¿Qué es el dinero? Esta es una pregunta que muchos se hacen, pero pocos saben responder. Se dice que el dinero es una forma de intercambio, una unidad de cuenta y una reserva de valor. Pero, ¿qué significa eso realmente? ¿Acaso el dinero tiene algún valor intrínseco? ¿O depende de la confianza que le demos? ¿Y si un día nadie quiere aceptar nuestro dinero? ¿Qué haríamos entonces?
El dinero es una ilusión, una convención social, una ficción colectiva. En realidad, es una abstracción. No tiene nada que ver con el oro, ni con el papel, ni con los bits. El dinero es lo que nosotros queremos que sea, y lo que los demás aceptan que sea. El dinero es poder, pero también es vulnerabilidad. El dinero es libertad, pero también es esclavitud. El dinero es una herramienta, pero también es un arma.
Por eso, es muy interesante que una sociedad que gira en torno al dinero tenga una comprensión tan limitada sobre la verdadera naturaleza del dinero. Quizás deberíamos reflexionar más sobre el origen, el funcionamiento y el futuro del dinero. Quizás así podríamos usarlo mejor, y no dejar que nos use a nosotros.
El dinero es una tecnología social que se inventó para hacer más eficiente la cooperación entre grandes grupos de personas. Antes de la invención del dinero, había dos grandes métodos para obtener los recursos: el regalo y la violencia. El regalo se daba dentro del grupo, entre familiares y amigos. La violencia se usaba fuera del grupo, contra extraños y enemigos. ¿Y el trueque? Pues resulta que el trueque era muy poco frecuente. La evidencia arqueológica y antropológica ha demostrado que era más una leyenda que una realidad, a pesar de lo que se enseña en los libros.
Pero entonces, ¿cómo surgió el dinero? ¿Quién lo inventó? ¿Qué lo hace valer? Estas son preguntas muy interesantes, pero también muy complicadas. El dinero no tiene una historia única, ni una definición universal, ni un valor fijo.
Imagina que vas a visitar a tu abuela, y ella te recibe con una sonrisa, un café, unas galletas y un montón de amor. ¿Cuánto te cobra tu abuela por ese excelente servicio? Nada. Es un regalo. Pero, al mismo tiempo, existe un acuerdo no escrito que el regalo va en dos direcciones. Si tu abuela necesita que le cambies un bombillo, que le arregles un grifo o que le hagas compañía, tú tienes que estar ahí para ayudarla. Y todo esto ocurre sin dinero de por medio. Lo que pasa es que el sistema de cooperación que hoy llamamos familia es prehistórico. Y es anterior a la invención del dinero. Es personal, informal, inexacto y afectivo. Y muy humano.
Pero, ¿qué pasa cuando queremos cooperar con personas que no son de nuestra familia? ¿Qué pasa cuando queremos intercambiar bienes y servicios con desconocidos, enemigos o competidores? ¿Qué pasa cuando queremos ampliar nuestro círculo de cooperación más allá de nuestro grupo? Ahí es donde entra el dinero. El dinero es una tecnología social que se inventó para hacer más eficiente la cooperación entre grandes grupos de personas. El dinero es impersonal, formal, exacto y racional. Y muy práctico.
Supón que un día un amigo te hace un favor. Por ejemplo, te deja su automóvil, te echa una mano con una mudanza o te invita a una cena. En vez de darle las gracias y decirle que algún día le devolverás el favor, le escribes un papel que dice: “Te debo un favor”. Tu amigo se guarda ese papel en el bolsillo y se le olvida. Después, se cruza con otro amigo, que necesita un favor. Por ejemplo, que le cuiden a su perro, que le enseñen inglés o que le acompañen al cine. Y le da el papel del favor. Así, un desconocido puede pedirte un favor. ¿Te parece justo? ¿Te parece lógico?
Pues eso es lo que hacemos con el dinero. El dinero es una manera impersonal y abstracta de representar los favores que nos hacemos entre nosotros. El dinero es un acuerdo que nos permite intercambiar cosas y servicios con gente que no conocemos, que no nos fía o que no nos gusta. El dinero es una forma de cooperar mejor con grupos grandes de personas. El dinero es impersonal, formal, exacto y racional. Pero también es arbitrario, abstracto, inestable y manipulable.
Por eso, es muy importante que sepamos qué es el dinero y cómo usarlo bien. Porque el dinero puede ayudarnos a intercambiar, innovar o progresar. Pero también puede crear desigualdad, explotación o corrupción.
El regalo puede ser una forma de expresar amor, gratitud o solidaridad. Pero también puede ser una forma de generar dependencia, obligación o deuda. Y el dinero puede ser una forma de facilitar el intercambio, la innovación o el progreso. Pero también puede ser una forma de generar desigualdad, explotación o corrupción.
Imagina que un día tu abuela se enfada contigo porque no le has cambiado el bombillo, o que tus padres te echan de casa porque no les gusta tu novio o tu novia. ¿Qué harías entonces? ¿A quién pedirías ayuda? ¿A tus amigos, a tus vecinos, a tus primos? Pues no, a ninguno de ellos. Lo que harías es usar el dinero. El dinero es una tecnología que te libera del yugo familiar. Con el dinero, puedes colaborar con extraños que están dispuestos a ayudarte por una cantidad. Con el dinero, puedes ir a un restaurante o a alquilar una casa, sin tener que dar explicaciones ni rendir cuentas. Con el dinero, puedes ser independiente y hacer lo que quieras.
Pero, ¿es eso bueno o malo? ¿Es mejor vivir con el dinero o con la familia? Esa es una pregunta difícil de responder. Porque el dinero tiene sus ventajas, pero también sus inconvenientes. El dinero te individualiza, pero también te aísla. El dinero te empodera, pero también te expone. El dinero te facilita, pero también te complica. El dinero es una oportunidad, pero también es un riesgo.
El regalo “prehistórico” y el dinero “moderno” son dos sistemas diferentes, con sus ventajas y desventajas. Lo ideal sería combinarlos para obtener lo mejor de cada uno y evitar lo peor. Para ello, debes ser una persona que sepa ser independiente y productiva, pero también familiar y humana. Así no caerás en la trampa de la manipulación y el control que pueden darse en las relaciones sin dinero, ni en la trampa del mecanicismo y la deshumanización que pueden darse en las relaciones con dinero.
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