Esta idea de simplemente enchufar tu computadora o, en la actualidad, las plataformas mineras especializadas en Internet y hacer dinero de la nada es extremadamente atractiva. Sin embargo, obviamente no es tan simple como parece, y el sector de la minería es uno que se ha vuelto muy competitivo y sofisticado.
A pesar de esto, las personas que están interesadas en la minería aún pueden unirse, y al reducir sus márgenes, existe el potencial de obtener una ganancia decente. Sin embargo, todo se reduce a recursos baratos, y en el caso de la minería, ese recurso es electricidad. La disparidad entre los precios de la electricidad en todo el mundo significa que minar un Bitcoin en un determinado país puede ser mucho más rentable que hacer lo mismo al otro lado de la frontera.
Cómo se calcula
La imagen a continuación muestra una lista de países y el costo promedio en USD para extraer un solo Bitcoin. Este estudio, realizado por Elite Fixtures, se armó utilizando el consumo requerido para extraer un bitcoin promediado de tres equipos de minería diferentes —el AntMiner S7, el AntMiner S9 y el Avalon 6.
El estudio obtuvo los datos del precio de la electricidad proporcionados por el gobierno de cada país y las empresas locales de servicios públicos, así como por la Agencia Internacional de Energía, informa IBTimes.
Dónde cobrar
Entonces, con esta información disponible, comenzar a minar en todo el mundo comienza a tener sentido. El mejor lugar para obtener ganancias minando un solo Bitcoin es en Venezuela. El proceso cuesta solo alrededor de $530.
Con el precio actual de Bitcoin rondando los $10 000, esto tiene el potencial de una tasa de retorno masiva para los mineros sudamericanos. Además, dado el clima económico y político del país, no es sorprendente ver que muchos venezolanos se hayan aprovechado de la minería. No sólo es pertinente minar en Venezuela en tiempos de paz, los sudamericanos han utilizado esta electricidad barata en tiempos de crisis con su propia moneda inflanda a proporciones inútiles.
Dónde ni siquiera molestarse
Muchos países de Europa occidental (como Alemania y Dinamarca) se clasifican como algunos de los lugares más caros para intentar sacar Bitcoin desde el éter. De hecho, en el clima actual, extraer un Bitcoin en cualquiera de los países antes mencionados costaría $4 000.
La dispersión minera en todo el mundo también sigue claramente las líneas de electricidad barata, ya que un estudio realizado por la Universidad de Cambridge mostró el año pasado que los países del Lejano Oriente, especialmente China, tenían el título de capitales mineras del mundo.
Súper poderes mineros
El poder que China e incluso Rusia tienen como superpotencias mineras proviene casi directamente del precio de su electricidad. China, de acuerdo con el estudio, se encuentra en un modesto $3 172 por moneda, lo que todavía tiene, en la actualidad, un 70 por ciento de rendimiento.
China también se ha estado beneficiando de que el gobierno esté abierto a permitir que los mineros usen el exceso de energía en el país, pero esto recientemente ha estado bajo escrutinio. El gobierno chino ahora está tratando de tomar medidas enérgicas contra todas las facetas de la criptomoneda, lo que los hace mirar a la minería.
Rusia, otra superpotencia que se beneficia de una electricidad relativamente barata (que se encuentra a $4 675 por Bitcoin), así como subsidios del gobierno, pronto podría estar bajo regulación y control más estricto.
El futuro de la minería
Como la electricidad es uno de los primeros gastos que habrá que considerar al establecer la minería, tiene sentido que las principales configuraciones mineras consideren a los países de bajo costo como una perspectiva atractiva. Sin embargo, a medida que Bitcoin continúa creciendo, los reguladores buscan apuntar a diferentes sectores, incluida la minería.
Puede haber otros países donde la electricidad es más cara, pero las regulaciones en torno a la minería y las criptomonedas son mucho más ligeras, por ejemplo, Japón. También hay ciertos grupos de minería e incluso algunas ICO que están buscando establecer sus operaciones cerca de fuentes verdes de energía renovable para tratar de reducir el gasto y la carga no sólo en su billetera, sino también en el medio ambiente.