El dinero se asocia con el trabajo y el juego con la diversión. De modo intuitivo, todos queremos más por menos. En lo que se podría llamar la “ley del mínimo esfuerzo”. Tener dinero sin trabajar. O, en todo caso, divertirse en el trabajo. Ese es el sueño de muchos. El trabajo suele representarse como rutina, tedio y cansancio. Significa cambiar tiempo por dinero. Y lo divertido suele surgir fuera del trabajo en nuestro tiempo libre. No ganamos dinero, pero nos entretenemos. Ahora bien, ¿se puede hacer dinero jugando? 

Como sucede en muchas cosas en la vida, las líneas no siempre son claras. Hay muchas personas que disfrutan su trabajo. Y, para ellos, trabajar es un gran placer. Por otro lado, hay jugadores profesionales que viven de una actividad normalmente considerada como lúdica o recreativa. También tenemos a los famosos juegos de azar. Estos juegos son una mezcla de negocio, juego, suerte y habilidad. Y, por supuesto, los deportes. Los deportes son juegos competitivos. Pero, al mismo tiempo, son un espectáculo de masas. Todo esto implica que en el negocio de los juegos hay mucho dinero. Lo recreativo siempre ha sido muy lucrativo, porque las personas gastan mucho dinero en actividades recreativas. 

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Ahora hablemos de los videojuegos. Estamos hablando, obviamente, de una industria. Y hay muchas maneras de hacer dinero jugando videojuegos. Hay competencias. Hay patrocinios. Pero, también, hay unos juegos que internamente ofrecen recompensas con valor monetario. Digamos que tenemos un artículo único (relevante al juego) que cuesta dinero obtener. Si el juego permite transacciones entre jugadores, sería posible hacer negocios con dicho artículo. En este caso, el artículo en cuestión sería un coleccionable con valor monetario similar, por ejemplo, a una estampilla o un cómic. Se trata de un objeto virtual que tiene valor monetario, porque es escaso, intercambiable, y cotizado. 

La tecnología blockchain ha permitido la creación de tokens no fungibles (los NFTs). Y, últimamente, los juegos que usan NFTs han proliferado bastante. O sea, están de moda. Muchos de nosotros hemos escuchado de los CryptoKitties. Este es un juego blockchain desarrollado sobre la red Ethereum que permite comprar, recolectar, criar y vender gatos virtuales. Es uno de los primeros intentos de implementar la tecnología Blockchain para la recreación y el ocio. Sin embargo, hay dinero de por medio. La oportunidad para el lucro yace la especificidad de cada gato virtual. 

¿Cuál es la clave? La clave está en el entusiasmo de la comunidad de jugadores. He aquí la mejor manera de ver todo esto. Se podría decir que estamos ante una comunidad de coleccionistas. La popularidad del juego se relaciona con su rentabilidad. Por supuesto que todo depende del diseño de cada juego en particular. Pero, en líneas generales, debemos decir que aquí es muy importante el efecto red. Axie Infinify, por ejemplo, es un juego obviamente inspirado en Pokémon. Se compran unos personajes. Y se hace dinero con las distintas batallas. Como modelo de negocios, yo diría que es cryptokitties se casó con la minería de criptomonedas. 

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Con Axie Infinity, muchos están haciendo dinero. Hay reportes de familias en Filipinas, Venezuela y en otras partes que han convertido al juego en su principal fuente de ingresos. Se requiere una inversión inicial. Pero, luego, esa inversión genera una renta en la medida que los personajes participan en el juego. ¿Cuál es el secreto? Entrar temprano para poder comprar los mejores personajes a los mejores precios. Como ocurre con la minería, existen varias variables. En primer lugar, tenemos el precio inicial de los personajes. En segundo lugar, su rentabilidad. Se podría decir que hay una “dificultad” que se incrementa con un aumento en el número de jugadores. 

Como ya es costumbre en este ambiente, los primeros usuarios son los primeros beneficiados. Ellos logran comprar más barato y pueden aprovechar mejor el aumento de los precios. Los que llegan más tarde deben comprar a precios más elevados y se topan con una mayor dificultad. O sea, la rentabilidad es menor. En el fondo, no es tan complicado. De hecho, es bastante sencillo. Sin embargo, hay un riesgo. El riesgo se incrementa para los que llegan tarde, porque están comprando caro. En el caso que los jugadores pierdan interés en el juego y emigran a otro juego, los precios se desplomarían, perjudicando la inversión de los más tardíos. 

Ahora todo es color de rosas, porque el juego se encuentra en su etapa temprana y muchos están haciendo dinero. Pero esta moda ha impulsado la creación de otros juegos. Lo que, a su vez, significa que la oferta se ha incrementado considerablemente. Entonces, es posible que en un futuro no muy lejano la oferta supere la demanda. En consecuencia, la rentabilidad de cada juego se verá afectada debido al exceso de competencia.

El negocio del juego no es un juego. Obvio que no es puro entretenimiento, porque hay un riesgo. En este caso, el riesgo es perder dinero. Se puede ganar. Pero, también, se puede perder. No se trata de física cuántica. Pero sí se requiere de cierta sensatez. Hay que estudiar muy bien las reglas de cada juego. Por otro lado, hay que sacar muy bien los números, entendiendo los riesgos. La comunidad de coleccionistas es un tema clave. Todo esto de las inversiones, en el fondo, es un asunto de capital y demografía. 

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El principal error en la vida es pensar que las cosas son fáciles. Por tratarse de juegos no significa que es dinero fácil. Se requiere talento, paciencia, conocimiento y habilidad. O sea, no es soplar y hacer botellas. Debemos recordar que estamos en un mercado alcista. Eso podría crear la ilusión de que somos unos genios de las finanzas, porque hemos hecho algo de dinero. Sin embargo, no es tan difícil hacer dinero en un mercado alcista. Lo difícil es no perder ese dinero en el posterior mercado bajista. 

Por supuesto que estos juegos tendrán sus buenos días y sus malos días. Con el incremento de la oferta, surge la tentación de abandonar los viejos proyectos por los nuevos. Las comunidades pueden crecer muy rápido al principio, pero también pueden decrecer. Lo que significa que no es muy buena idea idealizar estos juegos. Repito. No es dinero fácil. Se trata de un negocio como cualquiera. Se trata de una serie de oportunidades y riesgos. Hay que valorar las oportunidades. Pero, también, hay que sopesar los riesgos.