¡Wall Street en verde intenso! Los principales índices bursátiles subiendo como la espuma y haciendo historia, después de un periodo de estancando. La Reserva Federal de los Estados Unidos está inyectando dinero con frenesí para estimular la economía antes de las próximas elecciones presidenciales. Todos están comprando ahora los productos que seguramente subirán de precio más adelante con la implementación de aranceles. Los reportes financieros de las grandes corporaciones por el último trimestre están llegando y, a pesar de algunas excepciones como en el caso de Amazon y Google, los ingresos superaron las expectativas. Mientras esto pasa, Bitcoin toma vuelo. ¿Correlación o coincidencia?

Cuando hablamos de Wall Street, nos podemos estar refiriendo a dos cosas. La connotación más inmediata es la de élite financiera en Estados Unidos. Es decir, las instituciones financieras, los bancos y los grandes inversionistas que orbitan en torno a los mercados financieros estadounidenses como un todo. Sobre todo, uno se refiere a los actores ubicados en la ciudad de Nueva York, pero esto se podría extender a los situados en otras ciudades. Si interpretamos el término más literalmente, nos referimos a la Bolsa de Valores de Nueva York y NASDAQ. Sin embargo, también se podría estar hablando de la economía en general. Esto es porque se asume que la economía estadounidense está estrechamente ligada a la salud de Wall Street. Existen muchos indicadores macroeconómicos que nos describen el estado de la economía, pero Wall Street es un espejo que refleja la situación con relativa fidelidad. En otras palabras, si Wall Street está bien, la economía está bien. Verdadero o falso, esta es una creencia muy aceptada. 

Sigue leyendo: Bitcoin y la Expansión Cuantitativa: ¿Cuál es la correlación con las criptomonedas?

En gran medida, el éxito de la economía de los Estados Unidos se debe a su sofisticado aparato financiero. En todos partes se hacen negocios, pero los grandes capitales se concentran en los grandes mercados financieros. Wall Street se compone de muchos actores que forman un sistema. Es una máquina. Tiene sus partes y los protagonistas son las grandes corporaciones, la Reserva Federal y el Gobierno. El Gobierno y la Reserva Federal son muy influyentes porque son los responsables de la política fiscal y monetaria. Por otro lado, las grandes corporaciones llevan la batuta de la producción. No son responsables de todo el producto interno bruto, pero son sus líderes. 

Los últimos 8 o 9 años han sido muy buenos para Wall Street y para la economía en general. Los indicadores macroeconómicos ha registrado números muy positivos y el ingreso de los negocios así lo confirman. Después de la crisis del 2008, Estados Unidos y el mundo ha vivido un periodo de bonanza. Eso se ha logrado básicamente con la inyección de liquidez y el aumento de la deuda pública y privada. Milagrosamente, la inflación ha podido mantenerse en rangos aceptables. Esto probablemente se debía a la creciente producción de bienes y servicios. La mayoría de las personas tienen empleo y eso aumenta el consumo. Y, en consecuencia, los ingresos. Claro que no todos se han beneficiado de esta bonanza, pero en términos generales no estamos mal. 

Sigue leyendo: El precio de Bitcoin se mueve en tándem con el S&P 500, dice Tom Lee

Sin embargo, últimamente la economía ha estado dando señales de debilitamiento. Al parecer, se está cansado y estamos viendo indicios de una desaceleración. Obviamente, esta situación está preocupando al liderazgo. Sobre todo, porque los estímulos no están funcionando como antes. Las tasas de interés están muy bajas ya. Y el Gobierno gasta hasta más no poder. Sin embargo, los resultados han sido modestos. ¿Solución? Más estímulos. Es decir, poner más dinero en la calle. El plan ha sido imprimir más dinero. Este tipo de medidas es miel para Wall Street. Wall Street depende mucho de datos objetivos como las cifras macroeconómicas. Pero también depende muchísimo de factores subjetivos. Es decir, también depende de los sentimientos. Estamos hablando de miedo, dudas, incertidumbre, optimismo, codicia, y fe. 

La S&P 500, que es un índice sumamente representativo del mundo corporativo, estuvo moviéndose lateralmente durante los últimos meses porque la guerra comercial entre los Estados Unidos y China ha generado mucha tensión e incertidumbre. Entonces, los inversionistas han estado muy cautelosos la hora de colocar sus posiciones. Se ha estado esperando algo de claridad. La semana pasada, sin embargo, esto comenzó a cambiar. Una ola de optimismo llegó y los precios de las acciones así lo reflejaron. El S&P 500 ha aumentado 22% de lo que va de año y el lunes 28 de octubre rompió su máximo histórico. Al parecer, las negociaciones con China han estado avanzando y Trump está cerca de cerrar un trato. Además, los reportes del último trimestre han estado llegando y muestran que los ingresos de las principales corporaciones han sido mayores de lo que se anticipaba, en su mayoría. Amazon y Google decepcionaron un poco, pero los CEO de ambas compañías aclararon que no se trata de pérdidas en realidad sino de inversiones. Es decir, están invirtiendo en el futuro y sus números desmejoraron un poco, pero solo en apariencia. La Reserva Federal también es responsable de este nuevo optimismo, porque todos esperan que los estímulos continúen. En resumen, ha sido un buen año para Wall Street, a pesar de las tensiones y la incertidumbre. 

Sigue leyendo: “Tendremos un mercado alcista mucho mayor que en 2017", dice colaborador de Bloomberg

¿Cuál es la relación entre Wall Street y Bitcoin? Bueno, eso no está muy claro. Por mucho tiempo Bitcoin ha sido considerado un activo no correlacionado. Eso quiere decir que el mercado Bitcoin se mueve a su propio ritmo y no sigue a otros mercados. Es más, los datos de los últimos diez años podrían confirmar esto, porque Bitcoin a veces coincide con Wall Street y a veces no. En ocasiones, coincide con el oro y, en ocasiones, no. De hecho, Bitcoin parecer ser ambidiestro. Sin embargo, muchos dentro de la comunidad cripto defienden la teoría de una correlación negativa. Esto pondría a Bitcoin en la misma categoría que el oro. En consecuencia, Bitcoin sería un refugio en tiempos de crisis. Francamente pienso que esta hipótesis, en muchos casos, se defiende básicamente por razones emotivas. La comunidad cripto ha crecido con un espíritu antisistema y nos gustaría creer que Bitcoin es antisistema por naturaleza. Esto nos lleva a pensar que durante una crisis mundial Bitcoin se beneficiará. Sin embargo, Bitcoin tiene solo 10 años de historia y nunca ha pasado por una crisis mundial, esta hipótesis es solo una hipótesis esperando por ser demostrada. 

Claro que este debate tiene otro lado. Hay una postura minoritaria que defiende la idea de que Bitcoin se mueva con el S&P 500. Esta hipótesis no es muy popular, por supuesto. Es posible que el ADN del cripto entusiasta promedio simplemente no soporte la idea de que Bitcoin prospera con la economía y que eventualmente se desplomaría en una crisis global. Eso sería una especie de traición a Satoshi. Después de todo, Satoshi Nakamoto creó Bitcoin como una solución antisistema después de la crisis del 2008. Entonces, pensar que el sistema beneficia al Bitcoin es algo así como una herejía que nuestra mente no puede tolerar. Sin embargo, el reconocido analista Tom Lee, de Fundstrat Global Advisor, defiende esta posición y se apoya en datos. Según Lee, Bitcoin se ha comportado mejor en los años cuando al S&P 500 le ha ido bien. Bitcoin sigue siendo ambidiestro, pero si tenemos que escoger, es probable que tenga una correlación positiva con Wall Street.

Sigue leyendo: ¿Por qué el precio de Bitcoin aumentó bruscamente? Fundamentos para entender el alza de la criptomoneda rey

Por supuesto que hablar de una correlación positiva entre Bitcoin  y Wall Street en la comunidad cripto es como decirles a nuestros hijos que Santa Claus no existe el día después de Navidad. Es más fácil organizar una desfile gay en la plaza San Pedro en pleno corazón del Vaticano que convencer al bitcoiner promedio de esta “aberración”. Sin embargo, esta hipótesis no es tan descabellada como podría parecer. Si nos detenemos un momento y jugamos al abogado del diablo, el asunto podría tener sentido. Sí, es cuestión de sentido común. Nos guste o no, Bitcoin es un activo nuevo y de alta volatilidad. Esto obviamente implica un riesgo. Pero, claro, también implica, potencialmente, grandes retornos. Para invertir en Bitcoin necesitamos capital y fe. Podemos tener fe, pero si no tenemos el capital es el fin de la historia. Por otro lado, podríamos tener el capital pero si no estamos dispuestos a asumir el riesgo es probable que escojamos un activo que nos ofrezca menos retornos pero más seguridad. Es natural que en periodos de bonanza nuestra disposición para asumir riesgos sea mayor porque contamos con mayor capital y más optimismo. Por otro lado, durante una crisis nuestro capital es menor y tenemos miedo. Entonces, por lo general, escogemos activos menos riesgosos y más estables. Es decir, nos protegemos y buscamos un refugio. 
Lo pondré en otras palabras. Un dólar débil (abundante) significa un Bitcoin fuerte. Durante un periodo de bonanza, los bancos centrales inyectan liquidez. Esta liquidez estimula la inversión. Durante una crisis, los bancos centrales recortan el flujo de dinero. El dólar y el oro suben. Los bienes se deprecian, los mercados bursátiles bajan y hay menos inversión. Pocos asumen riesgos. ¿Bitcoin y Wall Street están positivamente correlacionados? No sé, pero tal vez.

Las opiniones expresadas aquí son las del autor y no representan necesariamente las opiniones de Cointelegraph.com