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Gustavo GodoyGustavo Godoy

Perú, Venezuela y Argentina: El triunfo de la adopción cripto

¿Cómo eligen los ciudadanos de Perú, Venezuela y Argentina las criptomonedas como alternativa pragmática a sus fallidos sistemas?

Perú, Venezuela y Argentina: El triunfo de la adopción cripto
Opinión

En el vasto panorama económico global, pocos lugares ofrecen un laboratorio de pruebas tan intenso y revelador para las finanzas descentralizadas como América Latina. Países como Perú, Venezuela y Argentina se han convertido en focos de una adopción de criptomonedas que supera con creces la simple especulación o el entusiasmo pasajero. Aquí, el uso de activos digitales no es una moda pasajera, sino una decisión profundamente pragmática y una respuesta directa a sistemas económicos que han fallado en proteger el valor del esfuerzo y el ahorro de sus ciudadanos.

La narrativa común suele simplificar este fenómeno, atribuyéndolo únicamente a un intento desesperado por escapar de la hiperinflación o la inestabilidad política. Si bien estos factores son innegablemente cruciales, el verdadero triunfo de la adopción cripto en estos países reside en su capacidad para ofrecer soluciones operativas y cotidianas que los sistemas bancarios tradicionales, lastrados por las restricciones y la burocracia, simplemente no pueden igualar.

Los tres países comparten un denominador común que es la madre de esta necesidad: restricciones cambiarias complejas y un entramado regulatorio que dificulta la fluidez económica.

En Argentina, el peso ha sufrido una depreciación histórica, forzando a los ciudadanos a buscar refugio en monedas más estables. El acceso al dólar estadounidense, considerado el refugio tradicional, está severamente limitado y sujeto a impuestos y cuotas que vuelven la operación costosa e incierta. Las decisiones gubernamentales han impuesto una serie de barreras y fricciones que castigan a quien intenta ahorrar o transaccionar libremente. En este contexto, las stablecoins y Bitcoin han surgido no solo como reserva de valor, sino como una moneda paralela de facto, facilitando desde la compra de bienes importados hasta el pago de servicios profesionales internacionales.

Venezuela, por su parte, ha vivido la manifestación más extrema de la crisis económica: la pérdida casi total de la confianza en su moneda. Con una tasa inflacionaria que ha pulverizado el poder adquisitivo, la población se vio obligada a migrar hacia mecanismos de pago que garantizaran, al menos por unas horas, el valor de su dinero. Aquí, la adopción es vital para la supervivencia económica diaria. Las criptomonedas permiten el envío de remesas desde el exterior de forma rápida y sin las comisiones prohibitivas que imponen los intermediarios tradicionales. Para miles de familias, la cripto ha sido la vena financiera que mantiene a flote la economía doméstica.

Perú, aunque con una situación macroeconómica históricamente más estable que sus vecinos, no está exento de las complejidades de un sistema financiero con bajas tasas de inclusión y una fuerte dependencia del efectivo. Las restricciones en el manejo de divisas y la lentitud de las transferencias transfronterizas han hecho de las criptomonedas una opción eficiente para emprendedores y empresas que operan con socios internacionales. La adopción aquí está impulsada tanto por el deseo de mayor seguridad financiera como por la necesidad de pagos sin fricciones.

Es un error conceptual limitar la adopción a una simple estrategia de supervivencia ante la inflación. Los ciudadanos de estos países son consumidores sofisticados que, ante las fallas del sistema, buscan la eficiencia y la usabilidad. Las criptomonedas ofrecen un conjunto de beneficios operativos que trascienden el mero escape de la inestabilidad.

Pagos sin fronteras ni horarios: La principal limitación del sistema bancario tradicional es su naturaleza nacional y su dependencia de horarios de oficina. En cambio, las redes descentralizadas operan 24 horas al día, 7 días a la semana, sin importar las fronteras geográficas. Esto es esencial para el ecosistema de freelancers y la economía digital en crecimiento, donde recibir un pago de un cliente en otro continente debe ser tan sencillo como recibirlo de un vecino. La cripto elimina los intermediarios costosos y lentos, ofreciendo una vía de bajo coste para transacciones internacionales.

Eliminación de fricciones y barreras de acceso: Los sistemas bancarios en estos países a menudo exigen una cantidad de trámites y requisitos que excluyen a vastos sectores de la población, especialmente a aquellos con ingresos informales o historial crediticio limitado. El acceso a los activos digitales, por el contrario, requiere únicamente un teléfono inteligente y acceso a internet. Esto abre una puerta a la inclusión financiera que el sistema clásico no puede ofrecer. Es un acto de empoderamiento económico donde la decisión de participar recae en el individuo, no en una entidad burocrática.

La adopción de activos digitales en estos mercados es la manifestación de un pragmatismo económico popular. La gente no está esperando una utopía; está encontrando herramientas funcionales que les permiten mantener su negocio a flote, pagar por bienes y servicios de manera eficiente y resguardar una porción de su capital de las políticas monetarias erráticas. La elección del activo digital, sea Bitcoin para el ahorro a largo plazo o stablecoins vinculadas al dólar para las transacciones cotidianas, es una decisión racional basada en las condiciones objetivas del entorno financiero.

Hemos argumentado que la adopción de criptomonedas en Venezuela, Argentina y Perú es un triunfo del pragmatismo frente a la inestabilidad sistémica. Sin embargo, para mantener un análisis completo y objetivo, debemos considerar una perspectiva que parece oponerse a esta narrativa.

Si bien estos activos digitales son percibidos como un refugio de estabilidad frente a las monedas fiduciarias locales, es importante reconocer que el ecosistema criptográfico en sí mismo está marcado por una volatilidad inherente. El valor de los principales activos puede fluctuar drásticamente en cortos períodos de tiempo, un riesgo que, en un entorno de inestabilidad crónica, podría parecer contraproducente.

La paradoja reside en que, para escapar de la incertidumbre lenta y corrosiva de la inflación, los ciudadanos están aceptando un riesgo de mercado más rápido e intenso. La confianza que depositan en las reglas matemáticas de un protocolo descentralizado es superior a la confianza que tienen en las decisiones de sus autoridades monetarias. Esto significa que la verdadera elección aquí no es entre estabilidad y riesgo, sino entre el riesgo conocido y persistente de la devaluación local, y el riesgo de alta fluctuación de un activo global que, a largo plazo, ofrece una protección histórica contra el deterioro sistemático del poder adquisitivo. La adopción no es un escape perfecto; es, en esencia, un cambio de riesgo en la búsqueda de la supervivencia económica.

Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.