Desde que era un niño estoy leyendo sobre Warren Buffett y con el tiempo uno se va acostumbrando a que lo llamen “idiota”. Siempre se habla de que ya está muy viejo y el hombre perdió el toque. Sus famosos “errores” son echados en cara una y otra vez. Y todos, por supuesto, saben más que él. Los periodistas son los primeros en atacarlo. Y luego están los jóvenes del sector tech. Durante la burbuja dotcom, Warren Buffett era el idiota más grande del planeta, por ejemplo. ¿Cómo terminó eso? Obviamente que no es lo mismo estar criticando desde el palco que estar ahí luchando con los leones en la arena. Claro que el supuesto idiota siempre termina ganando la batalla al final. ¿Se repetirá la historia o esta vez el Oráculo de Omaha sí perdió su toque mágico (su mojo)?

Warren Buffett es diferente. Para empezar, no es el típico multimillonario. Y no se parece en nada al estereotípico inversor neoyorquino. El tío Warren no va por ahí en un Ferrari ni es dueño de una isla privada en el Caribe. No es el lobo de Wall Street. Se parece más a un personaje de Dickens. Y no refiero a que es mala persona o cruel con los niños. Me refiero a que es extremadamente austero. Obviamente, su meta no es gastar dinero sino hacer dinero. 

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Su pasión son los negocios y la acumulación. Su vida es relativamente sencilla en lo material. Claro que es famoso y rico, pero vive en una casa “modesta”, desayuna en McDonald’s y carga su propio maletín. Y de todos los lugares en el mundo, vive en Omaha, Nebraska. No es un monje tibetano ni mucho menos. Su modestia material es solo relativa. O sea, es frugalidad extrema en comparación al patrón de consumo del multimillonario típico. 

Warren Buffett es uno de esos sujetos que se puede dar el lujo de ser llamado excéntrico por el simple hecho vivir una vida normal. Su oficina no parece la oficina de un magnate. Cualquiera se podría equivocar debido al exceso de sencillez. Pero el punto es el siguiente: Buffett sigue sus propias reglas y es inmune a las presiones sociales. Es decir, le importan tres pepinos lo que piensen los demás. 

Todas estas historias sobre los peculiares hábitos de Warren Buffett son interesantes, porque rompen con la idea que tenemos de los multimillonarios. Pero en el fondo es una tontería enfocarse en eso. Buffett en realidad es un educador. Y siempre es bueno escucharlo. Warren Buffett es la voz de la razón en medio de un mar de irracionalidad. El populacho en raras ocasiones está de acuerdo con él. Y no siempre está de moda. De hecho, con mucha frecuencia contradice a la mayoría. Pero sí ha demostrado algo una y otra vez en su larga carrera en el mundo de las inversiones, es que no es un idiota.

Sus supuestos errores los podemos colocar en dos grandes categorías. Errores de omisión y errores que no son errores (al final). En la categoría de los errores de omisión, podemos incluir a compañías del sector tech en sus fases tempranas. Microsoft, Apple, Google, Amazon, Facebook, Tesla. Por ejemplo. Estas compañías han sido grandes historias de éxito, pero Buffett nunca compró. Bueno, sí compró Apple y Amazon, pero en una etapa tardía. Amazon no fue su idea. Esa compra no fue tan grande y fue realizada por alguien de su equipo. 

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Apple sí es algo grande. Pero Warren nunca compró en la Apple de Steve Jobs. Él compró mucho después, en la Apple de Tim Cook. De hecho, Apple es la joya de la corona de Berkshire Hathaway. La compañía es prácticamente Apple, seguros, ferrocarriles y el resto. Y Berkshire es el segundo accionista más grande de Apple, solo después de Vanguard Group. La participación es grande, pero la rentabilidad ha sido mayor. Apple hoy es el doble de su valor en el momento de la compra. Todo un éxito. 

Pero, bueno, Warren Buffett siempre ha sido criticado por sus errores de omisión. Es decir, por perder oportunidades. Primero, por no invertir en compañías que están fuera de su círculo de competencia. O sea, por no invertir en cosas que no entiende. O por no invertir en cosas que simplemente no le gustan, como en mercancías, el oro y Bitcoin. En otras palabras, Buffett no es un maestro de todos los oficios. No es un todero. Él prefiere activos productivos y compañías establecidas. No es el fin del mundo. Es simplemente su estilo.

Por otro lado, tenemos a los errores que no son errores (al final). Y eso siempre ocurre en los periodos de codicia. En estos periodos, Buffett advierte que todo está sobrevalorado y Wall Street está ciego de codicia. En esos momentos, la Reserva Federal está imprimiendo dinero hasta más no poder y los mercados suben de precio. Sin embargo, la economía real no está creciendo al mismo ritmo. Buffett se va a los fundamentales y los números simplemente no terminan de cuadrar. Las valoraciones están por las nubes, pero los precios siguen subiendo. En estos momentos, Warren Buffett es un idiota. 

Warren Buffett lleva casi 5 años hablando de una sobrevaloración de los mercados. El Producto Interno Bruto (PIB) está de acuerdo con él, pero los precios de los acciones no. Las arcas de Berkshire han acumulado muchísimo efectivo y el precio de su acción ha perdido su brillo natural últimamente. Incluso, después del crash de marzo, Warren Buffett hizo algo completamente inesperado. En vez de comprar, comenzó a vender. Hecho que dejó a todos perplejos. ¿Warren Buffett vendiendo en un crash? Es definitivamente el mundo al revés.  

Buffett vendió su participación en el sector aerolíneas (United, American, y Delta). Y vendió casi todas sus acciones de Goldman Sachs y algo de JPMorgan. Lo curioso es que después de su venta estas acciones se han recuperado considerablemente. Obvio que vendió en un mal momento. No es la primera vez que le pasa. Pero tal vez sí en una escala tan grande. Pagó demasiado con la compra de Kraft Heinz, pero seguramente el tiempo jugará a su favor en esa inversión. En este caso, la venta se realizó y no hay vuelta atrás. ¿Perdió su magia?

En los últimos años, Warren ha sido pura lectura y muy pocos negocios. Durante la crisis, ha realizado grandes ventas y muy pocas compras. Solo Dominion Energy (gas natural) y más acciones del Bank of America. Ya tiene casi 90 años de edad y no creo que tenga muchos años por delante. El tema del futuro de Berkshire es inevitable. ¿Todavía es buena idea invertir en Berkshire Hathaway? 

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Sería insensato idolatrar a Warren Buffett. No es perfecto y obviamente que comete errores. Por encima de todo, por muy bueno que sea, él no es adivino. Sin embargo, su estrategia es muy sensata. Él realiza valoraciones basándose en los fundamentales. Punto. Si algo está sobrevalorado, lo vende. Si sube más en el futuro, no importa. Debido a sus volúmenes, él siempre vende por lotes a diferentes precios en diferentes momentos. Y seguramente con estas ventas obtuvo más dinero del que colocó inicialmente. No creo que haya perdido dinero en realidad con esas ventas. 

Me da la impresión que todo ese dinero en efectivo será usando en la compañía. Los datos no deben ser muy buenos y sabe que necesitará dinero de rescate. Y también es probable que compre acciones de Berkshire Hathaway (paybacks). No lo sé. Pero la meta esta vez no será superar al S&P 500, sino llegar sano y salvo a puerto. De este modo, su sucesor recibirá pura crema. Ganancias a corto plazo no es lo que busca. Nunca ha sido así y a sus casi 90 años de edad no creo que vaya a cambiar. ¿Perdió su mojo? No lo creo. Pienso que está tomando medidas de emergencia por el bien de la compañía. Está siendo extremamente prudente, para no dejarle a su sucesor el problema del siglo. Yo francamente no veo que sea un idiota por eso. Este viejito es un avión. Tonto es el que lo ve como un tonto.