El dinero es una de las invenciones más importantes de la humanidad. Sin embargo, también es una de las más malentendidas y manipuladas. Muchas personas tienen creencias erróneas sobre el dinero, su origen, su función y su valor. Estos mitos pueden afectar nuestra forma de pensar, actuar y relacionarnos con el dinero y con los demás. En este artículo, quiero invitarte a reflexionar sobre el dinero y a cuestionar algunos de los mitos más comunes que circulan en las redes sociales y en la opinión pública.
Mito 1: El dinero es una mercancía
Muchos piensan que el dinero es una mercancía, es decir, un objeto con cualidades específicas que le dan valor. Por ejemplo, algunos creen que el dinero debe estar respaldado por oro, plata u otros metales preciosos, o que debe tener una escasez limitada, como Bitcoin. Sin embargo, el dinero no es una mercancía, sino un símbolo de una promesa. El dinero representa una deuda, un crédito o un compromiso entre dos partes. El valor del dinero no depende de su materialidad, sino de la confianza y el poder de quien lo emite y lo garantiza. El dinero es una tecnología social que se basa en el poder de abstracción para facilitar el intercambio.
Este mito se originó con el liberalismo clásico, que defendía la propiedad privada y el libre mercado como fuentes de riqueza y libertad. John Locke fue uno de los principales exponentes de esta corriente, y afirmaba que el dinero era una extensión del trabajo humano y de la naturaleza. Este mito se perpetuó con los partidarios del patrón oro, que creían que el dinero debía tener un respaldo fijo e invariable. Y gracias a ellos, llegó a la comunidad bitcoin, que ve al dinero como una mercancía digital escasa y descentralizada. El valor de Bitcoin depende de que haya alguien dispuesto a comprarlo. Es decir, su valor no reside en el código, sino en la confianza que la gente tiene en el proyecto. Así de sencillo.
Mito 2: El gobierno crea dinero de la nada
Muchos creen que el gobierno puede crear dinero ilimitadamente, y que lo usa para gastar y beneficiarse. Pero el gobierno no crea dinero de la nada, sino que lo genera como crédito o como efectivo a cambio de otros activos financieros. El dinero que crea el gobierno es una deuda, no una riqueza.
Es decir, el gobierno tiene que devolver ese dinero en el futuro, ya sea con impuestos, préstamos o ventas de activos. El gobierno no es el único que crea dinero, sino que lo hace junto con el banco central y los bancos privados.
El banco central controla la cantidad de dinero y le presta dinero al gobierno y a los bancos. Los bancos privados crean la mayor parte del dinero, al dar créditos a los agentes económicos. El dinero que crean los bancos privados también es una deuda, que tiene que ser pagada con intereses. El dinero que hay en la economía es el resultado de un complejo sistema de intermediación financiera, que depende de la confianza, la demanda y la regulación.
Este mito se basa en la desconfianza hacia el gobierno y el sistema financiero, que han tenido casos de corrupción, mal manejo y crisis frecuentes. Muchos ven al gobierno como un ente abusivo y derrochador, que se aprovecha de su poder y de su monopolio sobre el dinero. Pero el gobierno no es un actor aislado, sino que forma parte de una sociedad que produce bienes y servicios, y que necesita múltiples servicios públicos. El gobierno tiene que atender las necesidades y expectativas de la sociedad, y tiene que rendir cuentas de sus acciones.
Mito 3: El dinero es la fuente de todos los males
El dinero no es intrínsecamente malo. El dinero no es el problema, sino la actitud que tenemos hacia él. La codicia, el materialismo y la avaricia son vicios que pueden llevarnos a cometer malas acciones, pero no son causados por el dinero, sino por nuestra propia naturaleza humana. El dinero no nos hace malos, sino que revela lo que somos.
Muchas tradiciones espirituales han condenado el dinero y han exaltado la pobreza, la renuncia y la caridad como virtudes. Este mito también se sustenta en una visión negativa y pesimista de la humanidad, que la considera incapaz de controlar sus impulsos y de vivir en armonía. Sin embargo, el dinero no es incompatible con la moral, la religión o la felicidad, sino que puede ser un medio para expresar nuestros valores, creencias y aspiraciones.
Mito 4: El dinero no da la felicidad
Muchos piensan que el dinero no puede comprar las cosas más importantes de la vida, como el amor, la salud, la amistad o la paz. Y, en muchos sentidos, es cierto. Sin embargo, el dinero sí da mucha tranquilidad y confort, al menos hasta cierto punto. El dinero nos permite cubrir nuestras necesidades básicas, como la alimentación, la vivienda, la educación y la salud. El dinero nos permite acceder a oportunidades, experiencias y conocimientos que enriquecen nuestra vida. El dinero nos permite contribuir a causas que nos importan y que mejoran el mundo.
El dinero no es suficiente para ser feliz, pero sí es necesario. La felicidad no depende solo del dinero, sino de muchos otros factores, como la personalidad, las relaciones, las metas y las circunstancias. Sin embargo, no tener dinero puede generar mucha angustia y zozobra.
Este mito se origina en una reacción al consumismo, al capitalismo y a la desigualdad, que han generado insatisfacción, estrés y frustración en muchas personas. Muchos se han dado cuenta de que el dinero no lo es todo, y que hay cosas más valiosas e importantes que el dinero. Sin embargo, esto no significa que el dinero no tenga valor ni importancia, sino que debemos tener una relación equilibrada y consciente con él.
Conclusión
El dinero es un fenómeno complejo y dinámico, que tiene múltiples dimensiones, funciones y efectos. Para superar los mitos sobre el dinero, debemos educarnos, informarnos y reflexionar sobre el dinero y su papel en nuestra vida y en nuestra sociedad. Debemos cuestionar las creencias, los prejuicios y los dogmas que nos impiden ver el dinero con claridad y objetividad. Debemos usar el dinero con responsabilidad, inteligencia y creatividad, para mejorar nuestra calidad de vida y la de los demás. El dinero es una oportunidad, no un obstáculo, para ser felices. Entender totalmente un invento tan complejo como el dinero es algo que no podemos dar por concluido. Es un proceso que podemos ir perfeccionando con el tiempo. Pero terminado, nunca.
Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.