Esta historia (crisis coronavirus) aún no ha terminado, pero, por lo menos, tenemos ya algunos datos que nos pueden decir la gravedad de nuestra situación. Las proyecciones ahora en el fondo son pura especulación, porque no es lo mismo un confinamiento de 3 meses a uno de 6. Y, como eso aún no se define, todo es una gran adivinanza. Mientras no se levante la cuarentena, nuestra visión del futuro es sumamente limitada. De todos modos, ya tenemos algunos informes. El Banco Mundial arrojó sus perspectivas para este año 2020. Claro que todo seguramente va a variar en cuanto a los números exactas. Pero nuestras vulgaridades siguen siendo las mismas. Cada región responderá a la crisis con su propio sistema inmunológico. Aquí usando una referencia médica para resaltar un tema socioeconómico. Según el Banco Mundial, este año, la pobreza en el mundo se incrementará dramáticamente. Iberoamérica será una región particularmente afectada. 

Muy pocos saben lo que realmente hace el Banco Mundial. Esta es una de esas instituciones que muchos adoran odiar más allá de su función real. En el imaginario de la gente, el Banco Mundial representa al poder establecido. Es decir, la élite mundial que todo lo controla y oprime al pueblo. Son los malos en casi toda teoría de conspiración. Muchos ponen en duda todo lo que viene del Banco Mundial. Porque hay un grupo de “genios” con cascos de aluminio viviendo en un búnker en el medio de Arkansas que nunca creen la información oficial, porque no son tan ingenuos como las masas hipnotizadas. Sin embargo, solo hace falta que un loco publique un video en Youtube lleno de sandeces o un meme lleno de falacias con algún teoría sobre la Reina Isabel siendo en realidad un ser extraterrestre encubierto para que estos supuestos genios de la conspiración traguen toda la historia sin hacer muchas preguntas.

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Uno podría asumir que las teorías requieren información verificable. Pero no. Para crear una teoría de conspiración lo que se necesita es coherencia. Es decir, que la historia cuadre como cuadra una película de ficción. Se trata de atar cabos con puras conjuras para tener todas las respuestas en una sola y “coherente” historia. Algo así como el Universo de Marvel. La primera película debe “cuadrar” con la última y todas las demás. El resto, como la realidad y la verdad, por ejemplo, no importa mucho. Bueno, el punto es que el Banco Mundial es una institución de importancia mundial que de vez en cuando publica reportes. Estos reportes pueden cumplir sus estimados o no. Sin embargo, son un diagnóstico interesante porque la institución tiene acceso a mucha información y un equipo de investigadores de reconocida trayectoria. No publica la verdad absoluta, pero sí una versión de la verdad digna de, por lo menos, escuchar. 

El Banco Mundial tiene como objetivo principal la reducción de la pobreza en el mundo mediante préstamos de bajo interés, créditos sin interés y apoyos financieros de distintos tipos. Entonces, el enfoque principal de sus investigaciones es casi siempre la pobreza. Y, aunque parezca increíble, la pobreza en el mundo ha venido disminuyendose considerablemente. Eso se debe en parte al crecimiento económico asiático. La clase media en China e India ha crecido en las últimas décadas y eso ha tenido un gran impacto en la estadística mundial. Esto obviamente no quiere decir que todos somos ricos. Solo que, en algunas partes, sobre todo en los dos grandes gigantes demográficos, la pobreza extrema ha disminuido. El número de personas viviendo con menos de un 2 $ al día, ha bajado porque el crecimiento económico eventualmente nos toca a todos. No en la misma proporción. Pero sí en alguna proporción. 

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Ahora bien, las perspectivas del Banco Mundial con respecto a la pobreza en el mundo se relacionan a sus estimaciones sobre el crecimiento económico en el mundo. Otra variable importante cuando hablamos de pobreza es la desigualdad. Porque el crecimiento solo no nos aporta toda la información. El PIB por lo general no se distribuye en toda la sociedad por igual. Entonces, los países más desiguales producen más pobreza. Por ejemplo, un país en Europa puede registrar el mismo crecimiento económico que un país en Latinoamérica. Sin embargo, en Latinoamérica, habrá más pobreza pese a ese crecimiento. Y un factor clave aquí es el tamaño de la economía informal. La corrupción y la informalidad son una fábrica de pobreza porque los estímulos fiscales y monetarios que se implementan no llegan a los más necesitados. 

Según el Banco Mundial, la economía mundial se contraerá en un 3% y, por primera vez desde 1998, la pobreza en el mundo se incrementará. Estamos hablando de 632 millones de nuevos pobres. Los países desarrollados decrecerán más que los países en vías de desarrollo, con una tasa promedio de 6%. España entra en este lote, siendo golpeada duramente por el colapso del sector turismo. Los países en vías de desarrollo por otro lado registrarán un decrecimiento de tan solo 1%. Eso en números podría parecer pequeño, pero es una cifra enorme en cuanto a la pobreza. La pobreza extrema este año aumentará dramáticamente en las regiones más desiguales del mundo, África Subsahariana y Latinoamérica. 23 millones en África y 10 millones en Latinoamérica. Este es el número de personas cruzando la línea de pobreza. 

Las debilidades de Latinoamérica para afrontar esta crisis yacen en su propia configuración interna. La corrupción, la informalidad, la dependencia del petróleo y materias primas, y el nivel de deuda son grilletes que nos impiden responder efectivamente ante esta crisis económica mundial. Los países del Pacífico con mejores relaciones comerciales con Asia podrían navegar un poco mejor. Sin embargo, los países más de dependientes de los Estados Unidos y Europa como los países de Centroamérica y el Caribe tendrán un recorrido una poca más empinada. El desplome de la demanda baja los ingresos de las exportaciones. Lo que quiere decir que las reversas se irán al suelo. Estamos endeudados hasta el cuello y va a ser muy difícil obtener financiamiento en estos momentos. El FMI y Banco Mundial ha anunciado algunas ayudas, pero esto en términos reales se volverá sal y agua en un dos por tres. 

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Los desastrosos Gobiernos que nos dirigen tienen un ala rota a la hora de canalizar sus estímulos monetarios. Las ayudas nunca llegan porque el económico informal es demasiado grande y en términos generales no hay control de nada. Los programas de desempleo y las iniciativas para ayudar a la pequeña empresa requieren una infraestructura mínima para poder funcionar con efectividad. Pero en Latinoamérica no se cuenta con esta capacidad. Entonces, estamos bajo un panorama sumamente sobrio. 

Bueno, claramente que los países latinoamericanos en realidad son dos países en uno. Un país de una minoría con medios y otro que siempre está coqueteando con la pobreza. La crisis no afectará a todos por igual. Y eso no es necesariamente malo. Por lo menos, tenemos ese consuelo. Para algunos sectores los golpes no serán tan fuertes. Y todavía se va a poder poner comida en la mesa. 

La comunidad cripto en algunos países de Latinoamérica ha encontrado un nicho, más allá del comercio de criptomonedas y la minería, que es el arbitraje en el mercado de divisas. Los países con controles cambiarios, como Venezuela y Argentina, cuentan con un gran mercado negro del dólar muy dinámico. Aquí Bitcoin y los mercados OTC están jugando un rol sumamente importante. Pese a la crisis, estos mercados están rompiendo récords en volumen de operaciones todas las semanas. Se está usando Bitcoin como un puente para evadir los controles. En otras palabras, las crisis también son oportunidades. No todo se irá al suelo. Y la economía digital es uno de estos sectores que promete mucho.