Las empresas estadounidenses que salvaguardan los criptoactivos de sus clientes recibieron el jueves nuevas orientaciones contables en forma de un Boletín de Contabilidad del Personal de la Comisión de Bolsa y Valores, o SEC. La directriz recibió una dura respuesta de la comisionada de la SEC, Hester Peirce, una firme defensora de las criptomonedas.

El Boletín de Contabilidad del Personal 121 señaló los elevados riesgos tecnológicos, legales y normativos asociados a la custodia de criptoactivos, en relación con los activos tradicionales. Esos riesgos afectan a las operaciones y a la situación financiera de empresas como Coinbase, PayPal y Robinhood, que custodian los criptoactivos de los usuarios y les permiten negociarlos en sus plataformas. Por este motivo, se aconseja a las empresas que incluyan en sus libros contables los activos de sus usuarios como pasivos, así como los activos a su valor razonable en el momento del reconocimiento inicial.

Además, el boletín aconseja a las empresas sobre la divulgación de los riesgos de los criptoactivos y les recuerda las normas existentes sobre divulgación.

La Comisionada Peirce publicó una respuesta al boletín el mismo día. Escribió: "Mi preocupación no es la determinación contable en sí misma, que puede ser apropiada, sino la forma en que se realiza el cambio", que caracterizó como:

"Una manifestación más del enfoque disperso e ineficiente de la Comisión de Bolsa y Valores sobre las criptomonedas".

La primera objeción de Peirce al boletín fue el momento de publicación, pues el boletín cita un informe de octubre de 2020 del Fiscal General, que a su vez cita información de 2018. El personal de la SEC ha estado revisando las declaraciones proporcionadas por las empresas en cuestión todo el tiempo desde el informe de 2020, señaló Peirce.

La Comisionada Peirce también señaló que el boletín "no reconoce el papel de la propia Comisión en la creación de los riesgos legales y normativos que justifican este tratamiento contable" al no aportar claridad normativa y legal. Reconocer su propio papel en el problema "sería apropiado", dijo Peirce.

Señaló que la directriz tiene un objetivo muy concreto y es muy específico, y se lee como si fuera ejecutable. Pero, como declaración del personal, el boletín no es ejecutable. "Si intentamos animar a las empresas a entrar en nuestros mercados públicos, deberíamos adoptar un enfoque más deliberado para cambiar las normas, uno que implique consultar con las partes afectadas", concluyó Peirce.

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