La "hoja de ruta" para las criptomonedas de la Casa Blanca desaconseja los fondos de pensiones. A finales de este pasado mes de enero, la Casa Blanca hizo pública una declaración en la que proporcionaba a la administración del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, una hoja de ruta para mitigar los riesgos asociados a las criptomonedas. La guía legislativa de la administración dirigía gran parte del documento al Congreso de Estados Unidos. ¿Cuáles son las implicaciones de esto?

Lo importante aquí es comprender de lo que estamos hablando cuando hablamos de riesgo. En primer lugar, la palabra “riesgo” no es mala. Es decir, no se trata de un ataque. No hay ninguna teoría de conspiración tratando de desprestigiar a las criptomonedas valiéndose de la palabra riesgo. El riesgo está en todas partes. Toda inversión implica un riesgo. Y lo responsable es presentar esos riesgos de la manera más sincera posible. El inversor debe poseer toda la información para poder gestionar y cubrir ese riesgo. No es el fin del mundo.

El concepto de riesgo está estrechamente ligado al concepto de incertidumbre. Supongamos que nuestra preocupación principal es nuestra salud. Nadie en su sano juicio quiere enfermarse. Sin embargo, bien sabemos que el riesgo, en efecto, existe. Un problema de salud inesperado conlleva una serie de gastos muy difíciles de presupuestar. ¿Qué problema de salud? No lo sabemos. Esta incertidumbre también representa un problema financiero. Podemos dejarlo todo a la buena de Dios. O podemos organizarnos para afrontar la situación de modo estratégico. 

¿Qué podemos hacer? ¿Cómo mitigar este riesgo? Bueno, podemos cuidar nuestra salud de la mejor manera posible. Podemos tratar de evitar actividades peligrosas. Y podemos tener fe en nuestra buena suerte. Adicionalmente, sería sensato mantener un fondo de emergencia. Y también podríamos firmar un contrato con una aseguradora para cubrir el riesgo financiero de nuestros posibles problemas de salud. De esta forma, estaríamos gestionando el riesgo. Por lo general, los riesgos son inevitables. Entonces, no es mala idea estar preparados.

Se habla de riesgo no para infundir miedo. Se habla de riesgo, porque en este asunto hay que ser lo más claro posible. La idea es gestionar el riesgo para reducir la incertidumbre. Ahora supongamos que tenemos gastos y deudas. Digamos que tenemos una hipoteca que pagar y unos gastos mensuales determinados. De pronto, nos quedamos sin trabajo. ¿Y los ahorros? ¿Y las inversiones?

En este caso, la volatilidad del precio de un activo es (prácticamente) sinónimo de riesgo. ¿Por qué? Muchas personas requieren ingresos fijos, porque sus gastos son fijos. De hecho, como regla general, el inversor se vuelve más conservador con la edad. O, dicho de otro modo, se prefiere la estabilidad y seguridad en la medida que la jubilación se aproxima. Un portafolio de inversiones que necesita generar ingresos fijos para costear los gastos mensuales de una persona no puede darse el lujo de oscilar demasiado. Aquí el crecimiento pasa a un segundo plano. Y la estabilidad y la predictibilidad gana en importancia.

En otras palabras, Bitcoin no es para todo el mundo. Mi abuela de 94 años me preguntó en una oportunidad sobre BTC. ¿Debo invertir? No, abuela. Lo mejor es concentrarse en lo estable y en lo seguro. Aquí “seguro” no es escasez. No es la utopía libertaria. Aquí lo seguro es la estabilidad del precio, porque se requiere una renta fija para poder cubrir los gastos. Mi abuela no vive de narrativas. No vive de ideologías. No vive de quimeras. Ella vive de un renta fija (en dólares). ¿Puede esperar un año o dos para que el precio se recupere? No.

Claro que la situación de mi abuela no es única. De hecho, la población está envejeciendo. La generación de los baby boomers (que tiene mucho dinero) está entrando en edad de retiro. Y esto tendrá un efecto en el mundo de las inversiones. En asuntos de economía y finanzas, la demográfica importa. E importa mucho. 

En relación a los fondos de pensión, el énfasis normalmente es la estabilidad y la seguridad. El riesgo se reduce a su mínima expresión. Eso implica que, por lo general, se evita lo muy nuevo, lo muy experimental, y lo muy especulativo. Las pensiones se administran de manera muy conservadora debido al tipo de participante. Cualquier activo muy volátil en un fondo de pensión no siempre es bien recibido. Se podría decir que no es aconsejable.

Toda administración se presenta como una defensora de la gente común. En este caso en particular, la Casa Blanca se ofrece como un defensor de los pensionados. La recomendación es evitar lo muy riesgosos en unos fondos que requieren de mucha seguridad. El planteamiento no es del todo descabellado.

En relación a esta “hoja de ruta”, la Casa Blanca tiene muchas tareas para los legisladores. Entre sus recomendaciones, figuran la ampliación de las competencias de los reguladores, el refuerzo de los requisitos de información, el endurecimiento de las penas por conducta indebida, el aumento de los fondos destinados a la aplicación de la ley y el seguimiento de los consejos que figuran en el informe del Consejo de Supervisión de la Estabilidad Financiera exigido por orden presidencial. Se busca proteger al inversor (de todas la edades). 

Según el comunicado, las agencias gubernamentales están desarrollando programas de concienciación pública "para ayudar a los consumidores a entender los riesgos de comprar criptomonedas". Esa parte es muy importante. Sin lugar a dudas, el público debe estar muy bien informado de todos los riesgos. No podemos dejar que la pasión ideológica nos lleve a la irresponsabilidad. Sí hay riesgo.

"La legislación no debe dar luz verde a las instituciones convencionales, como los fondos de pensiones, para que se lancen de cabeza a los mercados de criptomonedas", escribieron los autores de la declaración.

Después del colapso de FTX, la administración de Biden se ha visto en la obligación de actuar. Hacer nada ya no es una opción. Porque el público presiona para que el ejecutivo actúe. No pueden parecer indulgentes. Las pérdidas millonarias tienen muchos dolientes. Y, en este caso, culpar a la víctima al estilo libertario no es suficiente. Esa ética espartana del fundamentalismo de libre mercado no es para todo el mundo. La mayoría de los mortales exige enmiendas y justicia a través del poder estatal. Nos guste o no, he ahí las maneras de la sociedad actual. 

Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.

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