Sí, el cansón debate por la escalabilidad de Bitcoin sigue vivo e infructífero. El consenso, fortaleza durante mucho tiempo de una comunidad de usuarios que llevó adelante a esta innovadora tecnología superando un mar de obstáculos cada vez más retadores, hoy se erige como la peor de las debilidades.
Esa ruptura cada vez más pronunciada en la comunidad, nos ha llevado a ir evolucionando en un debate que hoy pareciera estar cerca del fin sí y solo sí, se ejecuta una de las opciones más arriesgadas posibles: la bifurcación de la cadena de bloques sin consenso global. Ese escenario pudiese estar cerca de ocurrir el 1ero de agosto, fecha en la cual dos alternativas ejecutadas por los usuarios, pero apoyadas por poderosos grupos, se presentan en el horizonte.
Las opciones de UASF (Softfork Activado por los Usuarios) y UAHF (Hardfork Activado por los Usuarios), lucen como mecanismos mucho más “democráticos” donde la iniciativa de los usuarios comunes es la que prevalece por encima de los intereses de grupos mineros y/o desarrolladores. Sin embargo, para quienes conocemos el largo desarrollo de este debate -así como la forma en que se mueve el liderazgo y el poder- no es más que un par de estrategias con nuevo nombre que buscan respectivamente los mismos fines.
Respecto al UASF, en breves palabras se trata de un mecanismo con el cual se desea activar el BIP 148 para así activar la técnica de Segregated Witness (SegWit) de una manera que no requiera que el cambio se origine desde los grupos de minería, sino de la mayoría de nodos que actualmente apoyarían esta alternativa. Tal mecanismo, que no fue bien vista por Greg Malxwell, requiere una coordinación importante entre los usuarios para llevarse a cabo y, de ejecutarse, obligaría a los grupos mineros a confirmar la activación del nuevo protocolo.
Actualmente, la web UASF.co coloca el próximo 1ro de agosto como fecha para la ejecución de este softfork, colocando de esta forma cierta presión en el resto de los usuarios, desarrolladores y, sobre todo, mineros que no están de acuerdo en activar la técnica de SegWit como alternativa a la escalabilidad de la red Bitcoin. Al menos no sin una bifurcación a la red que aumente el tamaño del bloque a unos 2MB.
Bitmain, la empresa minera más importante del mundo Bitcoin, ha contestado a esta iniciativa con la alternativa UAHF, la cual se activaría unas 12 horas después de que se ejecute el UASF y forzaría una bifurcación en la cadena de bloques. No obstante, la empresa china señaló en su publicación que un par de condiciones debe ser tomadas en cuenta para llevar a cabo bifurcación, las cuales serían: que el mercado de bitcoins se muestre favorable y que una cantidad significativa de poder de procesamiento se vuelque a minar en la nueva cadena de bloques.
Esta medida, que fue lanzada como un plan de contingencia, por supuesto añade mayor riesgo al debate de la escalabilidad y coloca a toda la comunidad en una encrucijada donde, por falta de consenso, pareciera estar a merced de los intereses de Blockstream y Bitmain.
No nos confundamos: el UAHF es tan peligroso como el UASF y como cualquier otra alternativa que sea activada -sin importar si es por softfork o hardfok-sin el logro de un consenso realmente mayoritario o total. El contexto que tenemos hoy es producto de la extensión de un debate que quizás no debió llegar a existir y que, sin duda, no debió permitirse ir ganando mayor fuego para dividir la comunidad. El mal de los comunes, esa famosa frase que ya muchos hemos leído, se hace cada vez más grande y causa cada vez más daño.
En este escenario, los riesgos aumentan para todos los usuarios no solo en la parte técnica, sino en la financiera, aumentando el volumen de las alarmas que desde hace se han encendido y que han ensordecido a gran parte de la comunidad hasta lograr alejarse del debate, ya sea por frustración, aburrimiento o por la búsqueda de tranquilidad.
Hasta ahora, tenemos poco menos de dos meses para ir preparándonos antes esta posibles consecución de eventos o de, ojalá sea así, detener las armas en esta batalla y llegar a una negociación que sea fructífera para todas las partes.