Microsoft ha firmado un acuerdo con Constellation Energy Corporation -propietaria de la central nuclear de Three-Mile Island- para reabrir las instalaciones de Pensilvania y suministrar a la empresa tecnológica energía limpia para sus operaciones de inteligencia artificial.

El acuerdo de 20 años entre Microsoft y Constellation supondrá la restauración del reactor de la Unidad 1 de Three-Mile Island para albergar el «Centro de Energía Limpia de Crane» como parte del compromiso del gigante tecnológico de alimentar su negocio de inteligencia artificial con energía libre de carbono.

Como parte del acuerdo, Constellation Energy suministrará 835 megavatios de energía a Microsoft y gastará aproximadamente USD 1,600 millones para poner en marcha la instalación, un objetivo que el proveedor de energía espera alcanzar en 2028.

Comparación de las emisiones de carbono por tipo de energía. Fuente: International Atomic Energy Agency.

Sin embargo, el acuerdo aún debe ser aprobado por la Comisión Reguladora Nuclear (NRC), los funcionarios estatales y las autoridades locales antes de reanudar las operaciones.

La IA requiere una gran potencia

El 12 de septiembre, líderes del sector de gigantes tecnológicos como OpenAI, Microsoft y Google se reunieron en la Casa Blanca para debatir sobre el futuro de la infraestructura energética para la IA.

Según el CEO de Sabre56, Phil Harvey -experto en construcción y operación de centros de datos e instalaciones mineras-, un centro de datos de IA requiere entre USD 3 millones y USD 5 millones por megavatio para funcionar.

El expresidente Donald Trump tocó recientemente este tema, explicando que Estados Unidos necesita actualizar su infraestructura energética y generar más energía para los centros de datos de inteligencia artificial y las operaciones de minería de Bitcoin.

El accidente de Three-Mile Island en 1979

En 1979, un reactor separado de la instalación nuclear de Three-Mile Island experimentó una fusión parcial debido a lo que se cree que fue un fallo mecánico, que impidió que el sistema de refrigeración líquida extrajera calor del núcleo del reactor. A su vez, esto provocó la parada de todo el reactor y el aumento de la presión en el interior de las tuberías de la instalación nuclear.

Para aliviar la creciente presión, se abrió una válvula de alivio que debería haberse cerrado automáticamente una vez que la presión volviera a estar por debajo de un determinado nivel. Esta válvula de alivio permaneció abierta y provocó una pérdida catastrófica de refrigerante, lo que finalmente hizo que todo el núcleo se sobrecalentara y se fundiera parcialmente.

Gráfico que muestra el reactor 2 de Three Mile Island, que quedó cerrado permanentemente. Fuente: Nuclear Regulatory Commission.

Los residentes en un radio de 8 km del accidente recibieron instrucciones de evacuar la zona y temieron verse afectados por envenenamiento por radiación. La Comisión Reguladora Nuclear sigue manteniendo que el accidente no causó riesgos medioambientales ni sanitarios:

«Miles de muestras medioambientales de aire, agua, leche, vegetación, suelo y alimentos fueron recogidas por diversos organismos gubernamentales que vigilaban la zona. Se pudieron atribuir niveles muy bajos de radionucleidos a las emisiones del accidente».

La Comisión ha caracterizado el incidente como «el accidente más grave en la historia de las centrales nucleares comerciales de EE.UU.».

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