivo. Y tener acceso es positivo. Las IPOs normalmente no son tan rentables como las ICOs más rentables. Sin embargo, las IPOs son más confiables por los filtros a los que se deben someter. En teoría, para una criptocompañia, una ICO tiene mucho más sentido que un IPO. O, para parafrasear a Tim Draper, las IPOs ya no tienen sentido. Sin embargo, caeríamos en un falso dilema.

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¿Por qué tantos unicornios criptos (Coinbase, Bitmain, Ripple, etc) quieren lanzar su IPO? ¿Acaso son tontos? Por dinero no creo, porque puede obtener ese dinero con un ICO. Yo creo que el dinero es una de las razones, pero la principal es la credibilidad. Es decir, ya no quieren ser el chico más decente en el Salvaje Oeste. Quieren ser un jugador respetado en el país Madurez. Al estar en el país Madurez, el dinero institucional puede llegar.

Entonces, el falso dilema se podría superar con las dos cosas. Una criptocompañia cotizada en bolsa con su propio token sería tener lo mejor de los dos mundos. Para los criptoinversores como nosotros significaría una mejoría en muchos niveles. Obligaría a muchos a ponerle seriedad a su acto. Uno podría comprar un token con todas las ventajas que implica, pero con la tranquilidad de que alguien está supervisando al emisor. Dos pájaros de un tiro.