Para evitar una gran crisis deflacionaria, el Banco Central Europeo y la Reserva Federal de los Estados Unidos han batallado con una astronómica compra de deuda y una inmensa lluvia de liquidez. En consecuencia, los mercados financieros se están inflando. Estos efectos no han sido accidentales. Esa era la intención desde el principio. La agresiva política monetaria implementada busca estimular la inversión para promover el empleo. En otras palabras, Wall Street y Bitcoin no están en alzas, porque los bancos centrales están mal manejando la economía. Están en alza gracias a los bancos centrales. 

Con frecuencia, se presenta a los bancos centrales como los villanos de la película. Se asume que gran parte de nuestros problemas económicos surgen de la irresponsabilidad de los bancos centrales. De manera automática, se piensa que toda inyección de liquidez es perjudicial, por el solo hecho de diluir el valor de la moneda. Sin embargo, en la mayoría de los casos, este argumento es una sobresimplificación de todo el asunto. 

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Los conservadores en lo económico siempre están abogando por una moneda dura. Los escarabajos del oro en particular son conocidos por tener estas ideas. Los libertarios en general defienden la doctrina de la moneda dura desde hace mucho tiempo. En muchos casos, se promueven las ideas de liberalismo clásico sobre la mano invisible, el libre mercado y la no intervención del Gobierno en la economía. Sin embargo, la experiencia ha demostrado que no todo es color de rosas con los antiguos dogmas. El camino libertario es sumamente doloroso en tiempos de crisis, porque la deflación puede ser devastadora para la gente. 

Ahora bien, a todos nos gusta criticar las acciones del Gobierno. Y a todos nos encanta atacar a los poderosos. Claro que es muy fácil criticar la política monetaria del Banco Central Europeo y la Reserva Federal. “Imprimen dinero de la nada”. ¡Qué horror! Pero, por otro lado, no soportamos estar sin empleo. Queremos que la economía crezca. Y nos gusta cuando nuestras inversiones suben de valor. 

Durante la crisis, Bitcoin se fue en picada con la caída de la demanda de marzo del año pasado. El cierre de los negocios, debido a las restricciones del coronavirus, generaron una caída importante de los ingresos y del empleo. La deflación invadió la economía. Es decir, si la gente no gasta, no hay crecimiento económico. He ahí cuando el Gobierno (en nombre de todos) debe intervenir en la economía como un agente estabilizador. En otras palabras, los bancos centrales deben inyectar liquidez para subir la demanda. ¿Por qué es necesario subir la demanda? Bueno, porque se necesita demanda para obtener ingresos. Y se necesitan ingresos para crear empleos. Y la gente necesita empleo para realizar sus gastos. 

Si no hay compradores, los bancos centrales se presentan como el gran comprador para que la economía se reanime. Un negocio sin compradores se ve obligado a bajar sus precios. Pero esto reduce su ganancia. Por ende, su capacidad de contratar más personal. Los activos se deprecian, porque nadie quiere comprar. Es decir, hay deflación. Algo tan fatal como la inflación. He ahí el problema de una moneda dura en el contexto de un sistema de no intervención gubernamental: Es muy difícil controlar la deflación y es complicado obtener estabilidad monetaria. 

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¿Cómo estaríamos en este momento si el Bancos Central Europeo y la Reserva Federal no hubieran comprado deuda e inyectado liquidez? La crisis habría sido insoportable. Las protestas y la tensión social habrían alcanzado niveles muy peligrosos. La sociedad estaría en las calles reclamando una intervención debido a la hambruna y la pobreza. 

En estos momentos, los bancos centrales no son los enemigos de Bitcoin. La narrativa libertaria no es del todo adecuada. Los administradores de fondos institucionales no están invirtiendo en Bitcoin, porque perdieron su fe en el sistema y están promoviendo la utopía libertaria de un mundo sin gobiernos, ni bancos centrales. Están invirtiendo en Bitcoin, porque hay mucha liquidez disponible. Al haber mucha liquidez, los activos especulativos se vuelven muy atractivos, porque el inversor está más dispuesto a asumir riesgos. Lo digital es tendencia. Y toda el área fintech es tendencia. La liquidez crea optimismo. 

La misión de los bancos centrales es estimular cuando haya que estimular. La crisis del coronavirus se está combatiendo. Y los mercados han reaccionado. Causa y efecto. El debilitamiento del dólar es político de Estado para estimular la creación de empleo. La subida de los activos se relaciona directamente con la política monetaria. En otras palabras, todas estas alzas son obras de los bancos centrales.

En estos momentos, los mercados financieros están siendo dominados por los mercados de capitales. Y los mercados de capitales están siendo dominados por los bancos centrales. Es decir, este boom está siendo artificialmente creado por la intervención gubernamental. Es el sistema haciendo su trabajo. ¿Bitcoin en $30K? ¿Wall Street en verde cada semana? Los bancos centrales. 

Bitcoin no es otra cosa que una tasa de cambio. Es básicamente un mercado de pares. O sea, un Bitcoin no es solo un bitcoin. Bitcoin es una relación con otras monedas. Un par se compone de dos partes. La liquidez del dólar facilita el aumento del precio de Bitcoin. Es decir, la demanda de Bitcoin sube con una política monetaria flexible. Pero no solo Bitcoin. Todos los activos se han visto beneficiados por los estímulos. He ahí el propósito de los estímulos: Estimular. Eso explica por qué las alzas en los mercados bursátiles son consideradas como señales de éxito de la política monetaria a la vista de las autoridades. 

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Por un tema ideológico, a muchos bitcoiners les cuesta mucho trabajo admitir que el precio de Bitcoin está subiendo en gran parte debido a los estímulos monetarios. Eso sería como decir que Bitcoin está creciendo gracias al sistema que pretende derrumbar. Entonces, se dice que la gente está comprando Bitcoin para escapar del sistema. Pero esa es una sobresimplificación más. Muchos compran Bitcoin principalmente por razones especulativas. En otras palabras, quieren hacer dinero. Lo que implica que no existe un elemento político como tal. La ganancia es la motivación. 

El efecto de la política monetaria en Bitcoin es evidente. La relación es clara. Sin embargo, la comunidad bitcoin sigue repitiendo sus viejas ideas de los escarabajos del oro sobre un sistema decadente. Pero es sencillo. Podemos buscar la gráfica del dólar índex y del S&P 500 de los últimos diez años y las podemos comparar con el comportamiento del precio de Bitcoin durante el mismo periodo. En ese momento, veremos la relación. Los estímulos estimulan. Así de sencillo.