En plena pandemia del coronavirus, España llegó a realizar entre 15,000 y 20,000 pruebas diarias para detectar la presencia del virus y no eran suficientes. Así lo alertó la Comunidad de Madrid y luego lo confirmó el propio Ministerio de Sanidad. 

Realizar el máximo número de pruebas posible es clave para frenar la escalada del brote tal y como se ha demostrado en países como Alemania o Corea del Sur. Además, el infradiagnóstico de las infecciones oculta la extensión de la pandemia y la tasa de letalidad real. El Gobierno buscó la forma de solucionarlo: la compra de cuatro robots que permitirán realizar hasta 80.000 pruebas diagnósticas al día.

Automatización de PCR con robots

El país diseñó un plan para automatizar PCR con robots. Robots que hacen miles de muestras. La PCR (siglas en inglés de reacción en cadena de la polimerasa) es la prueba realizada por los facultativos en un laboratorio de microbiología para la detección del coronavirus.

El proyecto “Súper Robot 10” es ante todo una historia de solidaridad, la de cinco personas que han dado lo mejor de sí mismas para contribuir a la lucha contra la pandemia de COVID-19 y salvar vidas.

Ante este proyecto, Javier Colás, antiguo presidente de Medtronic y actual director de innovación de Esade y presidente en Additum Blockchain expresó que, las situaciones de crisis sacan lo mejor de las personas.

Colás explicó que es un esfuerzo de muchas empresas, ministerios y voluntarios que tiene su origen en la idea del propio director de innovación de Esade y cuatro amigos: Rocío Martínez, investigadora española del King's College de Londres;  Andreu Veà, profesor, investigador; Sandra Figaredo, consultora en Llorente y Cuenca; y María Parga, presidenta del consorcio Alastria.

Colás se fue dando cuenta de que la situación que se avecinaba iba a ser grave y empezó, junto a sus compañeros, a plantear los problemas a los que se iba a enfrentar el sistema sanitario. 

En la lista de problemas que contemplaban se encontraban la falta de equipos de protección, de respiradores y de camas de UCI. 

Por su parte la investigadora Rocío Martínez les ayudó a comprender que el volumen de PCR que se iban a necesitar era cientos de miles de veces mayor a la cifra que se estaba realizando. Martínez también advirtió de la posibilidad de que los kits de reactivos que se requieren para hacer las pruebas diagnósticas se agotaron ante esta demanda.

Su misión ha consistido en llevar a España cuatro estaciones, con diez robots en cada una de ellas, que permite analizar de manera mecanizada hasta 2.400 test PCR al día por hospital. Entre las cuatro, 9.600 pruebas diarias. Más de 67.000 a la semana.

Tras más de 22 días seguidos de confinamiento en una habitación, estas cinco mentes brillantes consiguieron crear unos robots anti-Covid19 capaces de hacer  este tipo de pruebas para detectar el coronavirus en tiempo récord.

Distribución de robots

Los robots fueron distribuidos a centros sanitarios españoles: el Hospital Clínic y el Vall d’Hebrón de Barcelona y La Paz y el Instituto de salud Carlos III de Madrid y ya se han puesto en marcha. 

Las estaciones ya se han instalado en todos ellos y actualmente se encuentran en fase de calibrado y de programación de los robots, ya que cada uno de los cuatro laboratorios cuenta con un protocolo diferente. 

Esta es también una historia de superación, porque la idea ha tenido que sortear todo tipo de dificultades en su vertiginoso alumbramiento. Ha sido una carrera contra reloj, en la que todo se ha llevado a cabo en un tiempo récord. En apenas tres semanas se ha conseguido articular un proyecto que podría haber tardado más de un año siguiendo los cauces tradicionales.

El director de innovación de Esade asegura que la única forma de hacerlo era robotizando la línea de producción, pero el robot que necesitaban no era fácil de encontrar en el mercado.

Por su parte, Martínez descubrió entonces que la compañía estadounidense Opentrends tenía un robot que funcionaba para cualquier kit, incluyendo el que el equipo desarrollará a nivel local para prepararse contra el desabastecimiento. 

Los robots se ensamblan en China y llegaron a España gracias a la red logística de Inditex y el apoyo de Renfe. En poco tiempo se instalaron y pusieron en marcha en los cuatro hospitales elegidos gracias a un equipo de profesionales voluntarios, a los que Colás reconoce el mérito de haberse ido a trabajar a un hospital con el riesgo que eso supone en plena pandemia.

En la instalación de los robots también estuvo involucrada Ikea y Apple donó ordenadores para poner en funcionamiento las líneas de producción.

Países con la misma causa

España no es el primer país que utiliza robots para combatir la pandemia. De hecho, diferentes países los utilizan en el día a día para evitar nuevos contagios. Por ejemplo, en centros de salud cuando Estados Unidos identificó el primer infectado en su territorio, los profesionales del Centro Médico Regional de Everett (Washington) recurrieron a un robot para comunicarse con él.

 El dispositivo, desarrollado por la empresa InTouch Health, cuenta con una pantalla, altavoces, un micrófono y un fonendoscopio. Además, permite realizar pruebas básicas como la medición de temperatura. 

En China, en el Hospital Popular Provincial de Guangdong, se ha recurrido a robots capaces de abrir y cerrar puertas y coger el ascensor de manera autónoma para entregar medicamentos a los pacientes, según la televisión pública china CGTN.

Fuera de los hospitales, también hay diferentes ejemplos. Una urbanización china ha usado un dron con cámaras térmicas para tomar la temperatura de los vecinos sin que tengan que salir de sus casas. 

En algunos hoteles en China, un robot autónomo llamado Peanut ha sido el encargado de llevar la comida a personas en cuarentena. Este dispositivo, desarrollado por la empresa Keenon, está pensado para servir en restaurantes, hoteles, hospitales, oficinas, bancos o aeropuertos.

Sigue leyendo: