Los sueldos no han aumentado significativamente en los últimos años, pero el costo de vida no para de subir para la persona promedio. La clase media profesional se encuentra en problemas, porque su educación y círculo social imponen más necesidades de las que su bolsillo puede proveer. El dinero tiende a ser sumamente engañoso. Porque podemos caer en sus trampas. Muchos trabajamos duro para obtener más dinero, pero en el momento que tenemos más, de inmediato, aumentamos nuestro nivel de consumo neutralizando así nuestra ventaja. El dinero puede ser libertad o puede ser esclavitud. Es muy importante tener el control de nuestro dinero y no al revés. ¿Cómo tener el control? ¿Y cómo Bitcoin puede ayudarnos? 

Las personas que quieren dinero para impresionar a sus familiares y amigos deberían cambiar de entorno. Complacer a las demás como propósito de vida es simplemente agotador. Tal vez sea una buena idea rodearse de otro tipo de personas. Porque el dinero que se utiliza para adquirir símbolos de estatus es dinero desperdiciado. ¿Por qué queremos dinero? Solo los tontos buscan dinero para presumir. Acumular dinero es sensato básicamente por dos razones, por el placer de la cacería y por la libertad que proporciona. Ciertamente, existe algo muy placentero en trazarse una meta difícil y, luego con mucho esfuerzo, lograrla. Lo mejor es jugar por amor al juego. De eso, no hay duda. No se trata de acumular monedas por avaricia. En el fondo, es sobre el bello arte de construir. Es como ser un artista, pero de los negocios y las inversiones. 

Sigue leyendo: Objetivo para el Año Nuevo: Construir un imperio. ¿Cómo ser un crack en el mundo cripto?

Sin embargo, más allá del placer estético que nos puede aportar el mundo del dinero, también es cierto que el dinero puede ser de gran utilidad. Pero, ¿cuál es su utilidad? ¿Comprar cosas? Bueno, el dinero es esencialmente libertad. Nos da opciones. Porque el dinero no es otra cosa que una especie de pacto social. Como objeto no vale gran cosa, pero como símbolo es muy poderoso. Realizamos una tarea y recibimos ese símbolo. Esa llave mágica es en realidad una promesa de reciprocidad. Nos da derecho a un favor, por decirlo de algún modo. Entonces, mientras más dinero tenemos, más derechos a favores de los demás tenemos. Ahora bien, podríamos decir que una persona es rica en la medida que sus recursos y poderes superen sus necesidades. Porque lo que realmente importante no es la cantidad de dinero que tenemos en el bolsillo sino nuestra capacidad de elegir. 

En torno al dinero, mucho hablamos de la cantidad. Pero aún más importante es el tema del control. Es decir, de su calidad. Porque ser prisionero del dinero simplemente no tiene sentido. Como todo instrumento, puede liberarnos o encadenarnos. Todo depende del usuario. El primer concepto que debemos estudiar es el de la necesidad. Estas son nuestras obligaciones. Aquí no tenemos elección. Entonces, la meta sería reducir nuestras necesidades al mínimo, si libertad es lo que queremos. Eso en la práctica quiere decir que nuestros ingresos deben superar con creces nuestros gastos. El plan sería incrementar los ingresos y reducir los gastos. ¿Quieres un yate, cuarto casas, diez autos y un avión? Bueno, déjame decirte que lo que quieres en un agujero negro de obligaciones y gastos. El hombre más rico es aquel que tiene menos necesidades. 

Sigue leyendo: Warren Buffett: ¿Qué podemos aprender de él?

Siempre es mejor poseer activos productivos que un agujero negro de gastos. Un alto nivel de consumo nos empobrece. Es mejor ser prósperos de verdad y no en apariencia. Entonces, tenemos el dinero que se utiliza para consumir y el dinero que se utiliza para invertir. El control está en la inversión. Invertir nos hace libres. Consumir nos hace esclavos. Siempre es inteligente consumir poco en relación a nuestras inversiones. Eso nos podría parecer razonable, pero muy pocas personas comprenden este principio tan fundamental. Obviamente que no estoy en contra de los lujos y los pequeños placeres de la vida. Es perfectamente válido disfrutar de nuestro dinero. Sin embargo, es importante manejar nuestras finanzas con inteligencia. No se trata de ser avaros. Se trata de tener el control de nuestro dinero. No despilfarres. Procura acumular activos y reducir los pasivos. Así de sencillo. 

Eso nos lleva al tema de las deudas. En muchos casos, el crédito se confunde con el dinero. Bueno, es natural porque funciona de modo muy similar. Sin embargo, esto es una trampa, porque el dinero y el crédito son cosas muy distintas. Para nadie es un secreto que la persona promedio está endeudada hasta el cuello. El estándar de vida de la clase media es simplemente una guillotina. Por lo general, el flamante representante de la clase de media urbana depende de un salario, es adicto al crédito y paga más impuestos que un millonario. En apariencia, está viviendo el gran sueño. Después de todo, vive a una buena casa, tiene auto nuevo y puede comprar todos los aparatos de moda. Pero, ¿es libre? ¿Cuál es el grado de control sobre su vida, sus bienes y su dinero? Casi todo lo que tiene en realidad pertenece a los bancos y al Gobierno. Y su sueldo es un chiste que le dan por su tiempo y obediencia. 

Sigue leyendo: George Soros: Lecciones del hombre que quebró el Banco de Inglaterra

Entonces, manejar dinero no necesariamente quiere decir que tengamos control sobre el dinero. Si somos ricos en deudas, consumo, y obligaciones, ya es hora de tomar el control. Entonces, volvemos a lo mismo. El secreto es reducir los pasivos y aumentar los activos. En otras palabras, gastar poco e invertir mucho. Lograr esto es un asunto más de carácter que de talento. Porque se requiere autocontrol, moderación y paciencia. Claro está que muy pocas personas cuentan con la suerte de tener estas virtudes. Un cálculo interesante podría ser el siguiente: ¿Con el dinero que tengo hoy por cuánto tiempo podría mantener mi estilo de vida actual? Si el número es superior a los 100 años, es probable que vamos por buen camino. Si no pasamos de los 10 años, estamos en graves problemas.

Claro que existen activos que nos dan más libertad que otros. Si logramos reducir nuestros pasivos y aumentar nuestros activos, estamos bien. Pero si escogemos los mejores activos, estaríamos mucho mejor. Un activo liberador es productivo y/o adquiere valor con el tiempo. Este es un requisito muy importante. Aquí podríamos estar hablando del oro, acciones bursátiles, petróleo, bienes raíces, obras de arte o algún tipo de propiedad intelectual. Sin embargo, el rendimiento no lo es todo. Porque existen activos que no aumentan de valor, pero son muy útiles. Su utilidad depende de su liquidez y portabilidad. El dólar y el euro, por ejemplo, no son muy rentables, pero son muy líquidos. El efectivo, en particular, para transacciones pequeñas, nos da mucho control, porque no necesitamos un intermediario. Para cantidades más grandes o transacciones a distancia, es mejor el dinero digital, debido a su portabilidad, pero aquí entran los bancos que imponen con frecuencia muchas restricciones. Son muy útiles, pero no en todos los casos. 

Sigue leyendo: Autor de "Padre Rico, Padre Pobre": Bitcoin se está metiendo en el territorio de la Reserva Federal

En este punto, por supuesto, nos topamos con Bitcoin que es una especie de efectivo digital. Si bien es cierto que el precio de Bitcoin es sumamente volátil, tiene la gran ventaja de darnos el control debido a su naturaleza digital en combinación con su descentralización. Con Bitcoin, tenemos el poder de elegir. Claro que muchos bitcoins están en exchanges centralizados, pero esto es una centralización de forma y no de fondo, porque el usuario tiene el poder de retirar sus bitcoins en cualquier momento y guardarlos en su propia cartera. Esto no puede ocurrir con la misma facilidad con el dinero que tenemos en los bancos. Muchas restricciones aplican. ¿Has intentado sacar un millón de dólares del banco y luego tomar un vuelo internacional?   

Es importante estudiar con detenimiento todo este asunto del control de nuestro dinero. Por supuesto que nunca podremos tener un control total. Todo control que podríamos llegar a tener es obviamente relativo. En este caso, sería muy tonto pensar en absolutos. La tarea es tener más control. La libertad total es claramente una quimera, pero sí podríamos luchar por tener más libertad que la que hoy tenemos. Entonces, sería muy sensato comenzar que ver a nuestro dinero como una gran caja de herramientas. No solo debemos tener todas las herramientas que necesitamos. También debemos conocer la verdadera utilidad de cada una de ellas y saber cómo utilizarlas en su momento y a su manera.