Warren Buffett, CEO de Berkshire Hathaway, publicó recientemente su carta anual a los accionistas de su compañía, junto al reporte de ganancias de los últimos 4 trimestres. La carta es todo un acontecimiento en el mundo empresarial. En realidad, no es un simple documento corporativo. Es el tradicional mensaje anual del “Oráculo de Omaha”. En la carta, el inversionista más exitoso de la historia y cuarto hombre más rico del mundo comparte con nosotros, los mortales, su sabiduría. Muchos de nosotros leemos su carta con muchísimo interés cada año, porque son verdaderas joyas. El buen tío Warren no es el pensador más vanguardista de la Tierra. No se trata de un Steve Jobs o un Elon Musk. Nuestro viejito es de la escuela vieja. Hay que escucharlo como escuchamos las historias del abuelo. Es obstinado y se equivoca, pero es sumamente sabio. ¿Qué opina de Bitcoin? ¿Qué nos dice de la economía en general?
Indudablemente que Warren Buffett es un auténtico genio de las finanzas. Ha tenido un éxito extraordinario como inversionista. Y es cierto. Se equivoca muy poco. Por muchos años, ha logrado ganarle al mercado con rendimientos envidiables. Su trayectoria es simplemente brillante. Comenzó prácticamente de cero. Con puro buen juicio, trabajo y paciencia, ha construido un imperio descomunal. Nunca se equivoca. Bueno, eso no es del todo cierto. En realidad, sí se ha equivocado muchísimo. El asunto es que para ser un genio no es necesario tener siempre la razón. El mismo Warren Buffett lo explica en términos deportivos. En el mundo de los negocios, no hay que golpear todas las pelotas. Solo hay que tener la paciencia para darle a la correcta. Porque para entender la genialidad de Warren Buffett hay que entender dos cosas: Su conservadurismo extremo y que con frecuencia se equivoca por omisión.
Sigue leyendo: Warren Buffett a la CNBC: ”No poseo ninguna criptomoneda y nunca lo haré”
¿Cómo es posible ser tan exitoso y al mismo tiempo equivocarse tanto? Bueno, ¿recuerdan el fracaso de Michael Jordan como jugador de baseball? Se puede ser extremadamente bueno en algo, pero es muy difícil ser bueno en todo. Podemos dominar un sector en el mundo de los negocios, pero, al mismo tiempo, ser unos incompetentes en otros. En otras palabras, Warren Buffett es un pez que no escala los arboles tan bien como los monos, pero en su elemento es todo un tiburón. El tío Warren escoge las mejores acciones, pero tiene muchos puntos ciegos. Sufre de miopía. Y no solo eso, también es sumamente mañoso. Es decir, sus gustos son selectos en extremo. Su círculo de competencia es muy pequeño. Y eso lo hace excelente porque le da mucho enfoque, pero pierde casi todas las oportunidades que se presentan más allá de su círculo. Por ejemplo, Buffett no vio venir a Amazon, a Microsoft, a Apple, ni a Facebook. No entiende la tecnología. Así de sencillo.
Por otro lado, es mucho lo que no le gusta. Sabemos que le gustan los ferrocarriles, los seguros, los bancos, las aerolíneas y los productos de consumo masivo como Coca-Cola. Pero más allá de esto no le gusta mucho. No le gusta tener dinero en efectivo. No les gustan los bonos. En su portafolio, tiene mucho efectivo y bonos, pero a regañadientes. Los utiliza como una sala de espera mientras encuentra algún negocio a buen precio que comprar. No invierte en compañías nuevas. No invierte en IPOs. No le gusta invertir en mercancías. Y no le gusta el oro. Según Buffett, el oro es mala inversión porque no produce nada. No le gusta nada que no genere dividendos. Solo invierte en compañías con activos tangibles, un buen equipo administrativo y una larga trayectoria. Compró acciones en Apple. Algo que parece contradecir su filosofía. Pero la Apple de hoy es una compañía consolidada. No es la Apple de hace dos décadas. Buffett subestimó a la Apple de Steve Jobs.
Sigue leyendo: El fundador de Tron, Justin Sun, finalmente se reunió con Warren Buffett para un almuerzo de caridad
Con la miopía de Warren Buffett en el campo de la tecnología e innovación, no es una gran sorpresa que no comprenda mucho sobre Bitcoin. Sobre todo, si tomamos en cuenta su opinión sobre el oro y activos similares. Es el rey de análisis fundamental de compañías. Pero no es el rey de todas las materias. ¿Por qué no le gusta el oro? En varias entrevistas ha contestado esa pregunta. Porque es casi imposible calcular el verdadero valor de un activo especulativo. Es virtualmente imposible determinar la futura demanda. En el caso de las compañías, es diferente porque tenemos los activos, los ingresos y los dividendos. Los tenedores de Bitcoin conocemos perfectamente este problema. Y Buffett no está equivocado. Es dolorosamente complicado conocer a ciencia cierta el valor real de Bitcoin, porque su precio de mercado depende exclusivamente de la irracionalidad de los compradores y los vendedores.
Es perfectamente válido que Bitcoin no cumpla como los criterios de la filosofía de inversión de Warren Buffett. Buffett coloca su dinero únicamente en compañías consolidadas con una posición dominante en un sector privilegiado. Y Bitcoin es otra cosa. No es una compañía. Es un activo digital que orbita dentro de sus puntos ciegos. Justin Sun, el fundador de Tron, comió con Buffett recientemente. Sun pagó más de 4 millones de dólares en mayo del 2019 por la oportunidad. Por cierto, los fondos fueron a la caridad. Pero, ¿qué pasó durante el evento? ¿De qué hablaron? Asumo que fue una comida sumamente larga para el pobre del tío Warren porque Sun y sus amigos utilizaron la ocasión para hablarle de criptomonedas. Eso es como tener un encuentro con Beethoven y utilizar la velada para hablarle de nuestra pasión por el anime japonés. ¡Idiota!
Sigue leyendo: Blockchain prueba que Warren Buffet tiene un regalo en criptomonedas, dice Justin Sun
Cualquier persona con tres dedos de frente habría utilizado esa mágica oportunidad para escuchar y no para hablar. Lo sensato habría sido orientar la conversación hacia el área que Buffett domina. Es decir, han podido conversar de compañías y de la bolsa de valores. Porque para hablar de criptomonedas con alguien que no quiere escuchar nada sobre tema es mejor hablar con las paredes de nuestra casa. Además, las paredes de nuestra casa no nos cobrarán más de 4 millones de dólares por un par de horas. Por supuesto que Warren siguió hablando pestes de Bitcoin después de su encuentro con los representantes de la comunidad cripto. ¡Conoció a Justin Sun! Nuestro corazón se siente un poco que la leyenda Buffett no comparta nuestro amor por Bitcoin. Es normal. Pero no es el fin del mundo. A Buffett no le gusta el sushi. Y a mí me encanta. No es para ponerse a llorar.
¿Qué nos dice su carta anual sobre la economía? Que los mercados bursátiles están definitivamente sobrevalorados. Los precios de las compañías están preocupantemente altos en relación al producto interno bruto. Berkshire Hathaway no realizó ninguna adquisición importante durante el año. Incluso, vendió varios de sus activos. La compañía tiene más efectivo que nunca porque no han podido encontrar nada atractivo que comprar. Es razonable pensar que estamos ante una burbuja financiera y en cualquier momento explota. Wall Street lleva 10 años creciendo y la crisis no llega. Este ciclo alcista ha durado mucho tiempo, pero bien sabemos que tarde o temprano nuestra suerte cambiará. ¿Qué podemos aprender de Warren Buffett? Que debemos ser pacientes. Que debemos actuar con cautela. Que la marea sube y baja. Pero lo importante es seguir nadando.