Opinión de: Robert Schmitt, fundador y co-CEO de Cork
DeFi ha entrado en su fase institucional. A medida que grandes inversores se aventuran en los ETF de criptoactivos y en las tesorerías de activos digitales (DATs), el ecosistema está evolucionando gradualmente hacia un sistema financiero de grado institucional por derecho propio, con la introducción de nuevos instrumentos financieros y contrapartes digitales de los ya consolidados.
El crecimiento actual de DeFi expone riesgos crecientes que podrían generar obstáculos para la confianza. Para que las instituciones se incorporen con confianza, el ecosistema debe implementar barreras de riesgo más sólidas e infraestructuras resilientes.
Vale la pena explorar las principales áreas donde se concentra el riesgo, cómo TradFi maneja desafíos similares y las salvaguardas que DeFi necesita para escalar de forma segura la participación institucional.
Analizando el mayor riesgo de DeFi
Empecemos con el riesgo de protocolo. La composibilidad de DeFi es tanto su fortaleza como su talón de Aquiles. La interconexión de LSTs, mercados de préstamos y perpetuos aumenta la dependencia sistémica. Un solo exploit puede propagarse en cascada a través de los protocolos.
Seguidamente, el riesgo de reflexividad: considera cómo los derivados de staking y las estrategias de "looping" crean bucles de retroalimentación positiva que magnifican las oscilaciones del mercado. A medida que los precios suben, la garantía se expande y el apalancamiento aumenta.
Cuando los precios caen, sin embargo, las liquidaciones se aceleran de la misma manera, sin interruptores de circuito coordinados.
Por último, el riesgo de duración, a medida que los mercados de préstamos y staking maduran, puede volverse cada vez más crítico, dada la necesidad de un acceso predecible a la liquidez. Las instituciones necesitan comprender los tipos de riesgos de duración presentes en los mercados en los que participan. No muchos son conscientes de que los plazos de retiro anunciados para muchos protocolos en realidad dependen de los incentivos del solucionador, los tiempos de "cooldown" de la estrategia y las colas de validadores.
El superciclo institucional
El próximo desafío de DeFi no es más "yield" o un TVL más alto. El próximo desafío de DeFi es generar confianza. Para traer el próximo billón de capital institucional "on-chain", el ecosistema necesita barreras de riesgo estandarizadas y una nueva disciplina en torno a la gestión de riesgos.
Los últimos dos años de DeFi se han definido por la adopción institucional. Los productos institucionales regulados han ganado un TVL masivo. Los dos lanzamientos de ETF más exitosos en los últimos dos años (de 1.600 ETF) fueron los iShares Bitcoin y Ethereum ETF de BlackRock. Los flujos netos hacia los Ethereum ETF están creciendo verticalmente.
Del mismo modo, las empresas de tesorería de activos digitales atraen capital de las instituciones. Recientemente, los Ethereum DATs han absorbido aproximadamente el 2,5 por ciento del suministro de Ethereum. El DAT más grande, Bitmine Immersion, con la leyenda de Wall Street Tom Lee como presidente, ha acumulado más de 9.000 millones de dólares de Ethereum en menos de dos meses, impulsado por la demanda institucional de exposición a Ethereum.
Las stablecoins se han convertido en el "product market fit" de las criptomonedas en medio de una nueva claridad regulatoria. Ahora mueven casi tanto dinero cada mes como Visa, y su valor total bloqueado (TVL) en todos los protocolos se acerca a los 300.000 millones de dólares.
De manera similar, el tema de la tokenización ha cobrado impulso, como lo demuestra el rápido crecimiento de los Activos del Mundo Real (RWAs) tokenizados. Grandes instituciones están tokenizando productos, incluyendo Robinhood Europa, que está tokenizando toda su bolsa de valores, y BlackRock, que está tokenizando su producto T-bill BUIDL.
Tanto el crecimiento de las stablecoins como el de la tokenización de RWAs están impulsando la narrativa de que el futuro del sistema financiero estará en Ethereum. Esto, a su vez, está impulsando la adopción institucional de ETF y DATs.
El argumento a favor de la gestión estandarizada de riesgos
Según un informe reciente de Paradigm, la gestión de riesgos ocupa el segundo lugar como categoría de costo para las finanzas institucionales. Esto se debe a que se entiende correctamente como un pilar operativo que va más allá de marcar una casilla de cumplimiento. Aunque las finanzas tradicionales no han eliminado el riesgo por completo, sí lo han sistematizado en la mayor medida posible.
En contraste, DeFi trata el riesgo como una variable que difiere de un protocolo a otro. Cada contrato inteligente, bóveda y estrategia define y divulga el riesgo de manera diferente (si es que lo hace). El resultado es una gestión de riesgos idiosincrásica y una falta de comparabilidad entre protocolos.
TradFi ha construido marcos compartidos, como cámaras de compensación y agencias de calificación, así como normas de divulgación estandarizadas, para abordar estos tipos de riesgos y sus analogías en el mundo real. DeFi necesita sus propias versiones de esas instituciones: estándares abiertos, auditables e interoperables para cuantificar e informar sobre el riesgo.
DeFi no tiene que abandonar la experimentación para convertirse en un ecosistema más maduro, pero definitivamente podría beneficiarse de formalizarla. El marco de riesgo actual establecido por los protocolos de DeFi no será suficiente en el futuro.
Si estamos decididos a superar la próxima ola de adopción institucional, sin embargo, podemos seguir los principios de gestión de riesgos establecidos para los instrumentos financieros en las finanzas tradicionales.
Opinión de: Robert Schmitt, fundador y co-CEO de Cork.
Este artículo es para fines de información general y no pretende ser ni debe tomarse como asesoramiento legal o de inversión. Las opiniones, pensamientos y puntos de vista expresados aquí pertenecen únicamente al autor y no reflejan ni representan necesariamente las opiniones y puntos de vista de Cointelegraph.