El criptoinversor Tim Draper cree que la tecnología de registro distribuido está transformando la industria del arte.

Hablando con Cointelegraph, Draper hizo hincapié en los beneficios que muchas de las principales utilidades de la DLT ofrecen al sector del arte, como la inmutabilidad, la transparencia y la rastreabilidad:

“La gente va a poder tokenizar su arte, y eso hará que los compradores de arte estén más seguros en su decisión de compra, y que los artistas estén más contentos de saber dónde está su arte y quién es su propietario.”

La propiedad fraccionada perturba la industria del arte

Draper también indicó el surgimiento de "una industria artesanal que crece para que la gente tenga acciones de obras maestras y las almacene o se las 'alquile' a la gente que quiere ponerlas en exhibición pero no puede permitirse comprarlas directamente".

El inversor predice que la DLT impulsará una revolución en la forma en que se compra y vende el arte, haciendo hincapié en el potencial de una mayor descentralización para derribar la antigua jerarquía de la industria del arte.

"Sospecho que Sotheby's y Christie's ya han tenido su duopolio durante bastante tiempo, y ahora existe la oportunidad de que un recién llegado irrumpa en el mundo del arte con un nuevo enfoque centrado en blockchain", dijo.

“Blockchain hará que el comercio de arte sea más flexible y más seguro.”

Subasta de arte de caridad por el COVID019

El 25 de junio, Draper pronunció un discurso de apertura para Art&Co, la mayor subasta en línea del mundo en apoyo del COVID-19, sobre el tema de la intersección entre el arte y la DLT.

"Es una asociación hecha en el cielo", dijo Draper. "La obra de arte necesita un rastro de su procedencia y la tecnología blockchain es inherentemente un sistema de registro inmutable".

Más de 240 obras de arte fueron subastadas a través de Art&Co; los fondos se compartieron entre siete organizaciones benéficas registradas y 42 artistas. La subasta se llevó a cabo por USD 2.07 millones, y las obras individuales se vendieron entre USD 1,250 y USD 45,000.

Las obras comprendían una colección curada que abordaba temas pertinentes al brote del COVID-19, incluyendo la depresión, la salud y la comunidad.

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