Las finanzas descentralizadas (DeFi) se están convirtiendo en uno de los sectores más importantes dentro de la industria de la cadena de bloques. En tan solo los dos últimos años, el valor total bloqueado (TVL) en DeFi (el valor total de los activos almacenados en varias plataformas DeFi) ha aumentado de forma constante, pasando de USD 21 mil millones a principios de año a más de USD 100 mil millones en la actualidad.

DeFi representa una amplia gama de productos y servicios financieros, incluidos los tan populares exchanges descentralizados (DEX). Sin embargo, a pesar del crecimiento explosivo de los productos de préstamos y empréstitos DeFi, los seguros e incluso el trading de derivados descentralizados, la regulación a escala mundial parece aún lejana.

A través de DeFi, la tecnología blockchain está rediseñando los sistemas financieros del mundo, construyendo mercados que, idealmente, serán más seguros, transparentes y accesibles. La innovación financiera es bastante intuitiva y rentable, pero las instituciones con más recursos todavía dudan en entrar en este espacio debido a la falta de regulaciones, y esto podría jugar un papel crucial en su adopción.

Algunos creen que el cumplimiento es el único camino a seguir, y que aunque la regulación podría llevar a la centralización de ciertos aspectos de DeFi, los proyectos que cumplan sobrevivirán a largo plazo. Otros afirman que DeFi debería autorregularse y que la comunidad debe llegar a un acuerdo sobre lo que es mejor para su futuro. En cualquier caso, siempre habrá plataformas no reguladas que eviten la inspección de las autoridades, pero aún está por determinar si la autorregulación a gran escala sería realmente saludable para el sector.

A pesar de que un gran número de fondos de mediana capitalización están registrando ganancias gigantescas al invertir en activos digitales, los fondos de cobertura más grandes no están dispuestos a asumir el riesgo. Esto se debe, en parte, al duro escrutinio bajo el que los actores más prominentes son supervisados para el cumplimiento normativo, y esto también podría explicar por qué algunas de las instituciones de mayor tamaño aún no han tocado esta clase de activos.

Controlando lo incontrolable

El principal problema de aplicar los marcos reguladores tradicionales a las finanzas descentralizadas es que fueron diseñados con objetivos diferentes. Las finanzas tradicionales favorecen la estabilidad, la protección de los inversores, la imposición del cumplimiento y, sobre todo, la centralización. DeFi funciona con un sistema que fomenta la cooperación entre los participantes distribuidos mediante la eliminación de incentivos económicos y, sin ningún intermediario centralizado al que culpar, los marcos tradicionales no se traducen bien en los activos descentralizados.

En los últimos años, los efectos de la regulación en el sector de las criptomonedas han sido evidentes, proporcionando una sensación de seguridad a los inversores privados, impulsando la cantidad de capital que entra en los mercados de activos digitales, al tiempo que apoya la innovación y frena el comportamiento fraudulento e ilícito. Esto podría aplicarse también a DeFi, y aunque no todo el mundo está totalmente convencido, la familiaridad y la educación pueden ser grandes impulsores de la adopción.

Un ex funcionario de las fuerzas del orden de la Unidad de Finanzas Ilícitas y Productos del Crimen del Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos y director de operaciones de Huobi Nevada, Robert Whitaker, dijo a Cointelegraph:

"Siempre habrá sitios ilegales que operen discretamente en el fondo. Las plataformas DeFi que quieran ser reguladas y crean que la regulación es el camino hacia una sólida alternativa viable a la banca o las finanzas tradicionales sobrevivirán, y, en mi opinión, lo harán muy bien".

Una vez que se haya creado la infraestructura necesaria para satisfacer los requisitos de las instituciones más grandes, las inversiones DeFi podrían incluso ser mucho más experimentales para acelerar la innovación. Solo este año, varios gigantes de los servicios financieros han dado pasos considerables en el ámbito de la cadena de bloques.

Se dice que JPMorgan está desarrollando una cadena de bloques propia con su propio token para facilitar las transferencias instantáneas a sus clientes. Además, después de hacer planes para trasladar más de un tercio de sus activos elegibles a una plataforma de custodia basada en blockchain, HSBC anunció este año que soportaría las monedas digitales emitidas por bancos centrales (CBDC) a través de la regulación. Morgan Stanley también anunció recientemente que ofrecería a sus clientes exposición a activos digitales.

Desde la confirmación de BNY Mellon de su apoyo a la custodia de activos digitales hasta la revelación por parte de BlackRock de sus interacciones tras bambalinas en el estudio de esta clase de activos, la adopción está ciertamente en aumento. La pregunta es: ¿puede la regulación seguir el ritmo?

Normas innovadoras para regular la innovación

Recientemente, la empresa líder en soluciones de tecnología blockchain ConsenSys recibió más de USD 65 millones de financiación de líderes mundiales de servicios financieros como UBS, JPMorgan y Mastercard, lo que podría proporcionarles una mejor visión de los tipos de aplicaciones que se están construyendo en la Web 3.0.

Según informes de PWC, casi el 50% de los gestores de fondos de cobertura tradicionales están estudiando la posibilidad de realizar inversiones en criptomonedas. Aunque es probable que estas empresas lideren el camino hacia la adopción, es posible que esto no ocurra hasta que se construya la infraestructura regulatoria necesaria en el ecosistema DeFi.

A pesar de las innumerables advertencias de los bancos de reserva de todo el mundo sobre los riesgos de seguridad, escalabilidad y blanqueo de capitales que plantean los activos digitales, la mayoría de ellos coinciden en su potencial para mejorar radicalmente los sistemas financieros. Sin embargo, la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) de Estados Unidos considera que DeFi adolece de graves carencias en cuanto a la protección de los inversores y ha solicitado la creación de autoridades adicionales para evitar que los productos y plataformas DeFi se escabullan entre las grietas de la regulación.

El último año ha estado salpicado de noticias de corporaciones internacionales y organismos reguladores nacionales que avanzan hacia una mejor comprensión de la tecnología Blockchain. En septiembre de 2020, la Comisión Europea propuso un marco para mejorar la protección de los consumidores y establecer una conducta más explícita para los actores del sector de las criptomonedas, incluyendo la introducción de nuevos requisitos de licencia.

Más adelante, en marzo, el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), organismo de control de la financiación del terrorismo y el blanqueo de capitales, anunció que actualizaría sus directrices sobre un enfoque basado en el riesgo de los activos digitales y las empresas que especulan con ellos. En julio, la Agencia de Servicios Financieros (FSA) de Japón destacó la importancia de las normas de regulación de las finanzas descentralizadas.

Ya en febrero, la comisionada de la SEC Hester Pierce dijo que los reguladores tendrían que proporcionar al espacio DeFi tanto claridad jurídica como libertad para experimentar, de modo que pudiera competir de tú a tú con las alternativas centralizadas. Sin embargo, la SEC también ha tomado medidas contra ciertas entidades asociadas a las aplicaciones de finanzas descentralizadas.

Por ejemplo, noticias sugieren que el regulador ha abierto una investigación sobre el desarrollador principal detrás del exchange descentralizado más grande del mundo, Uniswap Labs, centrándose principalmente en cómo los inversores utilizan la plataforma y su marketing. Además, el presidente de la SEC, Gary Gensler, hizo recientemente algunos comentarios duros sobre la industria de DeFi, afirmando que sólo un pequeño número de tokens DeFi no eran valores.

Aunque la autorregulación pueda parecer ideal para algunos, la intervención de los gobiernos y las autoridades financieras podría ser inevitable.

Torciendo los principios

El principal reto para los reguladores consistirá en asegurar a los actores privados y mitigar los riesgos de los inversores. Si la legislación puede hacer esto de alguna manera, al tiempo que garantiza que las plataformas DeFi se adhieren a los protocolos contra el blanqueo de capitales, la regulación podría promover la adopción y producir un increíble crecimiento para el espacio de una manera controlada por el riesgo.

Aun así, regular los protocolos DeFi por la fuerza puede no ser la mejor manera de hacerlo. Las regulaciones tradicionales se aplican a las transacciones que se realizan entre personas y aplicar esas normas al código escrito por humanos, es decir, a los contratos inteligentes, es una tarea muy difícil. Sin embargo, las normas podrían crearse mediante principios codificados.

Esto implicaría el establecimiento de límites de capital y la creación de marcos de control de riesgos para los actores privados del sector. Pero, dado que esto va en contra de la ética principal de las finanzas descentralizadas (la descentralización), requerirá un enfoque proactivo y cooperativo por parte del espacio DeFi y una mentalidad de prioridad a la innovación por parte de los reguladores.

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