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La regulación estadounidense está tomando forma, y la blockchain necesita ponerse al día

Los marcos regulatorios de EE. UU. señalan la aceptación de las criptomonedas, pero la mayoría de las blockchains carecen de las características de privacidad y cumplimiento que las instituciones necesitan.

La regulación estadounidense está tomando forma, y la blockchain necesita ponerse al día
Opinión

Opinión de: Eran Barak, CEO de Shielded Technologies

Durante más de una década, las criptomonedas en EE. UU. han existido en una zona gris legal. Los reguladores han oscilado entre el silencio y las represiones repentinas, dejando a desarrolladores, inversores e instituciones paralizados por la duda. 

En 2025, esto empezó a cambiar. La SEC retiró su demanda contra Binance, citando la necesidad de reglas más explícitas. El Senado aprobó la GENIUS Act, introduciendo un marco federal para las stablecoins. Las probabilidades de que la CLARITY Act se convierta en ley son altas.

Incluso la Casa Blanca ha cambiado su postura, revirtiendo la guía que desanimaba a los empleadores a añadir criptomonedas a las carteras de jubilación. Una orden ejecutiva ahora permite asignaciones 401(k) en criptoactivos, una señal de que Washington ya no los ve como inherentemente riesgosos, sino como una clase de activo viable en el mercado. Las instituciones están prestando atención.

Los legisladores pueden abrir la puerta, pero las instituciones seguirán dudando a menos que la infraestructura evolucione en paralelo, y la blockchain seguirá confinada a la especulación impulsada por el comercio minorista.

Infraestructura con otras intenciones

Las reglas financieras actuales fueron redactadas para una era diferente y les cuesta adaptarse en esta era digital. Las blockchains fueron diseñadas para promover la confianza y resistir la censura a través de una transparencia radical, pero este diseño ahora choca con las expectativas modernas en torno a la privacidad, el acceso selectivo y el cumplimiento normativo. 

Esto dificulta que la mayoría de las blockchains cumplan con los marcos de gobernanza nacidos de procesos políticos o que manejen los requisitos legales particulares de sectores como las finanzas, la atención médica o la gestión de datos empresariales. 

El Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) de la Unión Europea, por ejemplo, otorga a los usuarios el derecho al olvido; sin embargo, los datos no pueden modificarse una vez publicados en las blockchains.

La Ley de Portabilidad y Responsabilidad del Seguro Médico (HIPAA) de EE. UU. exige estrictas salvaguardias para los registros de salud, pero ningún hospital puede almacenar datos de pacientes en un sistema donde cada punto de acceso es visible. Las instituciones financieras, por su parte, necesitan una divulgación selectiva: datos compartidos con algunas partes, pero no con todas.

Los mercados donde cada transacción es totalmente transparente son ineficientes, ya que los movimientos de fondos pueden rastrearse en tiempo real y las contrapartes pueden operar en contra de esas señales.

La mayoría de las blockchains no están preparadas para la realidad regulatoria

Para que la regulación tenga sentido, los sistemas que debe gobernar tienen que ser capaces de cumplir con la normativa. Ahí es donde radica la verdadera brecha hoy.

La promesa de la Web3 es control, privacidad y propiedad. La arquitectura, sin embargo, a menudo convierte esos ideales en compensaciones: privada, pero incompatible con la regulación, o abierta y transparente a costa del cumplimiento normativo y la confianza del usuario.

Este problema va más allá de los datos de las transacciones. Los metadatos que rodean cada transacción (quién la accedió, cuándo y bajo qué condiciones) pueden ser tan reveladores como los datos mismos. La mayoría de las cadenas ignoran esta capa, exponiendo peligrosamente a desarrolladores e instituciones al cumplir con los estándares de cumplimiento y auditoría.

Esto tiene que cambiar si queremos que la blockchain sirva para algo más que para los primeros adoptantes y los casos de uso minorista. En mercados tradicionales como Nasdaq y la NYSE, alrededor del 80% de la actividad comercial proviene de instituciones, mientras que en las criptomonedas es casi lo contrario, con el comercio minorista aún dominante. 

A menos que la infraestructura se adapte, las nuevas leyes solo llevarán a las criptomonedas hasta cierto punto. Las instituciones pueden agradecer la claridad, pero no comprometerán capital significativo hasta que los sistemas en los que confían cumplan con los estándares operativos, legales y de riesgo de las industrias reguladas.

El camino a seguir

La blockchain ha demostrado que los activos programables y la liquidación global pueden funcionar en la práctica. El desafío ahora es escalarlos para uso institucional. Esto significa construir una infraestructura que pueda conciliar la transparencia de la blockchain con los requisitos de privacidad, divulgación selectiva y cumplimiento normativo, haciendo posible cumplir con los estándares legales y operativos de las industrias reguladas.

Hace una década, las primeras plataformas en la nube enfrentaron obstáculos similares en seguridad, auditabilidad y cumplimiento normativo. Se necesitaron años de ingeniería, establecimiento de estándares e iteración antes de que esos sistemas pudieran soportar a las industrias más sensibles al riesgo del mundo. Una vez que lo lograron, siguió la adopción, y la blockchain ahora se encuentra en el mismo umbral.

Afortunadamente, están surgiendo nuevos marcos. Los Zero-knowledge proofs, la divulgación selectiva y los diseños tokenomic novedosos ofrecen a los desarrolladores los bloques de construcción para la privacidad y el cumplimiento normativo sin recurrir a guardianes centralizados. Estas herramientas están cobrando protagonismo justo cuando la regulación empieza a tomarse en serio.

Si ambos evolucionan juntos, la blockchain no será solo una herramienta para la especulación o casos de uso marginales.

Puede convertirse en la plataforma de confianza para la próxima generación de infraestructura financiera y de datos, impulsando la economía global.

Opinión de: Eran Barak, CEO de Shielded Technologies.

Este artículo tiene fines de información general y no pretende ser ni debe tomarse como asesoramiento legal o de inversión. Las opiniones, pensamientos y puntos de vista expresados aquí son únicamente los del autor y no reflejan ni representan necesariamente las opiniones y puntos de vista de Cointelegraph.