El encuentro entre Warren Buffett y Justin Sun ha despertado muchísimo interés. Warren Buffett siempre ha sido un duro crítico del Bitcoin, pero ahora se ve obligado a compartir su mesa con conocidos actores de la comunidad cripto. Sin embargo, el anticipado evento fue aplazado por Sun. ¿Por qué? El aplazamiento ha generado muchos rumores, y muchos se han estado haciendo preguntas por eso. Los últimos sucesos están resultando algo extraños. ¿Qué está pasando realmente? Hablemos de Warren Buffett y su escepticismo en torno a las criptomonedas. ¿Qué podemos esperar de su comida con la comunidad cripto? ¿Podría Warren Buffett cambiar de parecer sobre el Bitcoin?
Mucho se ha escrito sobre el famoso “Oráculo de Omaha”. Indudablemente que su éxito en el mundo de las inversiones ha sido impresionante. Sin lugar a dudas, es uno de los inversionistas más importantes de la historia. Su riqueza se construyó prácticamente de la nada. Sin embargo, ha edificado un imperio solamente con inversiones. La mayoría de los billonarios han creado compañías, pero Warren Buffett amasó su inmensa fortuna únicamente comprando acciones en la bolsa de valores. No solo es uno de los hombres más ricos del planeta. También, es un sujeto muy enigmático y sumamente interesante. Uno podría decir que no es el estereotípico billonario. En muchos sentidos, se parece mucho al personaje de las caricaturas Rico McPato (Tío Rico), porque Warren Buffett es tan austero como un ratón de iglesia. Su bolsillo se parece a las minas del rey Salomón, pero su estilo de consumo personal no dista mucho de los patrones de la clase media. Estas peculiaridades en torno a su persona lo convierten esencialmente en una auténtica leyenda viva.
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Warren Buffett es uno de esos raros personajes que se pueden dar el lujo que ser llamados “excéntricos”, por el simple hecho de vivir una vida normal. Con un patrimonio estimado en más de 86 mil millones de dólares, todavía vive en la misma casa de cinco habitaciones que compró por 31,500 dólares en el año 1958. Según ha contado, en su camino de cinco minutos a su oficina, frecuenta pararse a desayunar en McDonald’s. Nunca gasta más de $3.17. Cuando no se siente muy próspero, ese día trata de gastar menos en su desayuno. Además, siempre paga con el cambio exacto. Lo coloca en una pequeña taza que tenía en su carro. ¡Qué Dios lo cuide! Es uno de los dueños de Apple. Sin embargo, usa un Samsung plegable con 24MB de memoria, de esos que se consiguen en Ebay por 20 o 30 dólares. En su oficina, no tiene una computadora. Pasa casi todo su día leyendo reportes de compañías y las noticias como en los viejos tiempos. Es decir, lee sobre papel. Se dice que solo ha enviado un solo correo electrónico en toda su vida. Todos sus cálculos los hace con una calculadora de escritorio. Claro que sí tiene una computadora, pero únicamente para jugar bridge, su pasatiempo. Bill Gates, también aficionado al bridge y su amigo personal, logró la hazaña de convencerlo a tener una. Ese es Warren Buffett.
El curioso inversor estadounidense, Warren Buffett, hoy de 88 años y tercer hombre más rico del mundo, compró su primera acción a los 11 años de edad. En sus tiempos de universitario, aprendió mucho del famoso padre de la inversión en valor, el legendario, Benjamin Graham. En 1959, con 100 mil dólares y otros 105 mil de otros socios fundó su propia empresa de inversión. Desde entonces, casi todos los años ha podido vencer el mercado, superando en rendimiento (casi siempre) al índice Dow Jones y al S&P 500. Su filosofía es muy particular. Siempre compra compañías con una larga tradición, consolidas, líderes de su mercado y cumplidoras en el pago constante de dividendos, pero subvaloradas por problemas transitorios. Nunca se fija en los análisis técnicos del precio. Solo estudia los fundamentales de las compañías e invierte solo a largo plazo. Berkshire Hathaway, su compañía, compra solo en valor. Entre sus adquisiciones más conocidas nos encontramos con Coca-Cola, Bank of America, Wells Fargo, American Express, Goldman Sachs, Kraft Heinz, JPMorgan Chase y, curiosamente, Apple. Warren Buffett es un inversor extremadamente conservador. Por regla, nunca invierte en negocios muy complejos o experimentales. Debe entender el negocio a la perfección. De lo contrario, no se involucra. Durante el auge de las puntocom entre los años 1997 y 2001, se mantuvo al margen y no ganó ni un dólar con esas empresas. Claro que tampoco perdió dinero cuando la burbuja colapsa al poco tiempo. Siempre le han gustado los bancos, las aseguradoras y compañías viejas.
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Ahora bien, ¿puede uno sorprenderse que a un hombre así no le guste el Bitcoin y las criptomonedas? No lo creo. A Warren Buffett no le gustó Amazon, Apple ni Microsoft en sus inicios. El sujeto es de la vieja escuela, y la tecnología no es lo suyo. Tiene sus méritos, pero en sectores mucho más tradicionales. De innovaciones, sabe poco. Es el enanito gruñón de la creatividad. Del Bitcoin, ha dicho que es “veneno para ratas”, “un dispositivo del juego”, “un engaño que atrae a los charlatanes” y “una concha de mar”. Según él, el Bitcoin no tiene valor de uso. Asumo que él usa los billetes de dólar para tapizar paredes y darles así un valor de uso. Esta crítica resulta curiosa, porque un hombre que conoce tanto de económica debería saber muy bien que la mayoría de las monedas no tienen valor de uso, pero sí valor de intercambio, y son utilizadas también como resguardo de valor. En resumen, el hecho es que Warren Buffett no es precisamente un gran amante del Bitcoin. Sin embargo, admite no conocer mucho de la materia y que podría estar equivocado.
Uno podría pensar que Warren Buffet es un hombre sumamente tacaño, pero esto no se puede decir de él. De hecho, es muy generoso. Sus grandes donaciones son muy conocidas. Incluso, ha prometido dejar, después de su muerte, casi toda su fortuna a la caridad. ¿Cómo el fundador de Tron consiguió un almuerzo con Warren Buffett? Resulta ser que el señor Buffett, como gran filántropo que es, por veinte años seguidos, ha subastado la posibilidad de almorzar con él para recaudar fondos con fines benéficos. En este caso, los fondos irán para The Glide Memorial Church, dedicada a ayudar a los más pobres en la ciudad de San Francisco, California. La subasta se realizó en Ebay for Charity, comenzando el 26 de mayo y cerrando con un ganador el último viernes del mes de mayo. ¿Quién fue el ganador de este año? El amigo Justin Sun, de 28 años, de nacionalidad china, fundador de la criptomoneda Tron, pagó 4.567.888 dólares con cero centavos para poder almorzar con el gurú de las finanzas en un evento que durará tan solo tres horas. Eso es casi 25 mil dólares el minuto. Justin Sun ha confesado ser un gran admirador de Warren Buffett, y quiere utilizar el almuerzo para hablarle de la importancia de las criptomonedas.
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Justin Sun puede llevar algunos acompañantes a la ocasión. Se sabe que ha invitado a Charlie Lee, creador de Litecoin, a Jeremy Allaire, CEO de Circle, a Helen Hai, del fondo caritativo del exchange Binance, y a Yoni Assia, fundador de eToro. Sun convirtió el evento en un espectáculo mediático, pero el asunto de pronto tomó un giro inesperado. Todo estaba listo para el 25 de Julio, pero, de repente, la comida se pospuso a una fecha sin especificar, porque Justin Son se complicó de salud con unos cálculos en los riñones. Hasta aquí estábamos bien, pero resulta ser que al poco tiempo el medio de comunicación chino, Caixin, reportó que Sun no podía dejar China, porque las autoridades lo estaban investigando por lavado de dinero, juegos de azar, y promoción de pornografía. Temprano ese día, el 23 de Julio, el precio de Tron se desplomó. Más tarde, Sun lanzó un video en vivo por Twitter desde San Francisco para disipar los rumores sobre su ubicación. Después del video, el precio de Tron se recuperó.
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Sin embargo, la polémica no hizo otra cosa sino continuar, cuando Justin Sun escribe un mensaje en la red social china, Weibo, disculpándose ante el público por su tendencia a mercadearse de más, para luego borrar el mensaje sin dar explicaciones. Durante esos días, también se reportó su participación en fiestas. Se subieron algunas fotos a las redes sociales, y no parecía muy afectado por su dolencia en los riñones. En conclusión, todo este asunto del encuentro con Warren Buffett se nubló de mucha rareza.
Apartando todo este tema de la controversia, ¿qué podemos esperar de este encuentro con Warren Buffett? Francamente, más allá de la cobertura mediática, no se puede esperar mucho. A nivel publicitario y caritativo, el evento tiene su importancia, pero en el fondo debemos reconocer que Roma no se construyó en tres horas. Dudo mucho que Buffett cambie de parecer conversando un rato con Justin Sun y sus amigos. Él no parece del tipo que se deja convencer tan fácilmente. Sin embargo, será una comida muy interesante. De eso, no caben dudas.
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