El teléfono suena y la gente pregunta: ¿Debo comprar ahora o esperar una corrección? Los novatos, sobre todo, se emocionan mucho durante las alzas. La codicia aumenta y ahora todo el mundo quiere comprar. Pero ahora Bitcoin está “caro”. Cuando Bitcoin estaba barato, nadie lo quería. He aquí un sentimiento muy común en este espacio. Nadie quiere perder dinero, pero, al mismo tiempo, nadie quiere perder una oportunidad. ¿Qué pasa si se compra y luego baja? ¿Qué pasa si no se compra y luego el precio sube? He ahí el eterno dilema. 

El problema es que nadie conoce el futuro. No, tu amigo no conoce el futuro. Sí, ese mismo amigo que te dice que Bitcoin va a bajar o subir. Bueno, ese amigo no sabe nada. Porque nadie conoce el futuro. Ya yo conozco ese discurso de memoria, porque lo he oído mil veces. “Un amigo que sabe mucho me dijo que Bitcoin iba a bajar.” “Dicen que va a aumentar”. He ahí la trampa. Tu amigo no sabe nada. Todo es habladuría. En las alzas, todos somos expertos. Y todos dan consejos. Los novatos son presa fácil debido a su ingenuidad. Porque confían en el “amigo”. Confían en “todo el mundo dice”. 

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He aquí un secreto. Nadie sabe para dónde va el mercado. Los análisis fundamentales y los análisis técnicos en este espacio son sumamente imprecisos, porque no hay datos confiables. Este es un mercado muy inmaduro y fragmentado. Nada es seguro. Lo único seguro son las fluctuaciones. En muchos sentidos, estamos a ciegas. 

Supongamos que se compra ahora, porque todo el mundo dice que el precio subirá. Compramos con grandes expectativas. Pensamos que Bitcoin subirá en varias Xs, porque durante los últimos meses lo ha hecho. Creemos que debemos subirnos al bus ahora. De lo contrario, nos perderemos una gran oportunidad. Entonces, compramos intoxicados de optimismo. Pero lo hacemos desde la fe. Es decir, no sabemos nada en concreto. No tenemos una estrategia. Estamos confiando en una recomendación. También caemos en la codicia. Pensamos que es fácil. Es decir, en un par de meses seremos ricos. No somos inversores como tal. Solo escuchamos de Bitcoin por causalidad. 

Esta es una historia muy común. La he visto muchas veces. Lo que normalmente ocurre es que el precio baja y lo que tenemos en una serie de sueños rotos. En cuestión de días, las grandes expectativas se convierten en una gran decepción. Bitcoin toma la culpa. Pero no es Bitcoin. Bitcoin no tiene la culpa. El gran culpable es tu amigo, el falso adivino. Y, en todo caso, tú eres el culpable por creer en cerdos voladores. Codicioso. 

Por otro lado, tenemos al escéptico que quiere comprar, pero nunca compra. En esta categoría, tenemos a dos tipos de persona: A los novatos muy tímidos y a los expertos muy conservadores. Estas son las personas que siempre están en fiat esperando por la corrección. Eso funciona en un periodo bajista. Pero, en periodos alcistas, esa corrección puede nunca llegar. Como prueba, tenemos a los últimos meses. En lo personal, conozco a personas que están esperando la corrección desde que Bitcoin rompió la barrera de los $10k. Debido a tanto esperar, la pérdida en oportunidad ha sido gigantesca. 

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Ahora bien, ¿qué alternativas tenemos? Lo ideal sería comprar en el mínimo y vender en el máximo, pero no todos somos tan afortunados. No somos adivinos. En el caso de Bitcoin, debido a su gran volatilidad, es recomendable ir con la estrategia del Dollar Cost Averaging. Es decir, asumir la posición del inversor a largo plazo. Sin muchas expectativas y sin poner una fecha determinada en la mente. Se compra y se espera. Así de sencillo. 

Con el Dollar Cost Averaging, se compra poco en intervalos fijos. De entrada, se ignora el precio. Se compra a cualquier precio, pero solo se vende cuando el precio supere el monto invertido. Supongamos que compramos $100 todos los viernes. El precio cambia, pero siempre compramos $100. Un año puede tener 52 viernes. Lo que significa que habremos invertido 5200 dólares en un año. Siempre comprando a distintos precios, pero hicimos un promedio. Si nuestras tenencias en Bitcoin son superiores al monto invertido (5200 dólares en este caso), podemos vender o seguimos acumulando indefinidamente. 

¿Cuál puede ser un plan para hoy? ¿Comprar o esperar? Podemos comprar, pero compramos poco. Si el precio baja, compramos más. Y si el precio sube, compramos más. Porque no estamos buscando predecir el futuro. Lo que estamos formando es un promedio. Si compramos en $40k y luego bajó a $30k, nuestro promedio sería $35k. Si compramos en $40k y luego sube a $50k, nuestro promedio sería $45k. Con esta técnica, tenemos una inversión más estable. Por ende, un poco más segura, sin la necesidad de convertirnos en adivinos. 

Como línea general, yo siempre recomiendo comprar. Pero comprar poco. Nunca te puedes quedar sin fiat. Mi meta personal no es adivinarlo todo. O sea, no trato de hacer predicciones. No espero por la corrección para comprar. No decreto mínimos o máximos. Siempre compro, pero solo vendo cuando el valor de mis tenencias de Bitcoin son mayores al monto invertido. Por lo general, nunca vendo todo. Siempre vendo poco. Es decir, si el monto invertido es $100 y Bitcoin ha subido en 3X, quiere decir que tengo $300. O sea, tengo $200 por encima de mi inversión. Bueno, de los $300 podría gastarme $50 o $100 y dejo el resto. Pero sigo comprando en montos fijos en intervalos fijos. 

Esta técnica no es para cualquiera, porque se requiere mucha disciplina. Es muy sencilla. Pero se necesita bastante disciplina emocional. No es para los codiciosos, pero tampoco es para los tímidos. Es ideal para los que buscan algo de estabilidad con retornos moderados. 

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Muchos compran Bitcoin del mismo modo que compran una lotería. Compran y esperan el gran premio. El problema es que es difícil ganarse la lotería. No podemos colocarlo todo a la fe. Necesitamos estrategia. Debemos sopesar los riesgos y las probabilidades. Y, por encima de todo, cultivar un carácter. 

Una frase común al referirse a Bitcoin. La escucho todo el tiempo. “¿Bitcoin? Bueno, yo no sé de eso, pero dicen que…” Lo que normalmente comento después de esta frase es lo siguiente: En realidad, no es tan complicado. Te lo puedo explicar en 5 minutos. Lo complicado es no volverse loco. La idea de hacerse rico en cuestión de días es como un virus que puede arruinar a cualquiera. He ahí la importancia del carácter. El truco es la paciencia. Paciencia para ser constante. Paciencia para escuchar. Paciencia para aprender. Paciencia para esperar. Paciencia para comprar con técnica.