¡Desempleo! ¿Qué es? ¿Cómo funciona? ¿Y qué significa vivirlo en carne propia? Es una cifra macroeconómica, un concepto, y un sufrimiento para millones de personas. Antes del coronavirus, la tasa de desempleo en la mayoría de los países desarrollados se ubicaba dentro de los mínimos históricos. Es decir, casi todos los que podían trabajar estaban trabajando. De pronto, no era el mejor trabajo del mundo. De pronto, no estaba lloviendo el dinero. Pero un trabajo es un trabajo. No suena a mucho, pero es muchísimo para que el que no lo tiene. Los Estados Unidos era uno de estos países que hasta hace muy poco se vanagloriaba por tener una bajísima tasa de desempleo. Pero ya llegaron los reportes, más de 5 millones de personas presentaron su solicitud de desempleo y se calcula que la cifra de desocupados asciende a 22 millones. En España, el paro está cerca de superar los 3,5 millones de personas. ¿Bitcoin puede salvarnos? 

La crisis provocada por el coronavirus ha tenido un efecto devastador para el mercado laboral. Sobre todo para los países más afectados, aquellos que se han visto obligados a tomar las normas más estrictas de confinamiento. Los reportes apenas están comenzando a llegar y todo parece indicar que este es solo el comienzo. Muchos casos están directamente relacionados a la improductividad que aplica estar en una cuarentena, que ciertamente ha superado con creces los 40 días. Es probable que muchos vuelvan al trabajo una vez que se eleven las medidas. Por ejemplo. Los educadores, taxistas, comerciantes, etc. No sé. Asumo que el empleado de la peluquería, o la tienda que vende celulares estarán de vuelta una vez que el negocio abra nuevamente. Este ciertamente debe ser un consuelo para muchos que fueron despedidos con la promesa que sería llamados de vuelta cuando las cosas mejoren.  

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El confinamiento está afectando a unos sectores más que otros. Las personas que pueden seguir trabajando desde casa son realmente afortunadas. Aquellas personas que realizan trabajos considerados como esenciales no han sido tan golpeadas. Sin embargo, hay sectores que no pueden decir lo mismo, y para colmo de males tendrán una recuperación mucho más lenta después del levantamiento de las medidas. El sector turismo, por ejemplo. Un músico, un fotógrafo de eventos,… Después del confinamiento no todos los sectores se recuperan al mismo ritmo. En España, se estima que la recesión será más dura que en otros lugares precisamente por esto. El turismo es una industria muy importante para el país y representa una cuota considerable de su producto interno bruto. Y muchísimo más para algunas regiones como, por ejemplo, las Islas Canarias. En Latinoamérica, el golpe vendrá principalmente por el sector minero y de materias primas. Los precios se irán al suelo por la falta de demanda proveniente del Norte.  

El desempleo es un problema muy serio con implicaciones tanto económicas como sociales. Para el desocupado, su situación es un problema múltiple. Es decir, perjudica a otras áreas de su vida. Por lo general, estamos hablando de un duro golpe para la vida emocional. Psicológicamente hablando, el desempleo puede causar depresión, falta de confianza y mucho estrés. Además, la falta de ingresos puede llevarnos a tener problemas familiares y problemas de salud. Sí, lamentablemente, las desgracias nunca llegan solas. Todo se une al mismo tiempo y la persona se va hundiendo en un pozo de difícil y dolorosa salida. En fin, el asunto es que el desempleo no es solo pobreza. Es pobreza unida al largo proceso para salir de ella y volver a estar como antes. En este caso, es cuando los números no muestran la verdadera realidad. Un desempleo no es un desempleo. Por lo general, un desempleado significa todo un grupo familiar sufriendo de esta situación en más de un sentido. 

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En los países desarrollados, la tasa de desempleo se calcula por lo general utilizando como punto de partida el número de solicitudes de ayuda en las oficinas del Ministerio del Trabajo o entes similares. El pequeño gran detalle es que estos reportes casi siempre son falsos. En realidad, resultan ser un estimado sumamente inexacto. Porque es muy difícil hacer cálculos sobre la economía informal. Y la economía informal es un espacio que no se podemos ignoran. Y no podemos olvidar que dentro de este espacio tenemos a los inmigrantes ilegales. Que en los Estados Unidos y Europa son muchísimos. Y al tocar el tema de los inmigrantes, tocamos también el asunto de las remesas. Entonces he aquí una ecuación lamentable. Muchísimos de estos inmigrantes están desempleados en estos momentos y sin posibilidades de recibir una ayuda económica por parte del Gobierno y no podrán enviar dinero a sus familias en su país de origen, agravando así las cosas para todos. 

Ahora bien, ¿cómo se promueve el empleo? Este se promueve con producción. Y para producir más, se necesita inversión (dinero). He ahí la razón por la cual los Gobiernos y los bancos centrales están haciendo lo correcto. La economía en estos momentos requiere muchísima liquidez para poder reactivarse. En otras palabras, tenemos que imprimir dinero como locos. Una práctica sumamente criticada por muchos, en especial dentro de la comunidad cripto, porque genera inflación. Pero la inflación, señores, es el menor de nuestros problemas en este momento, por el simple hecho de que no existe. Es más, lo que tenemos ante nosotros es un cuadro deflacionario, comúnmente conocida en la calle como crisis. Todo bajando de precio. Los mercados en pleno colapso. Desempleo por doquier. No imprimir dinero en estos momentos nos llevaría a una catástrofe humanitaria a niveles nunca vistos. Estamos hablando del apocalipsis. Mad Max y el fin del mundo. Así de sencillo. 

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En estos días, me encontré un video en las redes sociales con un sujeto diciendo que los mercados financieros desaparecerán y solo quedará Bitcoin. ¡Parad, hermano! Aquí es cuando uno se da cuenta que todas las tribus tienen sus locos. Y nosotros claramente tenemos los nuestros. Uno que también es un gran entusiasta de Bitcoin puede llegar a entender que a veces las pasiones se desbordan. Sin embargo, no podemos convertir esto en un manicomio. A veces, hay que tocar la realidad y asumir las cosas con un poco más de cordura. El fin de todo, menos de Bitcoin, implica que no tendremos nada. Señores, Bitcoin no se come. Bitcoin puede ser genial. Pero igual tenemos que trabajar para producir bienes y servicios. Necesitamos de compañías, negocios, granjas, fábricas, minas, barcos, aviones y tiendas. O sea, producción. Empleo. Y eso requiere crédito y finanzas. Las bolsas, los mercados bursátiles, Wall Street. ¡Sensatez, por favor!

Bitcoin no es una panacea. Y lamentablemente no puede hacer mucho para aliviar el desempleo a nivel mundial en estos momentos. Un desempleado que tiene Bitcoin puede vender en caso de necesitar dinero, pero esto no es recomendable porque esas ventas generan una presión bajista. Pero, como último recurso, cuando hay que vender, pues, hay que vender. En el caso que quiera comprar Bitcoin, estando desempleado, caramba, no sé.  ¿Eso sería lo más responsable de hacer? Tal vez la prioridad ahora es poner comida sobre la mesa familiar. Invertir en un activo de alto riesgo no es buena idea para el que no está generando ingresos. Bitcoin es una excelente idea ahora es para el que tiene empleo y capital, porque está comprando a buen precio y se puede dar el lujo de esperar un par de años. Pero ¿para un desempleado? Amenos que quiera el divorcio. Sin embargo, para la mayoría, sobre en el caso de los desempleados, estos son tiempos para la prudencia.