Los tiempos han cambiado mucho. Antes, para ser famoso, había que tener algún talento o mérito. Había que ser un gran escritor, un genio de la ciencia, un héroe de la historia o un artista de renombre. Pero ahora, eso ya no importa. Bueno, ya no importa tanto. Ahora, lo que importa es ser popular, aunque no se sepa hacer nada. Ahora, “se es famoso por ser famoso”.
Y eso se aplica a todo tipo de personas. Por ejemplo, a celebridades como Paris Hilton o Kim Kardashian, que son conocidas por sus escándalos, sus reality shows o sus cirugías. O a cantantes como Bad Bunny, que triunfan con sus letras vulgares, sus ritmos repetitivos o sus extravagancias. O al artista que pegó una banana a una pared y la vendió por miles de dólares. O al empresario Elon Musk, cuyas empresas pierden dinero, pero a la gente le encanta por sus ideas locas, sus tuits provocadores o sus cohetes espaciales.
La especulación siempre ha existido en el mundo de los negocios. Pero antes, los inversores se fijaban más en los fundamentales de las empresas. Les importaba si una empresa producía dinero, si tenía beneficios, si pagaba dividendos, si tenía una buena gestión, etc. Ahora, eso parece que ya no importa tanto. Ahora, lo que importa es el futuro.
Y la ventaja de basar la valoración de un activo en el futuro es que el futuro es incierto y da rienda suelta a la imaginación. En el futuro, podemos ser la octava maravilla, o podemos ser un fracaso. Nadie lo sabe con certeza. Por eso, en el mundo de hoy, el que más promete es el que más atrae más inversiones. El que mejor se vende, el que mejor se promueve, el que mejor crea expectativas... ese es el que seduce a los inversores.
Así, vemos que hay empresas que valen miles de millones de dólares, aunque no tengan beneficios, ni productos, ni clientes, ni sentido. Solo tienen una buena historia que contar, un buen circo que montar, un buen marketing que hacer. Y eso parece que basta para convencer a los que tienen el dinero. ¿Será que el dinero no es tan inteligente como creemos? ¿O será que nos hemos vuelto locos?
Las redes sociales han cambiado muchas cosas en nuestra vida, y también en el mundo de las inversiones. Antes, los especuladores eran unos pocos que tenían mucho dinero y mucha influencia. Se les llamaba ballenas, porque movían el mercado a su antojo. Pero ahora, los especuladores son muchos que tienen poco dinero y mucha conexión. Se les llama peces, porque se juntan en cardúmenes para hacer fuerza.
Un ejemplo de esto fue el caso de GameStop, una empresa de videojuegos que estaba en decadencia. Un grupo de usuarios de Reddit decidió comprar sus acciones masivamente, haciendo que su precio se disparara. Así, lograron arruinar a los fondos de inversión que apostaban por su caída, y ganar mucho dinero en el proceso.
Este fenómeno se ha extendido a otros activos, especialmente a las acciones y criptomonedas que tienen un componente humorístico o irónico. Se les llama acciones y criptomonedas meme, porque se basan en imágenes o frases virales que hacen gracia en internet. Algunos ejemplos son Dogecoin, una moneda inspirada en un perro, o AMC, una cadena de cines que sobrevivió a la pandemia.
¿Qué tiene de malo invertir en estas cosas? Nada, siempre y cuando se haga con precaución y conocimiento. Estos activos son muy volátiles y dependen mucho de la opinión pública. Pueden subir mucho, pero también pueden bajar mucho. No tienen un valor intrínseco, sino que se basan en la expectativa y la emoción. Por eso, hay que estar atentos a las señales y no dejarse llevar por la euforia o el miedo.
Los activos meme son aquellos que se han popularizado gracias a las redes sociales, donde se les hace publicidad con imágenes o frases divertidas que se viralizan. Algunos ejemplos son Dogecoin, una criptomoneda inspirada en un perro, o GameStop.
Muchos de los que invierten en estos activos se sienten orgullosos de pertenecer a una comunidad que comparte los mismos intereses y valores. Por eso, no les gusta que se les etiquete con el término "meme", porque lo consideran ofensivo o peyorativo. Lo interpretan como un ataque a su inteligencia o a su criterio.
Pero hay que calmarse. No hay que tomarse las cosas tan a pecho. El término "meme" no es necesariamente un insulto, sino una forma de clasificar estos activos según su origen y su comportamiento. No implica que sean malos o buenos, solo que son diferentes a los tradicionales. Son activos perfectamente legítimos, y si te gustan, pues te gustan. No hay problema.
Lo importante es que seas consciente de los riesgos y las oportunidades que conllevan estos activos. Y que no te enfades con los que piensan diferente, sino que respetes su opinión y aprendas de ella. Así, podrás disfrutar de tu inversión y de tu pasión por las meme coins.
En esos momentos de optimismo y codicia, las meme coins se vuelven más populares. Porque nos gusta ver el lado positivo de las cosas, aunque sean absurdas o irreales. Porque nos gusta soñar con que somos ricos, famosos o poderosos, aunque sea por un rato. Porque nos gusta burlarnos de los que no lo son, aunque sea con ironía.
Así, vemos que las memes coins se benefician de estos momentos. Estas monedas no tienen ningún valor real, solo el que les damos nosotros con nuestra atención y nuestro dinero. Pero cuando el optimismo y la codicia se disparan, su precio también lo hace. Y entonces, algunos se creen que han encontrado el tesoro, y otros se quedan con las manos vacías.
¿Qué nos pasa? ¿Por qué nos dejamos llevar por las monedas meme? ¿Qué nos dicen de nuestra realidad? Quizás deberíamos ser más críticos, más racionales y más prudentes. Quizás deberíamos buscar fuentes más fiables, más útiles y más honestas. O quizás deberíamos tener más sentido del humor, no buscarle las cinco patas al gato y simplemente entender que no hay nada malo en apostar por este tipo de activos tan divertidos.
Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.