La tecnología de la cadena de bloques es sin duda la herramienta más innovadora de este milenio y posiblemente mantenga este título por muchísimos más años de los que nos imaginamos. Las capacidades y el potencial disruptivo que posee son cada día reconocido por mayor cantidad de personas, al mismo tiempo que la aparición de nuevas iniciativas aumenta.

Bitcoin, el token original basado en esta tecnología, ha creado un gran mercado financiero que hoy supera los 90 millardos de dólares en capitalización, donde el 55% de este monto corresponde a capital invertido en otras criptomonedas alternativas a Bitcoin.

Precisamente el éxito de la Tecnología Bitcoin hado una base sólida para la aparición de nuevos tokens, los cuales se han generado luego de bifurcaciones al código fuente del protocolo de Bitcoin (como Litecoin, Dogecoin, Zcash), a partir del diseño e implementación desde cero de nuevas plataformas blockchain (como Ethereum), luego de bifurcaciones de cadenas bloques y códigos (Ethereum Classic) y tokens emitidos en las plataformas blockchain más populares (Couterparty, Golem, Gnosis).

La proliferación de este tipo de activos digitales ha dado paso a la generación de nuevos términos en el argot tecnológico como appcoins, referido a tokens creados para funcionar como moneda de pago por la creación y consumo de un servicio que cumple una aplicación determinada dentro de una plataforma blockchain. Ese nuevo paso que estamos viendo nacer y que por ahora resulta pequeño, es el nuevo impacto que tendrá la tecnología blockchain en nuestras vidas.

Más allá de los mercados financieros

La creación de un ecosistema financiero donde solo los inversores profesionales, entrenados y autorizados por entes gubernamentales podrían participar, ha quedado atrás con la llegada de Bitcoin y su tecnología. Al expandirse la creación de redes blockchain, con sus respectivas criptomonedas y/o tokens, se abrió paso a la llegada de un importante número de casas de cambio digitales y plataformas en las cuales casi cualquier usuario con una conexión a internet puede acceder a este nuevo ecosistema financiero.

Pero dejando de lado la accesibilidad y el tamaño de este nuevo mercado financiero, vamos a resaltar la gran importancia y el potencial que tiene la aparición de tokens en el mundo hiper-conectado en el que hoy nos encontramos.

Nuevos enfoques como el Internet de las Cosas, las Aplicaciones Descentralizadas, la Realidad Virtual y el mundo Fintech, ya están empezando a dar sus primeros pasos con la utilización de tokens criptógráficos. Algunas iniciativas inclusive, han ido más allá y presentan sus propias plataformas blockchain con sus propios activos digitales con los cuales los usuarios puedan comerciar valor de manera inmediata eliminando la necesidad de intermediarios.

Casos como los activos digitales de RarePepe en la plataforma de Counterparty, que se basa en la blockchain de Bitcoin, nos muestran las posibilidades de creación de ecosistemas donde hasta los niños pueden integrarse de manera divertida, educativa y práctica a la tecnología de la cadena de bloques y las criptomonedas. Otros como el de recientemente lanzado Aragon, es un impulso a la creación de Organizaciones Autónomas Descentralizadas (DAO) donde cualquier iniciativa conjunta puede coordinar sus esfuerzos y contar con el apoyo de capas legales, técnica y financieras gracias al uso de sus tokens.

La cada vez mayor simplificación y facilidad en el uso de estas herramientas es sin duda una invitación a que como usuarios nos integremos en un mundo donde la tecnología blockchain no solo ha creado un ecosistema financiero, sino también un paradigma en el cual el comercio de valor es de forma descentralizada y donde cualquier usuario con un dispositivo conectado a internet puede formar parte de ella.